José Ángel Mañas (Madrid, 1971) inició su carrera literaria en 1994 con Historias del Kronen, ópera prima que supuso un tremendo éxito y fue finalista del Premio Nadal, sorprendiendo por su frescura y por ser un fiel retrato de la juventud urbana de su tiempo. Desde entonces, no ha parado de escribir, alternando las novelas contemporáneas con las de temática histórica. Este es el caso de su última obra, Berenguela (Ed. Esfera de los Libros, 2023) que acaba de ver la luz. En ella narra las vicisitudes de una reina apasionante del siglo XIII que ha pasado a la historia como Berenguela “la Grande”.
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Con esta novela cierras una trilogía dedicada a la Reconquista, tras Pelayo y Fernán González. ¿Lo haces con la mujer más importante de este largo periodo?
La idea en esta trilogía era escribir sobre cada personaje en torno a las grandes batallas de su tiempo: Pelayo y Covadonga, el arranque mítico de la Reconquista; Fernán González y Simancas, un momento clave; y, la batalla más conocida de las Navas de Tolosa en 1212, que abrió definitivamente las puertas de Andalucía a los cristianos.
Para esta última, pensé centrarme en Alfonso VIII, vencedor en las Navas, o en Fernando III el Santo, conquistador de Córdoba, Jaén y Sevilla. Pero no quería repetirme al haber escrito ya sobre dos héroes masculinos, así que mi editora y yo buscamos una mujer y, enseguida, surgió el nombre de Berenguela, hija del primero y madre del segundo.
Debo confesar que, al principio, pensaba que era un personaje menor, pues Berenguela reinó en Castilla apenas unas horas al cederle la Corona a su hijo Fernando. Tenía la idea de que era una mujer víctima de su época y que la novela iba a ir por ese camino, marcada por su resentimiento al habérsele impedido reinar. Pero, me encontré con todo lo contrario, con una gran mujer, dotada de un carácter tremendo, una Terminator guiada y educada para gobernar, que jugó un papel crucial en la unión entre los reinos de Castilla y de León. Berenguela “la Grande”, es un personaje histórico al menos tan importante y poderoso como lo fueron su padre y su hijo.
En el proceso de documentación sobre Berenguela y su tiempo, ¿qué es lo que más te ha sorprendido y no conocías previamente?
Me llamó mucho la atención el contexto de cruzada existente en ese período, algo que asociaba más con las cruzadas de Oriente, la de Ricardo Corazón de León, la francesa, los cátaros, etc.
La batalla de las Navas de Tolosa tuvo ese marchamo de cruzada y, de hecho, en ella participaron los franceses, los llamados ultramontanos, aunque se retiraran pronto. Tenemos tendencia a ver la Reconquista como un proceso en clave nacional, pero fue internacional, ya que lo que aquí sucedía estaba muy presente y preocupaba en toda la cristiandad. La Reconquista de España fue una cruzada exitosa, sobre todo en su tramo final.
Otro aspecto significativo es el poder del Papado en el siglo XIII. El Papa intervenía en todos los asuntos, declaraba legítimos o ilegítimos matrimonios e hijos, excomulgaba, etc. Ese poder que tenía el Papa me ha sorprendido, pues tendía a verlo como algo más simbólico, no como lo que fue en realidad, un poder muy concreto y real. Creo que nunca tuvo tanta influencia como entonces.
Berenguela fue doblemente reina, de León por su matrimonio y de Castilla por herencia de su padre, aunque le cediera la Corona a su hijo Fernando. ¿Su propia renuncia al trono fue su amargo triunfo?
Eso era la visión primera que tuve, pero luego, analizando la documentación, constaté que se trató de una cogobernanza donde ella también reinó, como demuestra la inclusión de los dos nombres, madre e hijo, en los documentos. Ella lucha para que su hijo reine, así que, para ella, es una victoria.
Fernando se fue pronto a la guerra y ella es la que gobernó durante años, encargándose de administrarlo todo, de recaudar y enviar dinero, hombres y pertrechos. Quizás le habría gustado ser reina al 100%, pero yo no lo veo como una derrota, sino como una victoria.
Después de Isabel la Católica, Berenguela es la reina más importante en términos políticos por su activo protagonismo, por sus maniobras y decisiones, mucho más acertadas e inteligentes que las tomadas por el rey Alfonso IX de León, quien también podría haber tenido legitimidad para aunar ambos reinos bajo su cetro. Por eso, ella es apodada “la Grande”.
Insisto en que comencé la novela pensando que Berenguela era una víctima y me encontré con toda una triunfadora.
¿Su madre, Leonor de Plantagenet, y Urraca de León, fueron los principales modelos femeninos que siguió Berenguela para defender sus propios derechos?
Sin duda, tuvo muy presente a su línea materna, a su madre la reina de Castilla Leonor de Plantagenet, y a su abuela, la reina de Inglaterra, Leonor de Aquitania. Son, claramente, sus referencias femeninas.
También tuvo un papel fundamental su padre, el rey Alfonso VIII de Castilla, quien la educó como su heredera durante años y contribuyó a que fuera muy consciente de su papel y legitimidad. Así actuó ella llegado el momento, como una mujer de Estado y muy castellanista.
En cuanto a la reina Urraca de León, “la Temeraria”, en la novela dejo entrever una cierta influencia sobre Berenguela, más que nada porque fue una mujer que demostró su fuerte carácter e impuso su voluntad un siglo antes que ella. Alguna referencia pudo leer o escuchar, aunque Berenguela siempre tuvo la cabeza bastante más amueblada que Urraca.
El hito más importante en la vida de Berenguela es cuando consigue que su hijo Fernando no solo sea rey de Castilla, sino que también lo sea de León. ¿Por qué recordamos tan poco ese momento?
Conocemos mucho sobre cómo se produjo la unión entre la corona de Castilla y la de Aragón, pero de ésta mucho menos, quizás porque ocurrió hace ocho siglos.
Castilla no deja de ser un proceso exitoso. Es una escisión del reino de León, un condado que empieza a crecer y a cobrar mayor dinamismo social, merced precisamente a ser un territorio de frontera. Y, a partir de un momento dado, ya como reino, empieza a haber conflictos entre ambos. Es cierto que Castilla y León se unirán bajo el cetro de Fernando VII en el siglo XII, pero eso durará poco.
La cuestión en tiempos de Berenguela era quién iba a dominar a quién y, finalmente, gracias a su habilidad, fue Castilla. Me gusta decir que Berenguela es la Gran Dama de la Reconquista por el logro de la unión definitiva de los reinos de Castilla y de León, algo absolutamente clave en la historia y que fue fruto de su intención, aptitud y acierto.
En Berenguela aparecen las rivalidades y luchas entre los cinco reinos cristianos, la guerra contra los moros, los matrimonios anulados por el Papa años después, los hijos legítimos e ilegítimos, la ambición… ¿por qué crees que se abordan tan pocas series y películas sobre este periodo tan apasionante de nuestra Historia?
Es incomprensible. España tiene la mejor historia del mundo, con unos factores diferenciados con respecto a Europa, básicamente, la ocupación musulmana y el descubrimiento de América. No tenemos que inventarnos ni exagerar nada.
Los británicos son muy buenos en cuanto a producir series o películas históricas, aquí quizás falta especialización. También, pienso que hemos focalizado demasiado el tema de la leyenda negra. El rol de España en la historia está claro que ha sido minusvalorado y es lógico reivindicarlo, pero creo que debe hacerse siempre en positivo.
Novelísticamente sí que hay abundancia y variedad, somos muchos los escritores que estamos trabajando en esto, aunque es cierto que falta la parte visual. Hay cantidad de historias que se están publicando y que no se están adaptando a la gran pantalla. Es una pena que tenga que venir Amazon con “Hernán Cortés” para hacer estas producciones.
Es una asignatura pendiente que tenemos.
Desde 1994, año de publicación de Historias del Kronen, no has parado de escribir y has concebido ya más de 30 obras, novelas contemporáneas y novelas históricas. ¿Con ambas te sientes igual de cómodo en el proceso creativo?
Cuando ya tienes un recorrido y muchas novelas, tienes que alternar y refrescarte para sorprenderte a ti mismo y sorprender al lector. Entonces, buscas nuevos retos y nuevos géneros. Yo arranqué muy pegado al realismo y, luego, en un momento dado, giré hacia lo histórico hace una decena de años. Son dos maneras de acercarme a la realidad, la del presente y, también, la del pasado. Más adelante, posiblemente, haga ciencia ficción
Disfruto de igual manera escribiendo todo tipo de novelas, pero cada uno de los géneros resalta cosas diferentes. La histórica tira más hacia la melancolía y las raíces saca un poco el temperamento más clásico, yo creo que nos lleva hacia lo más conservador que tenemos dentro. Y es complicada, requiere un gran esfuerzo y tiene muchas trampas, pero resulta apasionante.
¿Cómo escribe Mañas? ¿Cuál suele ser tu rutina?
Es sencillo. Me siento ante el ordenador y tecleo, punto. Nada más. Lo único diferente es que utilizo dos mesas, una de despacho normal y otra más alta, donde escribo de pie. De hecho, escribo un par de horas sentado y un par de horas de pie, simplemente para variar la postura y cuidar un poco la espalda.
Y luego son horas y horas, horas y horas. Se me puede pasar el día escribiendo hasta que entra alguien y me dice que hay que comer. Tengo mucha capacidad de concentración.