Cuando te enamoras y das el paso de comenzar una relación con alguien, todo son fuegos artificiales y emoción a flor de piel. La tripa se te llena de mariposas cuando se acerca la hora de quedar con él, das mil y una vueltas a tu armario para decidir qué ponerte hasta llegar a la conclusión de que no tienes ropa y anotas mentalmente que tienes que volver a irte de compras. Todo son nervios y primeras veces. Y, entre estas primeras veces, llega una de las pruebas de fuego: conocer a la familia. Con esta prueba, la incertidumbre y las inevitables- preguntas de “¿Qué pensarán de mí?; ¿Le caeré bien a su padre?, ¡¿a su madre?!” invaden tu cabeza y rezas para que ese primer encuentro vaya sobre ruedas, y si no, al menos que sea rápido y cordial.
© RAMPRESSEn el caso de Johanna Zott, esta prueba la ha superado con éxito. Matrícula de honor. Y es que la novia de Pablo Urdangarin ha congeniado estupendamente con su familia política. Aunque desconocemos cómo y cuándo sucedió el primer contacto entre Johanna y los Urdangarin, son ya muchas las ocasiones en las que se les ha fotografiado a todos juntos, y el buen ambiente y la complicidad son más que evidentes.
Además, Johanna ha tenido mucha suerte, ya que, como podemos ver en estas imágenes, ha entablado un vínculo muy especial con su “cuñada”, Irene Urdangarin, la benjamina de la familia y con quien se lleva muy pocos años de diferencia (Irene cumplió 18 el pasado mes de junio, y Johanna tiene 22).
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© RAMPRESSTanto Johanna como Irene, quien tiene una relación muy cercana con su hermano mayor, no pudieron faltar al debut de Pablo Urdangarin en su nuevo equipo de balonmano. Una cita muy importante en su carrera deportiva que reunió a la familia Urdangarin en Barcelona, incluidos Iñaki y la infanta Cristina, quienes protagonizaron sorprendentes gestos de cariño entre ellos. Durante el partido, Johanna e Irene estuvieron codo con codo disfrutando y viviendo intensamente el partido, y siguiendo cada uno de los movimientos de Pablo. Celebraron eufóricas los tantos de su equipo y lo animaron cuando, finalmente, su equipo terminó derrotado.
Sin duda, Johanna ha encontrado en Irene una confidente y amiga. La cercanía de edad y las aficiones comunes como el deporte ha hecho que rápidamente haya surgido entre ellas una gran sintonía.
