Era una cita muy importante para la carrera deportiva de Pablo Urdangarín , un nuevo comienzo y un importante salto a la competición europea, por eso sus padres no quisieron faltar a su lado. La infanta Cristina e Iñaki Urdangarín siempre han demostrado que para ellos lo más importante es la familia y, a pesar de que su matrimonio llegara a su fin, tomaran caminos separados y aún estén pendientes de la firma de su divorcio —que todo apunta a que tendrá lugar pronto—, siguen estando muy unidos por sus hijos y su intención es seguir así. Pero las imágenes de su último encuentro han sorprendido, ya que no se les había visto tan cómplices y relajados en público desde que anunciaran el fin de su matrimonio, en enero de 2022.
Si el pasado mes de agosto no fueron vistos juntos en Bidart, su refugio en el País Vasco francés, en el que han compartido veranos inolvidables incluso tras su ruptura, ahora sí que han sido fotografiados en Barcelona, la ciudad en la se dieron el “sí, quiero” en octubre de 1997 y donde formaron una familia y un hogar.
El reencuentro tuvo lugar el pasado sábado 2 de septiembre, en el Palacio de los Deportes de Granollers, donde se celebró el partido del nuevo equipo de Pablo , el Fraikin BM Granollers, contra el CSM Constanta de Rumanía, que ha supuesto su debut en la Liga Europea de balonmano.
Asistieron a ver el debut de su hijo Pablo en la Liga Europea de balonmano con su nuevo equipo
Doña Cristina llegó al estadio acompañada por sus hijos Miguel e Irene. Tan solo faltó Juan, que comenzó el verano trabajando en Cerdeña en la Extreme E de Alejandro Agag —una categoría de competición de automóviles todoterreno 100 % eléctricos— y por sus compromisos no pudo acudir. Ya en el interior, se encontraron con Iñaki, quien saludó muy cariñoso a sus hijos y también a la infanta, a quien dio dos besos y luego estuvieron un rato charlando, sin importarles ser el objetivo de muchas miradas, con total normalidad, como unos padres separados más. Un gesto que dice mucho y que representa una nueva etapa entre ellos, donde el dolor y los malos momentos parece que han quedado atrás.
Johanna Zott, una más en la familia
Minutos después de este esperado reencuentro, llegaba la novia de Pablo, Johanna Zott , de 22 años, acompañada por sus padres y su hermana y todos se saludaron efusivamente, demostrando que la joven, quien también es una gran deportista y juega al voleibol, es una más en la familia Urdangarín Borbón.
La infanta, que sigue llevando su alianza de casada, y su exmarido se saludaron con dos besos y estuvieron charlando muy sonrientes en las gradas, acompañados por sus hijos Miguel e Irene
Antes de comenzar el partido, se sentaron en diferentes filas a pie de pista: Cristina junto a Miguel y una hermana de Johanna y, detrás de ellos, Iñaki con Irene y Johanna. Todos compartieron confidencias, risas y se vio que la novia de Pablo tiene mucha complicidad con su “cuñada” Irene.
Como una orgullosa madre, doña Cristina inmortalizó algunos momentos con tu teléfono móvil, mientras seguían de cerca cada jugada y no pararon de animar a Pablo, aunque no hubo suerte y su equipo terminó encajando una derrota.
Iñaki, quien está muy contento porque su hijo haya querido seguir sus pasos en este deporte, le dio algunos consejos al joven, quien recientemente confesaba algunas de las cosas que le recomienda: “Mi padre me dice que disfrute y haga lo que me gusta hacer”, contaba en una entrevista concedida a Mundo deportivo.
Irene y Miguel Urdangarín, que comienzan ahora una nueva etapa académica, estuvieron muy pendientes de sus padres, con los que protagonizaron efusivos abrazos
Tras finalizar el encuentro, la hermana de Felipe VI y sus hijos se fueron a casa de la familia de Johanna, donde almorzaron y se quedaron disfrutando de la tarde. La pareja, cuyo noviazgo se conoció el pasado mes de marzo, se conoció en el Liceo Francés, donde ambos estudiaban, y están muy ilusionados.
Un verano distinto
Estos meses han sido muy diferentes para la hermana de Felipe VI. Ha sido su segundo verano de soltera y el primero que no ha viajado con todos sus hijos, ya que han tomado rumbos distintos por cuestiones laborales. Como adelantamos en julio, el mayor, Juan, de 23 años, comenzaba el verano trabajando en Cerdeña, mientras que Pablo, de 22, ha podido disfrutar de unos días libres, pero pronto retomaba los entrenamientos con su nuevo equipo de balonmano.
Doña Cristina ha pasado la mayor parte del tiempo con su hijo Miguel, de 21 años, que acaba de terminar la carrera de Ciencias del Mar, que estudió en Gran Bretaña, y con Irene, de 18, que se graduó en junio. Ahora los dos empezarán también una nueva etapa, ya que él hará un máster relacionado con sus estudios y la pequeña de la casa empezará la universidad.
Al terminar el partido, la infanta y sus hijos se fueron con la novia de Pablo, Johanna Zott, y su familia a su casa para celebrar este debut
La infanta comenzó el mes de julio en Mozambique por un viaje de trabajo —es responsable del área internacional de la Obra Social de la Fundación La Caixa, coordinadora interagencias de la Aga Khan Trust and Culture y presidenta del Patronato del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal)— y después fue a Grecia con Irene y Miguel para ver su familia materna. Semanas después, estuvo en Bidart, donde se reunió con la familia de Iñaki Urdangarín, siendo fiel a la tradición de pasar unos días en familia en este paraíso francés.
Muchos esperaban que se reuniera con su madre, los Reyes y la infanta Elena este verano en Mallorca y que allí pasaran unos días con sus respectivos hijos, pero este encuentro finalmente no ha sucedido.
Ahora, con la llegada del nuevo curso, empieza una nueva etapa. Su hija se adentra en la vida universitaria y en el horizonte está la firma de su divorcio.
Un nuevo comienzo
Si su primer año separados fue muy difícil y en sus encuentros se reflejaba cierta tensión y frialdad entre ellos, en lo que llevamos de 2023 parece que ha habido un cambio en la relación de doña Cristina e Iñaki. Han sabido normalizar su situación y pasar página para seguir remando juntos por sus hijos, aunque su historia de amor haya llegado a su fin. Ya en la graduación de Irene se mostraron cercanos, y ahora, en el debut de Pablo, se han mostrado aún más unidos y los dos con una sonrisa. Y es que quieren llevarse lo mejor posible por el bien de sus hijos.
Parece que ella ha encontrado la calma, sigue adelante con su trabajo y está feliz al ver que sus cuatro hijos van encaminando su futuro.
Por su parte, Iñaki volvió a encontrar el amor y sigue su noviazgo con Ainhoa Armentia. Atraviesan una época más tranquila, después del revuelo mediático que vivieron cuando su relación salió a la luz, y este verano han sido vistos de vacaciones en Asturias y en Alicante, donde ella tiene una casa. Con la firma de su divorcio iniciarán un nuevo capítulo en sus vidas, aunque no cambiarán sus prioridades. Para ellos el bienestar de sus hijos es lo más importante y seguirán luchando por ello.