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La exprimera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, ha elegido un año más Mallorca para pasar parte de sus vacaciones de verano y ya van tres veces. La mujer de Barack Obama, quien en esta ocasión no ha contado con la compañía de su marido, aterrizaba el pasado lunes en la isla donde se reunía con dos de sus grandes amigos en nuestro país, el exembajador de Estados Unidos, Jaime Costos, y su marido, el decorador Michael Smith, tal y como ha dado a conocer el diario mallorquín Última Hora.
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Michelle, quien parece haber encontrado en este rincón balear su mejor refugio, permanece alojada en la espectacular mansión que su pareja de amigos adquiere habitualmente cerca de la costa, concretamente en la finca Ses Planes, ubicada en el municipio de Esporles, a media hora de Palma. La casa, propiedad de la empresaria Marieta Salas, tiene nueve dormitorios, nueve cuartos de baño, un espacio especial para invitados, piscina y spa.
Dispuesta a exprimir al máximo su estancia en nuestro país, Michelle, quien aprovecha estos días en España pasa hacer senderismo, navegar, disfrutar de la gran oferta gastronómica de la isla y ponerse al día junto a su grupo de amigos, se dejaba ver ayer por saliendo junto a sus anfitriones de un conocido restaurante de Puerto Portals.
Vestida con un look muy casual compuesto por un pantalón de lino negro, una camiseta de tirantes con incrustaciones de conchas, una cinta de flores en la cabeza, gafas de sol y unos aros dorados, Michelle intentó pasar desapercibida entre los turistas, algo que le resultó imposible, no solo porque fueron muchos los que la acabaron reconociéndola sino por los numerosos hombres pertenecientes a los servicios secretos estadounidenses, que la acompañaban.
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La última vez que Michelle estuvo en nuestro país fue hace tan solo unos meses, concretamente el pasado mes de abril, cuando viajó en compañía de su marido para ver en Barcelona a Bruce Springsteen, con quien ambos mantienen una estrecha amistad desde que el exmandatario consiguiera conquistar el despacho de la Casa Blanca. En aquella ocasión, la pareja aprovechó su estancia para hacer algo de turismo, visitando, entre otros lugares, el monasterio de Montserrat.