Se conocían desde hace años, pero la “chispa” surgió en 2021 y el próximo 9 de septiembre Carlos Felipe de Orleans y la ex modelo Naomi Valeska-Kern harán realidad su sueño de darse el “sí, quiero” en Orleans (Francia). El hijo de la princesa Beatriz de Orleans encontró el amor cuando menos se lo esperaba y, tal y como confiesa en el último número de ¡HOLA!, fue un auténtico flechazo. Naomi conquistó su corazón y, al conocerse, descubrieron que estaban hechos el uno para el otro.
Esta será la segunda boda para ambos. El príncipe estuvo casado entre 2008 y 2022 con Diana Álvares Pereira de Melo, duquesa de Cadaval. De este matrimonio nació su única hija, la princesa Isabelle de Orleans, que es ahijada del rey Felipe VI. Por su parte, Naomi enviudó en 2017 del diseñador Otto Kern. Ahora la vida les ha dado una segunda oportunidad y comienzan un nuevo capítulo juntos y felices por haberse encontrado.
“Nos conocimos a través de mi primo el príncipe Serge de Yugoslavia, en un almuerzo en Mónaco”, recuerda Carlos Felipe en nuestras páginas sobre la primera vez que vio en persona a su prometida. “Pero nos encontramos dos años después, en 2021, en un evento de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco. Fue amor a primera vista”, añade el hijo mayor de los príncipes Miguel y Beatriz de Orleans, que también relata con humor cómo tuvo que poner en práctica sus dotes de seducción para conquistar a Naomi.
“Pasamos la cena de gala como si estuviéramos solos en el mundo, nada importaba más que el uno para el otro. Nos reímos mucho y bailamos hasta la madrugada. No quería que la noche terminara. Nos reencontramos al día siguiente, antes de mi partida, almorzamos juntos y tuve que trabajar todos mis encantos para que accediera a verme de nuevo. Tuve que cortejarla mucho tiempo, me hizo esperar. Fue un intenso y trepidante juego de seducción, digno de las películas más románticas de Hollywood”, nos dice Carlos Felipe entre risas.
De hecho, esta faceta del príncipe fue una de las que enamoró a Naomi, como nos desvela ella misma: “Es un hombre con un buen humor contagioso, siempre positivo, que ve lo mejor de cada uno de nosotros allá donde va. Es un optimista de la vida, como yo, y nos gusta viajar, descubrir el mundo, conocer y aprender juntos. Pero lo más extraordinario es esa complicidad que hubo entre nosotros desde el primer encuentro. Y, además, es un hombre muy guapo...”.