Paloma Segrelles vacaciones ‘chic’ en el sur de Francia junto a su familia

Biarritz no solo es uno de los destinos más   top  para los amantes de unas buenas vacaciones. Visitar las grandes playas de esta localidad costera —elegida por príncipes y aristócratas de todo el mundo— es conocer el paraíso de los surferos más cool y entrar en sus palacios, cargados de historias de siglos pasados, es como realizar un “viaje en el tiempo”. Es lo que le ocurrió a Paloma Segrelles, que pasó unos inolvidables días en la elegante ciudad del País Vasco francés con  sus hijas, Paloma y Tiziana , de trece años, y sus padres: “Nos encanta Biarritz. El clima es muy bueno, está lleno de rinconcitos ideales para tomar algo y dar paseos y vas a todos los sitios andando”.

© EuropaPress

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Alojadas en el histórico Hôtel du Palais, uno de los establecimientos más emblemáticos del mundo, que fue residencia de verano de la Emperatriz Eugenia de Montijo, mujer de Napoleón III, la presidenta adjunta del Club Siglo XXI disfrutó de su descanso antes de que sus mellizas afronten su nuevo reto académico en Madrid. “Mis hijas van muy bien. Sacaron buenísimas notas el curso pasado y aprobaron los exámenes oficiales de idiomas de francés y chino, que no son fáciles. Son muy conscientes de la importancia de estar bien preparadas y construirse un buen currículum para el futuro”. Aficionadas al ejercicio físico, las jóvenes también practicaron el surf. “Les encanta hacer deporte. Por otra parte, ya están en la adolescencia y les gusta hacer planes con los mayores, como dos más”, nos cuenta Paloma, para la que su mejor pasatiempo, en estos días, es no tener obligaciones debido a su superajetreada vida. En septiembre retomará sus actividades en su prestigiosa asociación cultural, que contará entre sus primeros invitados con las campeonas mundiales de la selección española de fútbol femenino, y comenzará una nueva etapa profesional como presidenta de la Comisión de Ética, Igualdad y Diversidad de la CEIM y como vocal de la misma comisión en la CEOE, con la “ilusión de poder aportar mi granito de arena”.