El mes de agosto no ha podido terminar mejor para Nerea Camacho y Gonzalo Velasco. La feliz pareja, que anunció públicamente su compromiso en mayo del pasado año, selló su amor ante el altar el pasado fin de semana en una idílica ceremonia que tuvo lugar en el cortijo La Tortuga Mora cuatro años después de comenzar su relación sentimental. Emociones a flor de piel, decoración exquisita y mucha complicidad fueron el denominador común del gran evento, al que asistieron sus familias y sus seres queridos más cercanos.
Lluvia de pétalos, emociones a flor de piel y mucha magia
La actriz, popular por su papel protagónico en Camino y ganadora de un premio Goya como actriz revelación, de 27 años, y el jugador de balonmano Gonzalo Velasco, de 29, se dieron el 'sí, quiero' en una jornada en la que la alegría y el romanticismo podía palparse. "Un día mágico que jamás olvidaremos", ha reconocido ahora, pasados varios días, la talentosa intérprete, que ha admitido que fue "la boda de nuestros sueños" gracias, en buena parte, a la fantástica labor de la empresa de organización de bodas Tú y yo Ceremonias: "Tuvimos la mejor organizadora y decoradora, Tú y yo Ceremonias", nos ha contado Nerea. La wedding planner, que se volcó por completo para lograr un resultado óptimo, ha señalado que aquella jornada fue "un evento destacado", una "ceremonia excepcional" por varios motivos.
En primer lugar, el oficiante, Canco Rodríguez, que mantiene una bonita amistad con Nerea y han trabajado juntos, demostró un nivel de maestría mayúsculo en el que la emotividad, la intimidad y su capacidad para transmitir el mensaje acaparó toda la atención. Durante la ceremonia previa al convite, con catering de La Alcazaba, y a la fiesta nocturna, todos los allí presentes estuvieron involucrados y emocionados y sus palabras no dejaron lugar a un solo instante de monotonía. El papel de los asistentes fue clave también después de que el recién estrenado matrimonio se prometiera amor eterno, cuando rodearon a los novios para agasajarles con una llamativa y encantadora lluvia de confetis y pétalos de flores en color blanco en sustitución del tradicional arroz. Además, tal y como nos ha revelado la protagonista, "los padrinos fueron la mamá de Gon y mi padre y tuvimos damas y damos de honor, que fueron nuestros mejores amigos".
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Un enlace soñado en la tierra natal de Nerea
Nerea y Gonzalo estaban exultantes. Aunque ambos siempre han preferido llevar su romance bajo el paraguas del hermetismo, quisieron abandonar por un día la discreción para dar paso a la efusividad, la conexión y cumplir un sueño. Porque su historia no merecía un broche menor y en una localización que no fuera la tierra natal de la actriz: Almería. En concreto, los novios se decantaron por el cortijo La Tortuga Mora, ubicado en la autovía que une la localidad con Murcia. Se trata de un espacio privado, íntimo y sumamente exclusivo que fue en el pasado una finca de labranza y que cuenta con amplios jardines y pinares que fueron el telón de fondo de la fecha más señalada de sus vidas. De carácter acogedor y sofisticado pero sin renunciar a la esencia rural del entorno, fue una apuesta ganadora teniendo en cuenta la condición íntima del enlace, pues su popular salón de madera tiene capacidad para doscientas personas.
Para la ocasión el cortijo puso a disposición de los novios su mobiliario rústico, de igual forma que algunos toques de la fantástica decoración, de aires oníricos y en sintonía con la propuesta nupcial de la novia, que iba radiante. Para estar tranquilla, relajada y cuidar todos los detalles del look, Nerea se preparó en el hotel SPA Aire Ancient Baths de Almería.
Un vestido de princesa, en sintonía con la decoración
La actriz que diera vida a personajes en series tan aclamadas como El barco o Bienvenidos al Lolita y en largometrajes de la talla de A tres metros sobre el cielo o Tengo ganas de ti, se enfundó en un vestido de tirante ancho, escote corazón, pequeñas transparencias, bordados y detalles de pedrería en la zona del corpiño firmado por Sedka Novias, el mismo creador que elaboró el traje de su padre, según nos ha revelado. Un diseño muy favorecedor con aires de princesa y corte en la cintura cuya falda de tul se caracterizaba por ser muy vaporosa y cómoda. A modo de complementos se inclinó por un pequeño tocado de flores, de Maradri Tocados, en la zona derecha de su melena que dejó suelta y moldeada con unas sutiles ondas por Javier González Muah, velo de tul y ramo de rosas blancas. Los zapatos eran de Paco Gil Shoes y el maquillaje, muy natural, corrió a cargo de Ana Laura Maker. Por su parte, el deportista madrileño formado en telecomunicaciones se enfundó en un traje azul de tres piezas de Bund Company, camisa blanca y corbata en otra tonalidad de azul más clara.
Este inolvidable momento personal llega en una etapa muy bonita para Nerea también en lo profesional. La joven se subirá junto a Marcos Ruiz al escenario del Nuevo Teatro Alcalá de Madrid el próximo 23 de octubre para recoger un galardón otorgado por la Fundación de Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión (AISGE) en la categoría Nueva Generación de sus Premios Actúa en la decimoquinta edición del acto.
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