Ángeles Béjar, la madre de Luis Rubiales, ha abandonado el hospital Santa Ana de Motril tras sufrir un colapso después de tres días en huelga de hambre y atrincherada en la iglesia Divina Pastora de la localidad de granada por la polémica del beso en la boca de su hijo a la jugadora de la selección de fútbol Jenni Hermoso. La madre del que fuera presidente de la Real Federación Española de Fútbol tuvo que ser trasladada a urgencias tras sentir un gran malestar físico: mareos, vómitos, palpitaciones y las piernas muy hinchadas en su tercer día atricherada en la iglesia, desde donde suplicaba a Jenni Hermoso que "diga la verdad" y "mantenga la versión que tuvo al principio de los hechos".
A última hora de ayer Luis Rubiales viajaba a Motril muy preocupado por la salud de su madre, de más de 70 años y con una enfermedad crónica del riñón, a la que llevaba pidiendo que abandonara su encierro desde que comenzó el pasado 28 de agosto. Él mismo fue quien le recomendó que acudiese a urgencias después de hablar con ella por teléfono y notar su malestar y el estado de nervios en el que se encontraba, tal y como ha revelado el párroco de la iglesia Divina Pastora, que niega que Ángeles Béjar vaya a regresar al templo una vez se recupere del colapso.
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Durante su estancia en el hospital la realizaron una serie de pruebas médicas, la mantuvieron cinco horas en observación y tras responder de forma satisfactoria al tratamiento y estabilizarla, abandonó el centro en compañía de su hijo para regresar a su domicilio, donde se recupera junto a su familia.
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Durante los días que ha durado la huelga de hambre la madre de Luis Rubiales ha estado acompañada de sus familiares, que se turnaban para no dejarla sola. En este periodo solamente ha ingerido líquidos, junto con su medicación, y ha dormido en un colchón junto a la sacristía. Ella sigue sin entender "por qué se están ensañando con su hijo" y qué "hay detrás de toda esta historia", ya que su hijo "es incapaz de hacerle daño a nadie". Por su parte, Luis Rubiales le ha hecho una petición tanto a su madre como al resto de familiares y les ha dicho que no hagan declaraciones a los medios mientras aguarda los pasos del Gobierno en torno a su suspensión como presidente de la Federación de Fútbol.