Una imagen dice, sin duda, más que mil palabras, y ellos no pueden estar más emocionados contando los días que faltan para convertirse en marido y mujer. Carlos Felipe de Orleans y Naomi-Valeska Kern cumplirán su sueño de casarse el próximo 9 de septiembre, en Orleans (Francia), y, en plena cuenta atrás, nos han recibido en su casa de la Provenza, donde nos han adelantado algunos detalles de su gran día, nos han desvelado cómo comenzó su historia de amor y nos han enseñado algunas de sus aficiones.
El hijo de la princesa Beatriz de Orleans encontró el amor cuando menos se lo esperaba y nos confiesa que fue un auténtico flechazo. Naomi conquistó su corazón y, al conocerse, descubrieron que estaban hechos el uno para el otro.
Para ambos este será su segundo matrimonio. Carlos Felipe está separado de Diana Alavares Pereira de Melo, duquesa de Cadaval y madre de su hija, Isabella, mientras que Naomi estuvo casada con el diseñador Otto Kern, quien falleció en 2017. Ahora la vida les ha dado una segunda oportunidad y comienzan un nuevo capítulo juntos y felices por haberse encontrado.
—Carlos Felipe, ¿cómo están viviendo estas últimas semanas antes de la boda?
—Estamos tan felices como relajados, en casa, en la Provenza, preparando con calma los últimos detalles. Estamos ansiosos por intercambiar nuestros anillos de boda y escuchar al alcalde decirnos “en nombre de la Ley, los declaro unidos en matrimonio”.
—¿Dónde y cuándo tendrá lugar?
—La boda tendrá lugar, en el ayuntamiento de Orleans, el sábado 9 de septiembre.
—¿Por qué han elegido ese sitio?
—Por los lazos que existen entre la ciudad de Orleans y nuestra familia. Compartimos el mismo nombre y la misma historia, entre otras, con Juana de Arco, santa patrona de Francia. También es uno de los ayuntamientos más bonitos de Francia y conozco al alcalde desde hace 20 años.
—¿Tendrán muchos invitados?
—Será un matrimonio civil familiar e íntimo. Lo más importante en la vida es la familia y los amigos más cercanos, por eso estaremos rodeados por ellos. Y, por supuesto, nuestros testigos, que son mi cuñado, Édouard Crépy, marido de mi hermana, la princesa Clotilde, y el diseñador Philippe Starck por mi parte, y los dos mejores amigos de Naomi, que son Candy Kern, hija de su difunto marido, y Olivier Widmaier Ruiz Picasso.
—¿Cuántos años tiene ya su hija, Isabelle?
—Once años. Es una joven llena de vida y superequilibrada. Actualmente está de vacaciones con nosotros y pasando nuestros días juntos: piscina, deportes, paseos... Los tres somos muy cómplices.
“Nos conocimos por mi primo el príncipe Serge de Yugoslavia. Dos años después, nos reencontramos en un evento de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco. Fue amor a primera vista”
—¿Tendrá algún papel especial en la ceremonia?
—¡Claro que sí! Isabelle va a jugar un papel primordial en esta ceremonia: la responsabilidad de las alianzas.
—¿Cómo fue el comienzo de su historia de amor con Naomi?
—Nos conocimos a través de mi primo el príncipe Serge de Yugoslavia, en un almuerzo en Mónaco. Pero nos encontramos dos años después, en 2021, en un evento de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco. Fue amor a primera vista. Pasamos la cena de gala como si estuviéramos solos en el mundo, nada importaba más que el uno para el otro. Nos reímos mucho y bailamos hasta la madrugada. No quería que la noche terminara. Nos reencontramos al día siguiente, antes de mi partida, almorzamos juntos y tuve que trabajar todos mis encantos para que accediera a verme de nuevo. Tuve que cortejarla mucho tiempo, me hizo esperar. Fue un intenso y trepidante juego de seducción, digno de las películas más románticas de Hollywood.
—La suya no será la única boda en su familia este año: su madre, la princesa Beatriz de Orleans, nos anunció que Louis Nicolas Crépy se casa en otoño.
—¡Ciertamente hay matrimonios a la vista en la familia! Mi sobrino Louis Nicolas se casa el próximo octubre, en Valencia, con Carolina Torio Ballester, una maravillosa joven española. También hay otra boda en el verano de 2024. Se casa mi sobrino Charles Édouard, el segundo hijo de mi hermana, la princesa Clotilde, con una joven alemana, Anna Magdalena Goebel. Ambos son médicos en Estados Unidos, pero también optaron por casarse en España.
Habla Naomi Valeska
—La novia siempre es la protagonista en una boda y guarda el mejor secreto, el vestido. ¿Qué nos puede adelantar del diseño?
—Trasladé el amor de Carlos Felipe por España al decidir crear mi vestido de novia con una diseñadora madrileña, Valenzuela Atelier. Cuentan con mi total confianza. Tienen un saber hacer excepcional y una magnífica intuición para la novia. Diseñamos juntos un vestido de seda sublime de elegancia y atemporal.
—¿Cómo fue la pedida de mano?
—Fue inmensamente romántica y conmovedora. Era la noche de mi cumpleaños, el 2 de marzo, y no me lo esperaba. Tuvimos un día increíble y por la noche me sorprendió con una cena romántica, durante la cual se arrodilló y me propuso matrimonio. El anillo de compromiso es un rubí, símbolo del amor y la pasión eternos, rodeado de diamantes.
—¿Qué es lo que le enamoró de él?
—Es un hombre con un buen humor contagioso, siempre positivo, que ve lo mejor de cada uno de nosotros allá donde va. Es un optimista de la vida, como yo, y nos gusta viajar, descubrir el mundo, conocer y aprender juntos. Pero lo más extraordinario es esa complicidad que hubo entre nosotros desde el primer encuentro. Y, además, es un hombre muy guapo...