No fue su mejor tarde, pero en el tendido se encontraba su primogénito para darle ánimos. José María Manzanares, de 41 años, toreó ayer en Colmenar Viejo, Madrid, bajo la atenta mirada de José Mari, de 11 años. Padre e hijo llegaron juntos a la plaza y Manzanares tan solo soltó la mano del pequeño para firmar autógrafos a unos niños que esperaban su llegada con ilusión. Después, José Marí, que guarda un gran parecido con su padre, subió al tendido y el diestro se quedó en el burladero esperando a su primer toro de Zacarías Moreno.
Manzanares y su hijo protagonizaron tiernas imágenes durante la faena. El torero se acercó a José Mari para darle un beso y un abrazo, una imagen que nos recordó a aquellos momentos en los que el diestro, siendo niño, acudía a la plaza con su padre, el inolvidable José María Manzanares, que falleció el 28 de octubre de 2014.
El torero lleva su vida personal con gran discreción y no es habitual verle en la plaza con su familia o asistiendo a eventos públicos con su mujer y sus tres hijos. Manzanares está casado desde el 6 de noviembre de 2010 con Rocío Escalona, su novia de toda la vida. La ceremonia religiosa tuvo lugar en la iglesia de Nuestra Señora de Gracia, Alicante, y el banquete posterior en el Hotel Asia Garden situado en la localidad de Benidorm.
Un año después del 'sí, quiero', el 25 de noviembre de 2011, vino al mundo el primogénito del matrimonio y Manzanares anunciaba su nacimiento con este mensaje: "¡Ya nació JOSÉ MARI! ¡3,040 kg y muy calladito! ¡La madre está muy bien! ¡Gracias a todos por las felicitaciones!".
En 2013 nació su hija Julieta y en 2016 su hija Gabriela. Días antes del nacimiento de Gabriela, el diestro se mostraba más feliz que nunca: "Estoy feliz por ser padre de familia numerosa y deseando que venga ya para que sus hermanos, José María y Julieta, la conozcan. La verdad es que estamos viviendo una época bonita para nosotros". También adelantaba que su intención era estar con Rocío en el momento del parto: "Estuve en los dos anteriores y la verdad es que te mareas un poco, porque no estás acostumbrado a ver a una persona sufrir".
Manzanares y Rocío se conocieron en el instituto, en el año 1999, y desde entonces no se han separado ni un solo instante. "Rocío es mi apoyo en los momentos malos, cuando las cosas no funcionan como uno quiere. Ella siempre está para apoyarme", dijo el torero en una entrevista concedida a ¡HOLA!. En el momento de esta conversación no estaban casados, pero el diestro ya soñaba con la boda y con ampliar la familia. Lo que no tenía muy claro era si quería que sus hijos siguieran sus pasos en el mundo del toro. "No lo sé. Para mí es lo más bonito que hay, pero, por otro lado, es lo más difícil. Ser figura del toreo es muy sacrificado. Hay que saber muy bien lo que quieres y tener la mente muy despejada, porque aquí te juegas la vida cada tarde. Ahora mismo no sé si querría que mis hijos fueran toreros", admitió.
La gran emoción de José María Manzanares al recordar a su padre