Mireia Canalda y Felipe López formaban, sin lugar a dudas, una de las parejas más estables del panorama nacional. El mejor ‘equipo’ y una familia unida, como ellos mismos mostraban en sus redes sociales y en cada aparición pública. Pero este fin de semana surgían rumores -que sonaban cada vez con más fuerza-, que apuntaban que su matrimonio no estaría pasando por su mejor momento y que, incluso, podría haber llegado a su fin.
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Las alarmas saltaron cuando los seguidores de la modelo se percataron de que ya no compartían imágenes juntos -algo que era muy habitual-; y que habían disfrutado de este verano por separado: ella, en Ibiza y Portugal; él, en su Galicia natal.
Ajenos a todo el ruido mediático, optaban por guardar silencio. Hasta ahora. Porque Mireia y Felipe han hablado, en primicia, con ¡HOLA! para contarnos toda la verdad y confirmarnos que, en efecto, han tomado la más difícil de las decisiones: emprender caminos separados después de once años y dos hijos en común, Inés y Nuno, que, como siempre, son su máxima prioridad . Sin embargo, lejos de lo que se pueda imaginar, entre ellos no hay ningún tipo de conflicto. Ni de rencor. Como sucede a tantas otras parejas, ha hecho que el amor que se procesan, simplemente, haya cambiado.
Habla Mireia: ‘Estoy muy orgullosa de la valentía con la que se ha afrontado esto’
- ¿Cómo te encuentras en estos momentos?
- Yo estoy bien, esto no ha sido de ahora, llevamos meses separados. Lo único que separados viviendo en la misma casa porque se está haciendo muy paulatinamente. Felipe y yo nos llevamos bien, no ha habido ningún problema, no ha habido terceras personas. Simplemente el amor ha cambiado de forma. Y éramos un equipo, dejamos de ser una pareja hace mucho tiempo, pero le hemos puesto voz hace tres meses, más o menos. Él está buscando casa, pero como no hay nada grave de por medio, podemos hacerlo con tiempo. Todo desde la calma y desde el amor. Y de momento está siendo todo así.
Felipe es una bellísima persona. Estoy muy feliz de haber elegido a Felipe como el padre de mis hijos y la persona que me ha acompañado durante 11 años. Y me va a seguir acompañando toda la vida.
- ¿Está decisión ha sido tomada de mutuo acuerdo?
- Sí, siempre hay una persona que da el paso, pero cuando lo hablamos, él estaba completamente de acuerdo. Con toda la pena de nuestro corazón, porque habíamos construido algo muy bonito. Nos hemos centrado tanto en los niños que nos olvidamos de nosotros. Llegó un punto que abrimos los ojos y vimos que hacía tiempo que no éramos pareja, sino que éramos un equipo. Y yo entiendo la vida desde un lugar muy pasional, de comerte cada instante y no a medias tintas. Y nuestra relación estaba a medias tintas.
- Lleváis once años de relación, tuvo que ser muy duro ese momento en el que os disteis cuenta.
- En cuanto decidimos romper, yo he cogido todas las enfermedades habidas y por haber. Imagínate cómo es el cuerpo que está sosteniendo y una vez sueltas…yo cogí Goma, que es una enfermedad de las encías, que dicen que solo aparece cuando tienes una muerte de alguien o una ruptura muy importante… parecía que se caían los dientes, un dolor horrible. Me puse a 40 de fiebre…
Era muy difícil sostener, tú puedes estar así toda la vida. Pero decidir romper una familia, hacerle esto a los niños, es muy complicado, y ha sido durante un año. Y para mí este año ha sido muy duro. La responsabilidad y la culpa que te pesa, sobre todo por los peques. Para mí, este año ha sido mi año de luto. Cuando ya he tomado la decisión y he ido hacia delante, ha sido liberador.
- ¿Los niños ya lo saben?
-Sí, ya lo saben. Se lo dijimos un mes y medio después de tomar la decisión pero decidimos esperar. Lo hicimos con una super bonita puesta de sol, en la playa, tuvimos una charla con ellos. Les dijimos que nos queremos por igual, pero el amor cambia de forma, y que no tienen que sufrir, que todo va a salir bien. Sí que hemos intentado tener muchos momentos juntos.
En el cumple de los peques ya estábamos separados, pero nos fuimos a Portaventura juntos, compartimos un día de furgoneta juntos… estas vacaciones de verano, él estaba en Ferrol y yo he ido un par de días con ellos. De momento lo llevan súper bien.
- ¿Felipe se quedará en Cataluña?
- Sí. Los dos tenemos muy claro que queremos estar cerca.
“La responsabilidad y la culpa que te pesa, sobre todo por los peques... Para mí, este año ha sido mi año de luto. Cuando ya he tomado la decisión y he ido hacia delante, ha sido liberador”
- Aunque esta decisión haya sido de hace unos meses, has comentado que ha sido todo un año de reflexión, y ha sido un año complicado, ¿has acudido a algún coach o terapia?
- He estado en manos de mi terapeuta, se llama Susana Espelleta y me ha ayudado muchísimo.
- Eres una persona muy espiritual, ¿crees que eso también te está ayudando en estos momentos tan difíciles?
- Yo creo que la parte espiritual siempre te acompaña en todo, pero sobre todo creo que me está ayudando en cuanto a los niños. Ellos tienen una inteligencia emocional que les ayuda a sobrellevar esto. Este impacto. En cuanto a mi, por supuesto, y también en cuanto a Felipe. El autoconocimiento ayuda a empatizar con el otro, a pensar más en el otro. Y esto siempre ayuda en cualquier cosa que hagas.
- ¿Cómo afrontas esta nueva etapa?
- Estoy muy orgullosa de la valentía con la que se ha afrontado esto, porque creo que hay que ser valiente para no conformarse en una cosa que tampoco te hacía un daño evidente, sino un daño interior. Hay una valentía de salir de la zona de confort. Buscar que el amor se dé desde otro ángulo. A la vez, mucho miedo, porque toda la vida he estado sola, pese a estos 11 años en los que no. Entonces también hay miedo, pero a la vez está ese punto de ilusión, porque cuando todo se destruye, también tienes la oportunidad de crear.
- En el plano laboral, ¿hay algo nuevo que te apetezca hacer?
- Llevo un tiempo sopesando el hacer algo en televisión, porque yo me aparté durante tres años, y ahora pica un poco el gusanito. Si de repente aparece algo que me es agradable, que va conmigo, que baile con la filosofía de vida que llevo actualmente, adelante. Pero no quiero que la televisión sea mi manera de ganarme la vida, quiero que sea un lugar al que yo vaya para pasármelo bien.
“Construí un amor para toda la vida, he sido extremadamente feliz con él, es un hombre paciente, generoso, bondadoso... es el mejor padre que podía encontrar para mis hijos”
- ¿Qué extraes en positivo de estos once años con Felipe?
- Todo. Todo es positivo. Construí un amor para toda la vida, he sido extremadamente feliz con él, es un hombre paciente, generoso, bondadoso... es el mejor padre que podía encontrar para mis hijos. Creo también que, el postcovid nos ha pasado mucha factura, aunque pienso que el fin hubiera llegado igual. Es un hombre positivo, maravilloso. Si volviera atrás, no cambiaría nada. Lo único que cambiaría sería hacer terapia de parejas. No ahora, pero hace tres años, cuando tú ya sientes que se está desgastando...
- ¿Crees que os hubiera ayudado?
- Creo que todas las parejas deberían hacer terapia de pareja. Porque, aunque estás creciendo juntos, el crecimiento personal interno es diferentes. Los raíles van paralelos, pero si en algún momento se comienzan a separar, la terapia puede ayudar a volver a ponerlos en paralelo. No juntos, sino en paralelo.
- En el plano laboral, ¿vais a seguir trabajando juntos?
- Es la casa donde vivimos, donde hago los retiros. No hemos hablado de todo al 100%. No hemos pedido un abogado ni nada. A priori, me lo quedo yo, pero porque yo soy la que estoy aquí, la que lo trabaja. Él ha invertido mucho tiempo, pero también nos ha rentado para la familia.
- ¿Habéis iniciado los trámites?
- No, de momento es lo que menos nos importa. Lo que queríamos era empezar a dar pasitos hacia delante. Y es eso, no hay unas maletas en la puerta de “vete ya”. Pero no contemplo opción de reconciliación. No nos estamos dando un tiempo.
Habla Felipe: ‘No ha sido de hoy para mañana. Ha habido una situación de desgaste, pero nuestra relación se ha forjado en el amor’
- Felipe, ¿cómo estás? Nos ha contado Mireia que la decisión ha sido mutua, pero no dejan de ser momentos complicados.
- Te puedes imaginar… todo va bien dentro de la tristeza. No ha pasado nada grave. Simplemente termina un proyecto en común. Al final, nuestra decisión ahora ha sido llevar caminos diferentes. Lo más importante para nosotros son nuestros hijos.
- Ella nos ha insistido en que no hay terceras personas, simplemente que, como sucede en tantas parejas, las historias tienen un principio y un final...
-Hemos construido una historia súper bonita. Tenemos unos niños maravillosos, que son fruto de ese amor y la pasión y, bueno... Cuando te involucras tanto en un proyecto, a veces, hay cosas de las que no te das cuenta, que vas dejando sin querer, de forma inconsciente... y, al final, la pareja se ve un poco tocada. Pero no hay terceras personas. Somos una pareja que ha formado un buen equipo. En algunas ocasiones, en la vida nos toca tomar decisiones que no son bonitas, pero que, al final, son buenas para todos y hay que ser feliz. Somos una familia y nos llevamos muy bien. Siempre estaremos unidos por todo y por los pequeños.
- Ellos son vuestra prioridad.
- Para todos los padres del mundo, los niños son la prioridad. Son nuestro motor, nuestro punto de encuentro, giramos alrededor de nuestra familia y lo seguiremos haciendo, pero con vidas separadas.
- Seguís viviendo en la misma casa, pero, ¿ no te planteas volver a Galicia?
- No, no. Al final el centro de nuestra vida son nuestros hijos y siempre vamos a estar donde estén ellos. Cada uno tiene su trabajo, y el mío está en Barcelona, donde estoy muy contento, y es un buen lugar para que los niños puedan crecer. Los pequeños están ahora conmigo y luego, otras veces, estarán con ella. Va a ser todo muy normalizado e intentaremos que sea lo más fácil posible para todos.
He estado este verano allí, en Galicia, y he podido cargar las pilas. Claro que me gustaría que mi familia estuviera más cerca, y más en estos momentos en los que los echo de menos, pero siempre he estado trabajando lejos de mi tierra.
- Estáis pasando por un proceso, una ruptura que, aunque sea consensuada, no deja de ser duro, ¿has recurrido a la terapia?
- No, la verdad es que no. No sé si lo necesitaré en un futuro -y no descarto ir-, pero de momento no he ido. Por ahora intento buscar las cosas positivas y ser empático con todo lo que ello conlleva. Ahora nos toca asimilarlo, no somos ni la primera ni la única pareja que ha roto. Con ella (Mireia) todo es muy fácil, y eso me ayuda a asimilarlo todo y afrontarlo de una manera más tranquila, no desde el duelo, porque no hay mala relación. Cada uno intenta hacerlo de la mejor forma.
“Todo va bien dentro de la tristeza. No ha pasado nada grave. Simplemente termina un proyecto en común”
- Tú has sido deportista durante mucho tiempo, y si algo caracteriza a los deportistas es su resiliencia...
- Supongo que sí, al final a lo largo de toda tu época como deportista, sobre todo si eres uno de alto nivel, entrenas la parte afectiva. Eso me ha ayudado, me ha dado herramientas para saber dónde se ha fallado, reconocer los errores y, sobre todo, en algo tan maravilloso como lo que teníamos nosotros... Y lo que seguimos teniendo. Lo único que cambia es que estaremos separados, pero el proyecto familiar no cambiará nunca.
- ¿Te tomó por sorpresa o fue algo meditado?
- Nunca quieres ver las cosas. Es algo que no es de hoy para mañana, porque si fuera puntual, no estaríamos en esta situación. Ha habido una situación de desgaste, pequeñas cosas que, al final, te llevan a tomar la decisión. En tu cabeza siempre tienes en mente que quieres llegar hasta el final con esa persona, pero la vida es así y hay que tomar ciertas decisiones por el bien de todos. Nos merecemos ser felices y, a la larga, será lo mejor.
- Entre vosotros prevalece el amor, se nota mucho el cariño mutuo que os tenéis.
- Nuestra relación se ha forjado en eso, en base al amor. Eso es lo que va a prevalecer. Ella (Mireia) es maravillosa, una increíble madre, y ha sido una maravillosa compañera. Cuando tienes eso como base, es todo más fácil. Hay mucha empatía, amor y respeto... y esto sólo conduce a que todo vaya bien y que los niños sigan teniendo esa estructura y estabilidad, juntos o separados.
- Esta nueva etapa, ¿cómo la afrontas?
- Yo soy de las personas que vive el momento. Quiero estar tranquilo y hacer las cosas con tranquilidad, sin tomar decisiones precipitadas. Estamos en una situación de estabilidad. Yo creo que al final hay que tener un periodo de duelo. Esta es una situación que, aunque sea ‘fácil’ porque hay amor, hay que asimilar, digerirla y no me planteo el futuro de manera inmediata. Quiero disfrutar de esta nueva etapa con mis hijos y estar para ellos. Son emplares, hay mucho trabajo emocional detrás y, nos están ayudando mucho. Si ellos sufren, eso te va mellando. Pero lo cierto es que son increíbles.
- ¿No hay posibilidad de reconciliación o una segunda oportunidad?
- No, yo creo que es una decisión meditada y no ha sido tomada a la ligera porque es muy difícil dar el paso. Al final, si es difícil en pareja cuando hay amor, imagínate con dos niños que tenemos... pero la vida es un poco esto. Papá y mamá se quieren, pero de otra manera. Sería un error volver atrás. El amor va a estar ahí siempre porque hemos hecho una cosa increíble y lo que tenemos que hacer ahora es trabajar en ello. Lo que quiero es que ella sea lo más feliz posible. Esta etapa nos ha servido como crecimiento, y hemos aprendido mucho el uno del otro, pero no tendría sentido volver atrás. La vida no sabes por dónde te va a llevar, pero es una decisión meditada y lo mejor para todos. Seguiremos creando momentos juntos, como familia.
El 16 de junio de 2018, unos enamorados Mireia y Felipe se dieron el ‘sí, quiero’ en Montgat, Barcelona, mediante una ceremonia civil, y quisieron celebrar su amor por todo lo alto unos días más tarde, en Ibiza, la joya de las islas pitiusas, con un festejo al aire libre, temática ibicenca y rodeados de sus familiares y amigos más cercanos.