No está siendo un verano fácil para Nerea Pérez de las Heras. Tal y como ella misma ha contado después de algo más de un mes, el pasado 23 de julio sufrió un desafortunado accidente marítimo que le llevó a ingresar de urgencia en Hospital General Mateu Orfila, el principal centro de la isla de Menorca, y después a ser trasladada en avioneta al Hospital Universitario Son Espases, en Mallorca. Fue allí donde, tras seis días en un box de la zona de reanimación y haberle realizado tres cirugías y "un bypass fallido", le amputaron parte de la pierna derecha. "El domingo 23 de julio, mientras el país votaba, yo tuve un accidente en el mar que me hará celebrar mi cumpleaños dos veces al año", ha comenzado contando a su comunidad de más de setenta mil admiradores junto a varias instantáneas que demuestran la gravedad de lo ocurrido.
Su rápida reacción y la eficiencia de los médicos salvaron su vida
A sus 41 años, la humorista y periodista ha confesado con gran entereza y un punto del humor que le caracteriza que nunca olvidará aquel domingo, el día en que renació tras vivir este desdichado contratiempo. Junto a un carrusel de imágenes en las que aparece en la camilla de la clínica donde le "salvaron el pellejo" arropada por su novia Ana, entre multitud de medicamentos y sin borrar la sonrisa de su rostro, la madrileña ha relatado con palabras cómo sucedió todo. "Ana y Carmen me sacaron del agua -que era una sopa roja alrededor de nosotras- yo me hice un torniquete, pedí agua, informé de mi grupo sanguíneo, Arden llamó a una ambulancia. No hemos estado más espabiladas en la vida. Me mantuve 'alerta, consciente, orientada', como dice el informe médico, durante horas, hasta el primer quirófano", ha expresado.
Su rápida reacción y la eficiencia de los profesionales médicos jugaron un papel clave a la hora de salvar su vida. Después de pasar por el Hospital General Mateu Orfila y ser trasladada posteriormente al Hospital Universitario Son Espases de la isla vecina, la monologuista pasó por quirófano en tres ocasiones y, según ha señalado en la misiva virtual, "después me amputaron parte de la pierna derecha". Aquello tuvo lugar hace exactamente un mes, el día 28 de julio: "Me acabo de dar cuenta de que hoy hace un mes que empecé esta nueva vida 'cyborg'. Aunque no dije nada por aquí, no ha sido un mes de silencio, todo lo contrario, ha sido un mes de pitidos de máquinas que me mantenían viva, de pitidos de mensajes y llamadas que me mantenían viva, de hablar y hablar y escuchar y escuchar a doctoras, amigas, auxiliares, hermanas, hermanos decirme las cosas más bonitas y más importantes de mi vida", ha reconocido.
Arropada en todo momento por Ana, su pareja
Nerea, cuya elogiable labor profesional es muy seguida, en especial el podcast Saldremos mejores que comparte con Inés Hernand, ha puesto en valor la cantidad de muestras de cariño que ha recibido por parte de sus seres queridos y populares rostros del panorama social, en especial, de su pareja, quien "no ha dejado de sacarme del agua constantemente cada minuto desde el día 23". Ana, de cuya preciosa relación sentimental presume siempre que tiene ocasión y a quien se refiere como una auténtica espartana, no ha soltado su mano en ningún instante y ha estado "cuidándome con una fuerza y una alegría nunca vistas".
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Además de confesarse afortunada por "tener una red que esta vez no está a mi alrededor, sino justo debajo de mí, floreciendo, brillando, sosteniendo mi cuerpo machacado", Nerea ha terminado agradeciendo el encomiable trabajo de los sanitarios y su propio "instinto de supervivencia de cucaracha indestructible" que le hizo salir adelante y lograrlo con un optimismo plausible. "Que pies, para qué los quiero si tengo alas para volar", ha concluido, demostrando su capacidad de superación y su deseo de disfrutar de esta segunda oportunidad que la vida le ha brindado. Con fuerza, optimismo y rodeada de amor.