Nació en Zaragoza, tiene 39 años y se dedicó a jugar al fútbol profesional durante una década, llegando a estar a las órdenes del entrenador Pep Guardiola en el Barcelona B, filial del F.C. Barcelona. Sin embargo, muchos han conocido a Eneko Fernández de Garayalde Jiménez a raíz de su paso por el concurso MasterChef, donde fue el ganador de la undécima edición. Y es que nada se resiste a este atractivo exfutbolista de 1,85 metros de altura que, el pasado mes de julio, se convirtió en padre de familia numerosa con el nacimiento de su tercera hija. Ahora posa como todo un profesional de los fogones en el restaurante MasterChef, con motivo de la publicación de su primer libro de cocina, Las recetas de Eneko (Editorial Espasa), en el que recoge algunas de sus mejores creaciones como el ‘Secreto ibérico marinado en sabores asiáticos’ y también el menú con el que triunfó en la pequeña pantalla.
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—Eneko, ¿qué sentiste cuando los jueces pronunciaron tu nombre como ganador de MasterChef?
—Fue un momento muy emotivo y, al mismo tiempo, de mucha alegría y felicidad porque, sin lugar a dudas, era la mejor manera de rematar el trabajo que había realizado durante el concurso.
—¿Estabas convencido de que ibas a llegar tan lejos?
—Sí. Todo tenía sentido para mí si llegaba a la final. Era la única forma de que se me viera y de que se me valorara como un cocinero con talento y recorrido.
—¿Tan buena mano tienes para la cocina?
—La verdad es que no me considero un gran cocinero, pero espero poder serlo algún día. Y sé que estoy en el camino correcto para conseguirlo.
“La verdad es que no me considero un gran cocinero, pero espero serlo algún día. Sé que estoy en el camino correcto para conseguirlo”
—¿Me puedes explicar cómo acaba entre fogones un futbolista profesional?
—Pues yo te diría que ha sido precisamente por el fútbol. Me encantaba conocer la cultura gastronómica de las ciudades en las que jugaba y visitar sus mejores restaurantes. Todo eso me hizo desarrollar un paladar y un criterio gastronómico que me ha aportado muchísimas cosas. Después, con mi familia ya construyéndose, fue ya cuando empecé a cocinar en casa.
—¿Y cómo aprendiste?
—Cuando me independicé con 23 años, solía llamar a mi madre para que me indicara cómo se preparaban los platos básicos del día a día. Pero cuando empecé a cocinar ya de verdad y a preparar cosas diferentes, devoraba todos los programas de Canal Cocina y compré un montón de libros de recetas y de utensilios.
—Acabas de publicar tu primer libro y, en el mercado, hay muchos. ¿Qué tiene el tuyo de especial?
—¡Que es mío! —ríe.
—¿Y qué más?
—Hablo de la cocina y de los sabores que me gustan. Aunque mi base es la cocina tradicional, me gusta darle una vuelta y llevarla a otro nivel con aromas de otros sitios del mundo como, por ejemplo, los asiáticos.
—Cambiando de tema, Eneko. En la final, te fundiste en un emocionado abrazo con tu mujer, Cris, y tus dos hijas, Martina y Ona. ¿Cómo vivieron ellas tu triunfo?
—Con mucha felicidad. Yo creo que ha sido mi familia la que me ha sujetado durante todo este tiempo.
—¿En qué sentido?
—Yo, al principio, tenía mis dudas sobre si presentarme o no al casting de MasterChef, porque tenía que dejar en casa a Cris con las niñas y un embarazo ya avanzado. Sin embargo, fue ella la que me dijo que no me lo pensara. Después, durante el concurso, me hizo ver que estaba todo bien para que yo pudiera estar completamente centrado y no me afectara nada. Fue un gesto muy bonito y generoso por su parte.
—¿Y tus hijas? ¿Te ayudan ahora en la cocina?
—Ya lo hacían, pero ahora se meten todos los días. Si no las dejo cocinar conmigo, me montan un berrinche. Se ponen a mi lado, con los delantales que les regalaron con sus nombres los jueces, y hacemos la cena todos los días los tres juntos
—Una curiosidad. ¿Con qué plato volverías a conquistar a tu mujer?
—Sé que la tengo ganada con un steak tartar . De hecho, es lo que le preparé al poco de dar a luz, cuando ya pudo volver a comer otra vez cosas crudas.
—Sin duda, estás viviendo un año inolvidable. Al triunfo en MasterChef, se le suma el nacimiento de tu tercera hija, Irati.
—Sí, está siendo sin duda un año espectacular e inolvidable. Estoy encantado con mi familia numerosa. Acabo de formarla y, afortunadamente, todo ha salido bien. Me hace feliz verme rodeado de mujeres.
Tostada de atún con aguacate
Ingredientes:
● Atún (un lingote como para sashimi) ● Cebolla roja ● Minipepinos ● Tomatitos Cherry ● Rábanos ● Chipotle en pasta ● Lima ● Aguacate ● AOVE ● Aceite de girasol ● Tortilla de maíz ● Huevo ● Cilantro ● Jalapeños encurtidos
Elaboración
- Cortamos el atún en dados de medio cm y lo dejamos marinando con una cucharada de la pasta de chipotle (yo utilizo de la marca Santa María), pizca de sal, piel de lima y un buen chorro de AOVE. El chipotle es un sabor único, picante, ahumado y muy potente. Te lleva directo a México.
- Trituramos los aguacates.
- Añadimos el zumo de lima, pizca de sal y AOVE. Quedará una emulsión muy cremosa.
- Freímos la tortilla de maíz por los dos lados en abundante aceite de girasol, debe quedar doradita y muy muy crujiente.
- En un vaso batidor preparamos la mahonesa con un huevo, aceite de girasol, un puñado de cilantro, sal, algunos jalapeños encurtidos y parte del líquido de los jalapeños.
- Ya solo queda montar la tostada. Untamos la crema de aguacate y lima, ponemos unas cucharadas generosas del atún con chipotle, añadimos los tomatitos cherry, los minipepinos, algún jalapeño, los rabanitos y un poco de la cebolla morada que hemos puesto en hielo para que pierda fuerza y esté más crunchy.
- Lo terminamos con la mahonesa de cilantro y jalapeños.