Era cuestión de probabilidades. Una entre dos. Nada podía hacer pensar que se contemplara la opción de opositora a notaría… Desde pequeña, Julieta Gràcia ha vivido inmersa en la estética y el arte. Sin embargo, cuando comenzó en la moda, fue por casualidad. No fue ella quien lo busco. La vida o el azar, o ambas cosas a la vez, la encontraron en el momento justo y el lugar adecuado. Ella es hija del tercer ángulo de Tricicle, el actor Joan Gràcia, y de la exmodelo Ana Fernández, de ahí que la balanza pudiera decantarse hacia a un lado u otro. El de la interpretación o las pasarelas.
Pero, en realidad, no fue así. Julieta estaba acabando su carrera de Diseño de Interiores en Elisava cuando una marca de Barcelona quiso hacer unas fotos con ella y la estilista conocía a sus bookers. Vieron sus fotos, le preguntaron si tenía agencia y si quería ser modelo ¡modelo ella! Cuando para Julieta emular a su madre le parecía algo casi imposible… La casualidad le cambió la vida y hoy, en un viaje con Rabat a Ibiza, nos sirve de excusa para saber de ella, de sus sueños y sus gustos.
-¿Soñaste con tu vida tal y como es o la vida te ha sorprendido?
- Me está sorprendiendo, a mejor, y empezando por el trabajo. Nunca pensé que acabaría siendo modelo… Y, personalmente, también. Llevaba una racha de amistades tóxicas de la que he logrado escapar por mí misma. He de decirte que vivo mucho mejor. Ahora me antepongo cuando antes era lo contrario. Estoy tan feliz que espero que nadie me lo arrebate.
-En esta producción con Rabat, ¿qué tal te lo has pasado? ¿Ha sido un viaje de chicas en el que ya os conocíais o ha sido un descubrimiento?
- Ellas (Lucía Rivera, Martina Figo e Isa Hernáez) han sido mi máximo descubrimiento. Me lo he pasado bomba. He de confesarte que venía con expectativas buenas pero me han sumado tanto el fin de semana... Absolutamente todas. Ha sido una suerte trabajar juntas. La verdad es que espero poder coincidir más con ellas, porque son únicas.
Hay mucha competencia, pero has de mirar por ti y no por los que están alrededor
-¿El verano es la época que más te gusta?
- Sí, pero solo para un rato. Te diviertes y disfrutas del calor, pero llega un punto que necesitas frío. Mi estación favorita es la primavera.
-¿Cómo se presenta el verano?
- El verano es una época de más salidas, de más encuentros con amigos, de una cañita por aquí y un aperitivo por allá…
-Ya habías estado en Ibiza, entiendo…
- Tengo la suerte que Ibiza la disfruto tanto en verano como en invierno y, aunque en verano sea la época de fiestas, puedo llegarme a relajar igual que en invierno. Aterrizo en Ibiza y tengo una paz, estoy zen. Los colores, el mar, el campo… Son maravillas que no muchas personas las aprecian. Yo, con verlas, me relajo.
-Ahora vives el frenético mundo de la moda… ¿Qué lugar ocupa en tu vida?
- El 85%... Me encanta aprender, combinar, atreverme… De todo un poco, pero, básicamente, me ayuda a encontrarme a mí misma.
-Pero no es un mundo fácil, ¿no?
- Hay mucha competencia, pero has de mirar por ti y no por los que están alrededor. Si quieres ganártelo, olvídate lo que te rodea y céntrate en ti, si no estarás en un bucle tóxico del que no sabrás salir. Yo tengo la suerte que empecé tarde y mis tonterías ya las pasé de pequeña.
-¿Siempre has sido coqueta? ¿Has estado a vueltas con la moda? ¿Cambias mucho delante y detrás de la cámara?
- En casa, casi siempre voy vestida de deporte porque que es lo más cómodo y así acabo haciendo deporte. Si no voy con unos jeans o una falda larga y una camiseta básica. Depende de cómo me siente durante el día. Pero creo que soy bastante igual delante de la cámara que detrás de ella.
-Hemos hecho este viaje de la mano de Rabat, cuéntame esa joya que te trae un recuerdo especial o esa piedra que te gusta especialmente.
- La aguamarina. Fue la primera piedra que me regalaron. La colección de Rabat Natural Colors, con aguamarinas y piedras naturales. Me alucina.
-¿Eres de seguir tendencias?
- Me gustan los estampados de animales, pero no en gran cantidad. Me gustan para detalles, como un cinturón. Los mini bolsos… Esos que casi ni cabe una moneda, me parecen monos, pero ¿para qué sirven? (risas) Los polos, en realidad, son lo peor que llevo. Incluso en los hombres.
-¿Te consideras atrevida?
- Creo que me atrevo con todo y si ¿a alguien no le gusta? Pues que no mire. Soy de cambiar mucho, incluso de pelo, así que creo que podría decir que me gusta ir cambiando de look. Experimento mucho.
-¿Cómo definirías tu estilo?
- Elegante, extrovertido… Un poco de todo. Siempre y cuando me sienta cómoda.
-Estudiabas diseño de interiores… Ahora, siendo modelo, no sé si es tu próxima asignatura pendiente: diseñar ropa
- Pues, antes de empezar mi carrera en diseño de interiores, estuve mirando de hacer diseño de moda… Pero me di cuenta de que me costaba mucho plasmar lo que tenía en mente en papel. Incluso, lo veía borroso al intentar imaginármelo. Ahí, tenía 19 años. Tal vez hoy, con la ayuda de una profesional, podría a día de hoy hacer alguna cápsula, porque siempre me ha encantado la moda.
-Por ser modelo ¿has tenido algún precio que pagar?
- La pasta seguramente, que es mi máxima debilidad. Y las patatas fritas… Y las palomitas.