La alta sociedad italiana sigue consternada por lo que sucedió el pasado fin de semana en la villa de Turín de Massimo Segre. El popular millonario de 64 años reunió a un nutrido grupo de amigos en su mansión para celebrar una alegre fiesta por el cumpleaños de su pareja, la empresaria y política Cristina Seymandi. Todo iba como la seda en una velada de lujo en la que no faltaba la música y las agradables charlas acompañadas con deliciosos manjares culinarios.
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Sin embargo, este velo de felicidad quedó completamente empañado cuando Massimo se acercó a la mesa del DJ y cogió el micrófono. Sus 100 invitados esperaban ansiosos que le dedicara unas palabras de cariño a la homenajeada, e, incluso, que diera más detalles sobre su inminente boda. Nada más lejos de la realidad su discurso formaba parte de un elaborado plan de venganza. “Siempre he pensado que amar a una persona es desear su bien, incluso más que el propio. En este caso, deseo dar a Cristina la libertad de amar, en concreto, a un conocido abogado”.
Además de destapar esta infidelidad, durante los siguiente cinco minutos el banquero acusó a Cristina de tener otros affaires mientras estaba con él y de envenenar la relación con sus hijos, nacidos de un matrimonio anterior. “Querida Cristina, sé lo enamorada que estás de él y sé que antes de él tuviste otra relación con un industrial. Estoy muy decepcionado y tengo el corazón partido”.
Los allí presentes estaban completamente estupefactos y no daban crédito a lo que estaban viviendo. Al notar su enfado, el anfitrión les pidió perdón mientras daba la estocada de muerte a su historia de amor. “No créais que me agrada quedar como un idiota delante de todos vosotros, pero no podía que dejar que fuese ella quién contase los motivos por los que esta noche pongo fin a nuestra convivencia”. Alguien filtró el vídeo en internet y en cuestión de segundos se hizo viral.
Cristina Seymadni, ha asegurado que se sintió humillada y está sopesando tomar medidas legales contra el que fue su pareja por dañar su imagen de esta manera tan vil y premeditada. “Cuando empezó a hablar me quedé petrificada, al principio pensé que era una broma. Fue un acto de violencia aberrante”, ha explicado en una entrevista con el diario italiano Il Corriere della Sera. En dicha conversación también ha relatado los muchos ataques machistas que está recibiendo a través de las redes sociales.
Massimo, por su parte, se ha defendido de cualquier reproche a través de una misiva publicada en el diario La Stampa en la que justifica su forma de actuar. “No hay violencia en decir la verdad públicamente. Decir que esta señorita mantenía otras relaciones mientras estaba conmigo rompiendo nuestro compromiso no es violencia, es un hecho. No podía dejar que contase su versión, mintiese y acabase con mi reputación”. Por el momento, las autoridades italianas han comenzado una investigación por un posible caso de violación de datos personales.
Así son los protagonistas de esta historia de venganza
Massimo y Cristina hasta ahora eran completos desconocidos para el gran público, pero tienen un gran peso en los círculos de finanzas y políticos del país mediterraneo. Cristina tiene 47 años y proviene de una familia de clase alta. Además de ser empresaria tiene un papel muy activo en política siendo parte de la alcaldía de Turín con el partido Movimiento 5 Estrellas. De la misma manera, Segre tiene orígenes acomodados y ha desarrollado su carrera en el sector financiero y contable. Cristina y Massimo se conocieron haciendo negocios, ya que ella era administradora delegada de una de las empresas del banquero.