Skip to main contentSkip to footer
ana obreg n ho4124© JESÚS CORDERO

Ana Obregón nos cuenta todos los detalles de cómo fue su aterrizaje en España junto a la pequeña Anita

La actriz, que se convertía en madre adoptiva, despeja todas las incógnitas y especulaciones sobre la vuelta a casa junto a su nieta, hija de Aless Lequio


14 de agosto de 2023 - 9:04 CEST

Desde que anunciamos el pasado mes de marzo que  Ana Obregón  se había convertido en madre adoptiva y abuela biológica por gestación subrogada, dieron comienzo las incógnitas y especulaciones sobre cómo sería la vuelta a España de la pequeña. La noticia del nacimiento de Ana Sandra dio la vuelta al mundo y muchos fueron los que se aventuraron a predecir que tendría problemas legales para volver a nuestro país. Nada más lejos de la realidad, como la propia Ana nos contaba en el último número de nuestra revista.

A una mujer que decide hacer una subrogación nadie le pone una pistola en la cabeza, lo hace desde el amor y desde la libertad
Ana Obregón HO4124© JESÚS CORDERO
Ana, que, junto a estas líneas, juega embelesada con Anita

En su casa de Mallorca, escenario de tantos veranos felices con su familia, Ana vuelve a sonreír abrazada a la pequeña que, como confiesa, le ha “devuelto la vida” y allí nos ha contado cómo lleva estos casi cinco meses de la pequeña y la verdad sobre cómo fue su regreso a nuestro país.

“Hay mucha gente... La mayoría no gracias a Dios, pero hay algunas personas bastante ignorantes. ¡Cómo no voy a poder traer a España a una niña que es americana! Pues como todos los americanos que vienen o todos los que vienen de cualquier parte del mundo. Mi niña tiene su pasaporte americano, que me lo han dado en Estados Unidos, sin ningún problema, en la Corte, en el juzgado, donde consta que yo soy la mamá adoptiva, pero genéticamente soy su abuela”, comienza diciendo sobre las críticas recibidas.

Aquí, dentro de poco, la inscribiré también sin ningún problema. Pero, ¿qué problema va a haber?
Ana Obregón HO4124© JESÚS CORDERO
Ana Obregón posa en el jardín de su casa de Mallorca con la pequeña Ana Sandra, que cumplió cuatro meses el pasado 20 de julio.

También nos explica que ahora, la inscribirá en España y que no hará ningún procedimiento fuera de lo normal: “Aquí, dentro de poco, la inscribiré también sin ningún problema. Pero, ¿qué problema va a haber? Es curioso porque realmente yo no entiendo muy bien que algunos políticos se pongan tan enfrente de esto. Yo respeto la opinión de todo el mundo, pero no entiendo el juzgar. Juzgar, juzgan Dios y los jueces y nadie más. ¿Quién eres tú para negar a nadie el derecho a ser padre? ¿Tú quién te crees que eres? Yo respeto las leyes en España, donde la subrogación no es legal, pero en otros países sí lo es. Además, a una mujer que decide hacer una subrogación nadie le pone una pistola en la cabeza, lo hace desde el amor y desde la libertad. Cada ser humano puede hacer con su cuerpo lo que quiera y traer un niño al mundo es una cosa bonita. El milagro de traer una nueva vida al mundo es una bendición. Que la gente opine, vale, lo respeto. Pero, por favor, no juzgues”.

Ana Obregón HO4124© JESÚS CORDERO

En cuanto a cómo fue el viaje desde Miami y su llegada a su casa de Madrid, también nos ha relatado cómo vivió este esperado y emotivo momento: “Fue una locura. La niña hizo un vuelo de diez horas, con dos meses y pico, que me dieron la enhorabuena desde las azafatas hasta los pasajeros. Porque es buenísima. Se me cae la baba, qué quieres que te diga, me muero de amor. Se me cae la baba, pero literal. Me pasaba con Aless cuando lo miraba en la cuna, que se me caía la baba, y ahora con Anita me pasa igual. Total, que el vuelo fue increíble y la llegada también: llegamos el 31 de mayo. Anita duerme en la habitación de Aless, porque sabes que yo no he sido capaz todavía de mover nada de allí. Toda su ropa está, sus zapatos, todo, todo está tal cual. Ahí está su cunita y la niña duerme con su papá”.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.