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Daniel Sancho ya ha pasado su tercera noche en la cárcel de Koh Samui, en el sur de Tailandia, tras declararse culpable del asesinato y desmembramiento de Edwin Arrieta, un cirujano colombiano de 44 años, cuyos primeros restos fueron encontrados la semana pasada en un vertedero de la turística isla. La Policía tailandesa cree que tiene "suficientes evidencias" para acusar al cocinero de asesinato premeditado, un crimen castigado con la pena capital en el país asiático.
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- Comunicado de la familia de Daniel Sancho: 'Sentimos mucho el fallecimiento de Edwin'
Según declaró a EFE Watcharapong Boonsaior, director del centro penitenciario, Sancho mantiene "un buen estado anímico". Aunque a su llegada "no mostró signos de miedo o ansiedad", dos funcionarios de la prisión tienen el encargo de "conversar con él para aliviar cualquier estrés potencial”.
El hijo del actor Rodolfo Sancho se encuentra aislado en la zona hospitalaria de la cárcel cumpliendo así con el protocolo de prevención del covid-19. Se trata de una división interna "más tranquila", en la que las celdas son "mejores" y tienen menos presos.
En declaraciones al programa Así es la vida, de Telecinco, Boonsaior contó que cuando finalice su aislamiento, Daniel continuará en la zona hospitalaria de la cárcel. "Después de la cuarentena, saldrá de ese cuarto, pero seguirá en la zona hospitalaria. Tenemos que ser precavidos, es normal que él esté estresado porque es su primera vez en prisión", dijo. "En la celda de cuarentena donde está Daniel hay cinco personas, dos de ellos son asistentes de la prisión", aclaró. En dicha celda no habría camas sino una especie de colchonetas en el suelo.
Además, confirmó que el cocinero está recibiendo tratamiento médico. "Él está bien, está utilizando medicina y se la comenzaron a dar en la comisaría de policía, es medicina para poder estar relajado. Comenzó a tomar esta medicina antes de venir a Tailandia y en la comisaría de policía se la siguieron dando. Luego tenemos enfermeros aquí en prisión que le siguieron dando su medicina", aseguró. Al margen de esta medicación, Sancho estaría tomando "vitaminas". "Su cuerpo es fuerte, él entrena por las tardes, de momento puede tomar vitaminas", añadió.
Cuando le preguntaron a Boonsaior si Daniel ya era consciente del lugar en el que se encontraba, explicó que "él tiene que aprender la vida en prisión y nosotros vigilarle".
A su llegada al centro, Sancho se sometió a un análisis físico y “su condición general era normal”. Tal y como explicó el director de la prisión, el chef lleva "el uniforme de prisión marron, va a ser de camiseta y pantalón corto por el calor que hace ahí dentro". También reveló que le han cortado el pelo y que "va a poder ducharse dos veces al día, después de levantarse y antes de dormir".
Una de las primeras peticiones que hizo el joven al ingresar en prisión fue llamar a su familia, pero fue denegada, ya que no está permitido ponerse en contacto con el exterior durante el periodo de aislamiento. El próximo jueves, cuando finalice su cuarentena, sí podrá hablar con ellos. Hasta ahora solo ha podido reunirse con su abogado, Khun Anan, contratado por su familia. Según el letrado, Daniel "está relajado". "Él sabe lo que hizo, le he explicado el proceso (...) Él quiere planear cómo vivir aquí dentro", dijo a un grupo de periodistas que se congregaban a la entrada de la prisión.
Boonsaior también habló con un reportero de El programa del verano y a través de él envió el siguiente mensaje a la familia de Daniel. "Le estamos cuidando y tiene una enfermera que mira por él. Ha pedido más comida, está comiendo y durmiendo".
En estos momentos hay 500 presos en la cárcel de Koh Samui, entre ellos cinco extranjeros, y el director del centro señaló que Sancho no recibirá ningún trato especial y "tiene los mismos derechos que otros reclusos".
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