Cuando Ana Obregón protagoniza su tradicional posado del verano, significa que ya podemos dar la bienvenida a esta época estival. La actriz abre las puertas de El Manantial -su casa en Mallorca-, en exclusiva, para ¡HOLA! Tan solo han pasado cinco meses de la llegada al mundo de Ana Sandra, la hija de Aless Lequio y por tanto, nieta de la bióloga y Alessandro Lequio, quien todavía no la ha conocido. Hablamos con Ana Obregón sobre una de las preguntas más repetidas en los últimos tiempos: ¿quién se hará cargo de la pequeña cuando ella no esté? La actriz responde.
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“Ya tengo escrito en mi testamento quién va a cuidar de Anita cuando yo no esté. Va a ser Celia, mi sobrina. Además, va a ser su madrina de Bautismo. ¿Tú crees que esta decisión no la he meditado?”, nos dice la bióloga. Celia tiene 30 años, y para Ana Obregón es la persona idónea para hacerse cargo de su nieta. “Soy una mujer que tiene dos carreras: Biológicas y Dirección de Empresas… Todo está pensado desde el minuto uno. Celita era como la hermana de Aless y está enloquecida con Anita. Ya lo he hablado con ella y le he dicho: “Ya está en el testamento: cuando yo no esté, tú vas a cuidar de Anita”.
“Ya tengo escrito en mi testamento quién va a cuidar de Anita cuando yo no esté. Va a ser Celia, mi sobrina. Además, va a ser su madrina de Bautismo. ¿Tú crees que esta decisión no la he meditado?”
El bautismo
¿Y quién será el padrino? “Va a ser Justin, el mejor amigo de Aless de la universidad. Cuando estuvimos en Nueva York, con la quimio, él estaba todo el día con nosotros. Y también tendrá otros padrinos extra, que serán todos los amigos de Aless”, nos confiesa. Por otra parte, la fecha para el bautismo será en septiembre, tal y como adelanta en las páginas de nuestra revista.
“Lo quiero celebrar en septiembre, ya en Madrid. Voy poquito a poco. Tú date cuenta lo que han sido para mí estos meses: acabando de escribir el libro, llevando todo esto en secreto y preparando la casa de Miami, comprando online la cuna, el bañito, los biberones… He puesto una casa entera en tres días, porque fue llegar a Miami y a los tres días nació Anita. Luego, también, como falleció mi padre, tuve que desalojar la casa que era nuestra casa del alma desde pequeños; no sé ni cómo lo he podido hacer”, nos explica.
“Celita era como la hermana de Aless y está enloquecida con Anita. Ya lo he hablado con ella y le he dicho: “Ya está en el testamento: cuando yo no esté, tú vas a cuidar de Anita””
Pero para Ana, el sacrificio ha tenido una dulce recompensa: tener en brazos a la pequeña Anita: “Todo ha sido un sueño. Si yo me acostaba llorando y me levantaba llorando y ahora lloro de emoción. Las lágrimas de color rojo han pasado a rosa”. Sin duda, la pequeña le ha devuelto la alegría y el color a su vida, tras el fallecimiento de su hijo Aless y la muerte de sus progenitores, en menos de tres años.
Para la actriz, la vida ha vuelto a empezar. “La vida, de repente, ha empezado otra vez. Tengo la tranquilidad de haber cumplido todo lo que a mi hijo le hubiera gustado hacer y se lo impidió el cáncer”. Y así ha sido: terminó el libro El chico de las musarañas, está involucrada en la fundación Aless Lequio y ha ‘creado’ un milagro que comparte en la tierra y en el cielo, su nieta.