Inolvidable, único y lleno de cambios, así es el verano que está pasando Patricia Pardo. Espera su primer bebé en común con Christian Gálvez, con el que se casó en secreto hace un año. Además de esta gran ilusión personal, en el terreno profesional también se enfrenta al desafío de ponerse a partir de septiembre al frente de un nuevo espacio televisivo. Este reto llega trece años después de pisar por primera vez El programa de Ana Rosa, un magazine que ha supuesto un gran crecimiento en todos los aspectos. Desde 2010 se ha convertido en una de las presentadoras más queridas de la pequeña pantalla, pero su historia esconde curiosos datos desconocidos que desvelamos a continuación.
Un lema con mucha historia
El lema de la presentadora compostelana es Pasiño a pasiño faise o camiño (poco a poco se hace el camino), una frase con la que también se siente muy identificado Christian Gálvez. Estas palabras no están elegidas por Patricia al azar, sino que tienen un gran significado que se remonta a su infancia. Tal y como explica en La Voz de Galicia, la periodista estudió en el colegio As Orfas (Las huérfanas), donde hizo amigas que aún siguen formando parte de su vida, y una monja les dijo estas palabras que desde entonces adoptó como propias y la han guiado en todas las etapas de su vida.
El reportaje en el que eligió nombre para su hija
Patricia estuvo casada con el policía Francisco Márquez, con el que tiene dos hijas que siguen siendo la gran prioridad de ambos: Aurora (8) y Sofía (5). El nombre de la pequeña lo escogieron por una experiencia profesional que la presentadora no olvidará: un reportaje sobre la venta de mujeres en Bulgaria. En esa circunstancia, confesaba en el citado diario, le llegaron a ofrecer a un bebé que se llamaba Sofía y por eso llamó así a su pequeña.
Su conexión con el caso Asunta
Son miles las noticias que ha dado desde que comenzó su carrera televisiva, pero hay algunas que afectan personalmente. Además de la anteriormente citada, a Patricia le marcó en 2013 el caso de Asunta Basterra, la niña de doce años a la que mataron sus padres adoptivos, Alfonso Basterra y Rosario Porto, quien se ahorcó en 2020 en la cárcel en la que cumplía condena. Para la periodista fue una información muy difícil porque conocía a la víctima y a su entorno. "Pocos sucesos me van a estremecer más por su crueldad, por tocarme en mi tierra y por conocer a la víctima. Lo viví a flor de piel. Los abuelos de la niña eran clientes de la tienda de mi madre. Vivían en la misma calle", aseguraba en el diario gallego. También le impactó el accidente ferroviario de Angrois, en el que 80 personas perdieron la vida y casi 150 resultaron heridas cuando el tren en el que iban descarriló a punto de llegar a la estación de Santiago de Compostela.
El negocio 'musical' de sus padres
La música siempre ha tenido un papel importante en la vida familiar de Patricia ya que sus padres se conocieron en una sala de fiestas y quisieron hacer homenaje a este flechazo mediante sus negocios. En Santiago de Compostela, los progenitores de la periodista eran muy conocidos porque tenían diferentes tiendas de ropa de mujer, todas bautizadas con nombres de bailes como Charleston, Mambo, Sonata o Can-can. Estos negocios funcionaron hasta que en 2008 la crisis obligó a cerrar los locales. Su infancia y la de su hermana, por tanto, se desarrolló en constante conexión con la moda, aunque no quiso encaminar su futuro en esta dirección.
El traslado a Madrid para seguir su instinto
Al finalizar los estudios en el instituto Rosalía, Patricia sintió la necesidad de salir de Galicia. Pensó inicialmente estudiar Medicina en Santiago, pero se decantó por Periodismo "no solo por vocación, sino porque algo me decía que tenía que vivir en Madrid". A juzgar por todo lo que ha sucedido después, eligió la opción correcta y reconoce que siempre se sintió respaldada por su familia. Durante la carrera hizo un máster en radio y televisión, y aunque al principio le daba pánico ponerse frente a las cámaras porque se define como "muy tímida", finalmente su carrera se vinculó a la pequeña pantalla.