Como cada año, el matrimonio Macron pasará de unos días de vacaciones en el Fuerte de Brégançon, la residencia de verano de los mandatarios galos. De momento, los fotógrafos solo han podido captar a la primera dama en los alrededores de esta gran mansión, situada en el pequeño municipio de Bormes les Mimosas, en plena Costa Azul.
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Brigitte disfruta de este lugar bañado por el Mediterráneo junto a Nemo, el perro de la familia. Fue en 2017 cuando los Macron adoptaron a este labrador negro cruzado con grifón en un refugio de la Sociedad Protectora de Animales (SPA) de la localidad de Tulle. El nombre de la mascota fue elegido por el propio presidente en honor del capitán Nemo de la novela de Julio Verne Veinte mil leguas de viaje submarino que tanto le gusta.
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Fue en 1968 cuando el Fuerte de Brégançon se convirtió en residencia presidencial oficial por iniciativa del General de Gaulle. Los Macron llevan veraneando allí desde 2018 y desde entonces han intentando convertir este lugar en una nueva sede donde recibir a líderes mundiales en un ambiente más relajado. El presidente se ha reunido allí con Theresa May, en 2018, y con Vladímir Putin, en 2019. Además, han reforzado su intimidad construyendo una piscina desmontable en el interior del islote fortificado para evitar los flashes de los paparazzis, pues el acceso a este lugar está totalmente restringido.
Brigitte, de 70 años, ha aterrizado en la Costa Azul tras recibir el pasado martes en el Elíseo a Jill Biden, primera dama de Estados Unidos. Emmanuel Macron, por su parte, concluyó el viernes una gira de cinco días en Papúa Nueva Guinea y Sri Lanka, con una parada en Nueva Caledonia y Vanuatu.