ho4120 boda tamara falc posados© ANTONIO TERRÓN / ROSITA_LIPARI_WEDDING

Inspírate en la boda de Tamara: descubrimos todos los secretos de la decoración floral

Fue una preciosa celebración de verano, al aire libre, y adornada con las flores favoritas de la marquesa de Griñón


30 de julio de 2023 - 13:59 CEST

 Tamara Falcó e Íñigo Onieva  celebraron su esperada boda el 8 de julio en un lugar que no podría estar más cerca del corazón de la novia, el palacio de El Rincón, que fuera residencia de su padre, Carlos Falcó. La pareja pensó en todos y cada uno de los detalles para que su gran día fuera una experiencia inolvidable para sus 400 invitados y ellos mismos como protagonistas. Durante meses se arreglaron los jardines , centro neurálgico de la celebración, con el fin de que volvieran a brillar con el esplendor del pasado y los principales escenarios se adornaron con las flores favoritas de Tamara. Siempre buscando la elegancia y huyendo de la ostentación.

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© ANTONIO TERRÓN / ROSITA_LIPARI_WEDDING

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David Henríquez y Antonio Rodríguez al frente de Floreale se encargaron de hacer magia con las flores. Su amistad con Tamara e Isabel Preysler viene de muchos años atrás y no dudaron en hacerse cargo cuando la marquesa de Griñón los llamó. La novia quiso que su boda fuera una alegoría al campo  que tanto amaba el marqués de Griñón y todo se pensó para que el ambiente recogiera ese espíritu palaciego que combina la naturaleza con el mayor de los refinamientos.

© MICHELANGELO LG

© ANTONIO TERRÓN / ROSITA_LIPARI_WEDDING

Como eje central en el interior del palacio estaba la gran escalinata que se decoró con   flores blancas   dando un toque clásico para resaltar su importancia. Se usaron delphinium, hortensias, rosas de jardín y ammi majus. En el patio de caballerizas donde tuvo lugar la ceremonia se recreó un pequeño jardín para dar frescor en la calurosa tarde de verano. La flor principal fue la paniculata o gypsophila, tanto en el altar, como a los lados con jardines efímeros y toda la pared trasera. No solo era importante dar ligereza al espacio donde se iban a reunir los cuatrocientos invitados -300 en el patio y 100 en la galería adyacente- sino, y sobre todo, el significado de las flores. Y la gypsophila simboliza el amor duradero y eterno. Lo mismo ocurría con su ramo de novia. Acorde con toda la decoración floral, donde primó la sencillez y la elegancia , eligió un ramo pequeño, sutil, y sobrio hecho con muguet, una delicada flor en forma de campana con un aroma muy especial que simboliza la felicidad eterna y reencontrada, y que se acompañó de bouvardia. Una composición en equilibrio con la estética del vestido y la tiara para que no destacara sobre el resto del look.

© ANTONIO TERRÓN / UMILES Drone Light Show/ RICCARDO LOZZA/ MICHELANGELO LG/ ROSITA_LIPARI_WEDDING

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Para la cena, se buscó “recrear los antiguos parterres de rosas que había en El Rincón”, nos dicen David y Antonio, que dieron el toque de color con el tono melocotón de las más de 2.400 rosas David Austin cultivadas en Inglaterra que se usaron para los centros de mesa combinadas con otras flores y plantas como ammi majus, hiedra, alelí, delphinium y peonías. “Queríamos que el eje de todo fuera el palacio, pero sin ser algo pretencioso. El concepto fue una boda relajada pero elegante, buscando siempre que las flores fueran delicadas y sobrias”. Para las mesas “nos encantaron también unos candeleros de cristal muy finitos con un toque más contemporáneo, en colores verde agua, amarillo ámbar… y unas velas en tono melocotón y rosita que aportaban un punto más fresco y actual. Todo muy sutil y eso aportaba un poco de color a las mesas aparte de los parterres de las flores”.