Al igual que ocurrió con Sálvame el 23 de junio, el Deluxe también ha dicho adiós a sus emisiones. Con el cierre de los dos espacios, muchos de los rostros conocidos de la televisión se han quedado fuera de la pequeña pantalla, como ha sido el caso de Conchita Pérez, 'La poligrafista'. Desde 2012, la colaboradora ha sido una pieza clave dentro del programa que dirigía Jorge Javier Vázquez. En todo este tiempo, Conchita ha sometido a miles de celebrities a su polígrafo y ha descubierto numerosas informaciones. Ahora ha sido ella quien ha accedido a una entrevista fuera de su 'hábitat natural', en la que se ha sincerado sobre su etapa en Telecinco.
A sus 70 años, Conchita ha dicho estar "muy contenta y muy agradecida" por lo vivido en su paso por el espacio de Mediaset, aunque sabía que esto "tenía que acabar". "La tele ha sido un extra estupendo, pero no es mi trabajo principal, que nunca he dejado. Recibo clientes en Zaragoza y en Madrid", contaba al diario El País, dejando claro que aún le quedaban unos años más de trabajo alejada de los focos.
A lo largo de su trayectoria en el Deluxe ha tenido de todo, tanto experiencias positivas como negativas: "Han sido años muy buenos, aunque también ha habido decepciones. Hay mucha hipocresía y gente que no es lo que parece", se sinceraba Conchita. Eso sí, la poligrafista no ha ofrecido nombres acerca de quién le supuso esa "decepción".
A pesar de haber estado tanto tiempo en el mismo programa, Pérez ha revelado que nunca ha hecho "pandilla con los colaboradores": "Muchas veces no tenía más contacto con ellos que el rato del polígrafo. Luego, me iba para casa", señalaba. Además, ha confesado que en alguna ocasión ha pasado "mucha" vergüenza ajena: "Hay quien cuenta cosas muy íntimas, y a veces muy desagradables, solo por dinero", resaltaba. Durante su encuentro, Conchita ha insistido en que su polígrafo es veraz, aunque está segura que habrá personas que no lo piensen: "Creen que no funciona o que es un juego y que van a ganar. Y no lo es", aseguraba, añadiendo que, "el que come en pecado se suele delatar solo".
Para Conchita, su "máquina de la verdad" ayuda a que el cuerpo exprese y hable por sí solo, puesto que el sistema nervioso se altera cuando alguien miente. Sin embargo, la costumbre ha hecho que la poligrafista ya vea de primeras quién está en esa situación o no. "Me llevo muy pocas sorpresas. Tengo muchos años y mucho callo. El cuerpo habla. Y los ojos. Y la cara. A muchos les veo que mienten desde la puerta", contaba. Conchita ha asegurado que está "curada de espanto" y que, aunque se sienten frente a ella, nada le asusta ni le sorprende. "He visto y oído de todo. Antes de hacerme poligrafista, dirigí un hotel de carretera junto a una gasolinera. Allí veía de todo, empresarios corruptos, jueces, infieles. Y en consulta, cuando crees que lo has oído todo, aparece algo más gordo", sentenciaba.