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Ana Boyer y Fernando Verdasco viven el verano alternando los momentos de descanso con los compromisos profesinales y también con las celebraciones familiares como la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva el pasado 8 de julio. Eso sí, siempre con sus hijos, Miguel y Mateo, que los acompañan allá donde van. Después de pasar unos días en Marbella, el tenista juega el torneo Villa de El Espinar, en Segovia, y su mujer, siempre un talismán para él, le ha seguido muy de cerca desde la grada. Allí, ha vibrado con la victoria de su marido y al finalizar el partido ha contado cómo está viviendo su hermana Tamara su luna de miel.
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© Gtresonline"Está encantada", ha asegurado con una sonrisa. No es para menos. Los recién casados disfrutan de un gran viaje que ha comenzado en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), desde donde ya han compartido algunas imágenes que dan buena cuenta del inmejorable momento que viven. Ana también parecía encantada después de celebrar la victoria de Verdasco en la que también ella ha tenido mucho que ver. Durante varios momentos del partido se le podía ver preguntándole si necesitaba agua, fruta para mantener la energía. "¡Fer!, ¿Bébida, manzana?", se oye decir a la hija menor de Isabel Preysler, que lucía un veraniego kaftan en estampado en azul y blanco.
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Desde 2016 Ana le acompaña en casi todos los torneos. Ella asegura que le gusta estar en los partidos "pero me pongo muy nerviosa, lo sufro mucho". En esta ocasión, en la que ha estado en la grada y también a pie de pista, no han faltado esos momentos de tensión que le hacen llevarse las manos a la cara, pero sobre todo, ha aplaudido, animado con fervor y reído mucho desde la grada mientras veía que el partido ya era de Verdasco.
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En esta ocasión, no se ha visto a los pequeños Miguel y Mateo, de cuatro y dos años respectivamente, aunque es muy abitual verles animando a su padre. Sí han acompañado a sus padres en la escapada a Marbella que acaban de disfrutar. De igual modo, también estuvieron presentes en la boda de su tía Tamara, donde ejercieron de perfectos pajes. Los niños llevan desde que nacieron recorriendo el mundo con sus padres y adaptándose a todo tipo de planes, por lo que su corta edad no ha sido un problema para estar a la altura en una ceremonia tan esperada como ha sido en enlace de la marquesa de Griñón.
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