hola4119 hermanas dos sicilias en madrid© PABLO ROBLES NAVARRO

La mayor de las dos hermanas acaba de cumplir 20 años

Las princesas María Carolina y Chiara de Borbón-Dos Sicilias: un paseo con historia por el Madrid de sus antepasados

Las jóvenes aristócratas, a quienes vimos en la alfombra roja de Cannes, están preparando un documental sobre su vida


25 de julio de 2023 - 9:01 CEST

Suena a comedia romántica: Una princesa en Harvard. Pero, sin embargo, es el enunciado de su historia real. Una vida que podría ser, por ejemplo, el guión de un filme de Hollywood del tipo Vacaciones en Roma, aunque con una Audrey Hepburn de cabellos dorados, como la arena del Lido di Mondello, y de ojos tan azules como el mar Tirreno. Últimamente la hemos visto junto a su hermana pequeña, pisando glamurosas red carpets y rodeadas de focos y oropeles. En La Croissette del Festival Cannes, en las carreras de Fórmula 1 de Montecarlo...

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Pero, a pesar de la dulzura de su físico, ninguna de las dos es modelo o actriz. Son estudiantes Cum Laude en universidades de prestigio. Harvard, Marangoni, Sorbona... Y sí, también princesas... Princesas, perdón, pero que también han compartido plano y set con Nicole Kidman. En Grace, de Olivier Dahan. Ahí es nada.

“Pertenecer a una familia con más de mil años de historia es parte de mí. Es un honor y algo que tengo interiorizado. Creo que me ofrece una visión única de la vida”
© PABLO ROBLES NAVARRO

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El padre de María Carolina y María Chiara, Carlo de Borbón Dos-Sicilias, es primo del Rey Don Juan Carlos. De hecho, sus respectivos abuelos eran hermanos. Ambos descienden directamente del Rey Carlos III de España que, antes lo fue de Nápoles y Sicilia. Por eso, María Carolina y Chiara de Borbón-Dos Sicilias estaban entusiasmadas con su viaje a Madrid, la ciudad que, gracias a su antepasado, dio un paso hacia la modernidad, debido a las grandes reformas urbanísticas y a los emblemáticos monumentos con los que el hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio dotó a la capital española. Desde el eje Prado-Recoletos a la Puerta de Alcalá.

Hablamos de María Carolina de Borbón-Dos Sicilias y de su hermana, María Chiara. Han estado en Madrid en un viaje relámpago —pudieron verlas en estas mismas páginas en la boda de Ángel Colón de Mandaluniz y María Ybarra O’Neill— y, si bien en diciembre, les presentábamos a la duquesa de Capri y Noto, cuando estaba a punto de cumplir 18 años, ahora centramos nuestra conversación con la mayor de las dos hermanas, con María Carolina, unos días antes de cumplir los 20.

Ella es la heredera del título que ostenta su padre, Carlo de Borbón-Dos Sicilias, y duquesa de Palermo y Calabria. Efectivamente, la metáfora que utilizábamos para evocar sus espléndidos ojos cobalto y su larga melena rubia procede de ese Sur de Italia que está en sus genes y que tanto ama. Charlamos con ella de esa tierra milenaria, también de cómo es ser una joven veinteañera con título en el siglo XXI, de sus hobbies e ídolos —Brad Pitt, Guerra y Paz,  Shakira ...— del placer de una buena pasta con sus amigas, de príncipes azules, o de ese proyecto de documental para el que busca productor... Todo eso, mientras damos una vuelta por Madrid y, obviamente, vemos las grandes obras con las que su tatatarabuelo, Carlos III, hizo de la Villa y Corte una de las grandes capitales de la Ilustración en Europa.

—María Carolina, ser princesa ¿es muy distinto a ser una chica normal y corriente?

—Nunca es fácil responder a esta pregunta... Pero sí te puedo decir que no consiste en vivir en lo alto de una torre de marfil, como Rapunzel, sino que significa, más bien, ser capaz de encontrar un equilibrio entre las tradiciones y la modernidad de la sociedad actual.

—Descender de una familia con tanta trascendencia ¿es una responsabilidad? ¿Algo que has normalizado, o que te da vértigo?

—Es un honor. Pertenecer a una familia con más de mil años de historia forma parte de mí. Es algo normal que tengo interiorizado. Y ya no pienso en eso. Es más, creo que me ofrece una visión única de la vida.

“¡Me llevo muy bien con mis padres! Paso horas jugando al ajedrez y al ‘backgammon’ con mi padre. Con mi madre, hablamos mucho de moda y le hago muchas confidencias”
© PABLO ROBLES NAVARRO

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—¿Influye de alguna manera ser princesa en tu día a día? 

—Sabía que me ibas a hacer esa pregunta (risas) pero, ¿sabes qué?, que en mi vida diaria lo de ser princesa ¡no supone ninguna diferencia! Cuando hago nuevos amigos, es verdad que siempre me preguntan que por qué no llevo corona, o bromean sobre si ya he conocido a mi príncipe azul o no... (risas). En cuanto a los profesores, sobre todo con los de Historia, pues mira, siempre ha sido un suplicio… Todos pensaban que yo, por ciencia infusa, tenía que conocer todos los detalles de la historia de mis antepasados. Pero la verdad es que... ¡no! ¡Yo soy una chica normal que hace los deberes, como todos los demás!

—Una princesa en Harvard. Suena a título de película. ¿Qué estás estudiando allí?

—Estudio Economía y, paralelamente, Diseño y Negocio de Moda en Milán.

—Tu título nobiliario ¿te abre o te cierra puertas? ¿Te obliga a demostrar que eres algo más? ¿Lo hablas con tus padres? Y por cierto, ¿cómo es tu relación con ellos?

—Odio los prejuicios y las opiniones preconcebidas. Por eso considero que nacer con un título —o con algo que pueda parecer un privilegio— te obliga a dar siempre lo mejor de ti misma, para que te tomen en serio. En cuanto a mis padres, ¡me llevo muy bien! Cuando puedo, paso horas jugando al ajedrez y al backgammon con mi padre. Y con mi madre (la princesa Camilla Crociani) hablamos mucho de moda y le hago muchas confidencias... El vínculo entre madre e hija es realmente especial: nos entendemos sin ni siquiera la necesidad de hablarnos.

© PABLO ROBLES NAVARRO

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Chiara cumplió los 18 años el primero de enero. La fotografiamos entonces, en París. Ahora es el turno de María Carolina, que cumple veinte radiantes años, como podemos verla delante de la fuente de Neptuno. Ella es la heredera del título de su padre, aunque ya ostenta el Ducado de Palermo y el de Calabria.

—Con tu hermana, es obvio que estás unidísima, ¿cómo es vuestra relación? ¿Ejerces de hermana mayor?

—Tenemos esa gran suerte. Nunca nos hemos peleado, ¡siempre estamos de acuerdo en todo! Y eso que somos muy diferentes... Pero nuestra forma de ver la vida es muy parecida y nuestra unión es única. Y por supuesto que soy la hermana mayor y que ejerzo (risas). Intento dar buen ejemplo. Aunque, a veces, es ella la que me sirve de ejemplo a mí...

—Últimamente se os ha visto en grandes acontecimientos internacionales. ¿Os gusta asistir a este tipo de eventos?

—¡Oh Cannes y Montecarlo! Este año ha sido nuestra segunda vez pisando la famosa alfombra roja del Festival... ¡Y con la película inaugural, que trataba sobre uno de nuestros antepasados además...! (Jeanne du Berry, con Johnny Depp de protagonista). ¡Fue súper emocionante! Pero esta vez, además, nos reunimos con guionistas y productores porque... estamos trabajando en la creación de una docuserie sobre mi hermana y sobre mí. No puedo contar nada por ahora, pero espero que, muy pronto, sí.

Su cumpleaños

—¡Tomamos nota! Oye, las niñas, cuando son pequeñas, sueñan con ser princesas. ¿Con qué soñabas tú entonces?, ¿con ser actriz? 

—A veces, con ser una chica normal... Siempre sueñas con tener lo que no tienes.

“A veces sueño con ser una chica normal... Siempre se sueña con tener lo que, sin embargo, no tienes”, nos confiesa María Carolina, para quien los prejuicios siempre son “odiosos”
© PABLO ROBLES NAVARRO

—Cumples 20 años. ¿Eres de esas chicas más maduras para su edad?

—Ya de niña, tuve que asumir ciertas responsabilidades impropias para mi edad. A menudo me han dicho que tuve que crecer demasiado deprisa, tanto desde el punto de vista educativo, como por las obligaciones que debí afrontar desde muy temprano. Sin embargo, a los 20 me encuentro en un limbo: entre una persona madura con responsabilidades de adulto y el secreto deseo de seguir siendo una niña... En cualquier caso, espero con impaciencia saber qué me depara el futuro, porque estoy deseosa de lanzarme al mundo laboral. El verano pasado, por ejemplo, hice unas prácticas en Sotheby’s, especializándome en Arte Contemporáneo, y fue una experiencia maravillosa. Asistí a algunas subastas, aprendí mucho sobre arte en general e, incluso, conocí a algunos artistas jóvenes de enorme talento.

—Un número muy redondo.

—Lo celebro en el sur de Francia con mi familia, en el Palais Bulles de Pierre Cardin. Elegí este lugar porque, desde niña, siempre me ha encantado la arquitectura y este palacio me conmueve especialmente. De todas formas, en este viaje relámpago a Madrid, he tenido la oportunidad de reunirme con varios amigos que estudian aquí y celebrarlo también con ellos. Madrid es realmente una ciudad preciosa. Vibrante. Después iré a pasar unos días en Nápoles y Nola.

Una chica de su tiempo

—Pero tú ¿eres de grandes fiestas o de cosas más privadas con amigas?

—Aunque las grandes fiestas tienen su encanto y siempre tienes la oportunidad de conocer a gente nueva, creo que un simple plato de pasta en casa con las amigas es igual de especial. Me encantan esas veladas íntimas, esos momentos en los que nos sentimos libres para ser nosotras mismas y compartir risas y confidencias sin límites. ¡Lo importante es que la energía siempre sea positiva!

© PABLO ROBLES NAVARRO

No pudieron contemplar la Puerta de Alcalá con toda su majestuosidad dado que, desde hace unos meses, el emblemático monumento madrileño se encuentra en restauración. No obstante, María Carolina y Chiara ya la conocen porque Madrid les encanta. “Madrid es realmente una ciudad preciosa. Vibrante”, dice María Carolina

—¿Cómo es un día normal en tu vida diaria?

—Ojeo mi agenda y preparo mis compromisos oficiales, que pueden incluir reuniones con organizaciones benéficas, visitas culturales o educativas. A veces, tengo que asistir a ceremonias o actos oficiales. Luego, paso la mayor parte del día estudiando, ¡como todos los jóvenes de mi edad! Cuando tengo tiempo, me gusta hacer collages y pasar horas pintando. Y mi debilidad: me encantan las series y los documentales, ¡sobre todo Netflix!

—¿Cuál es tu ‘peli’ favorita?

Mr. & Mrs. Smith. Me encanta la química entre Brad Pitt y Angelina Jolie y la adrenalina de las escenas de acción.

 —¿Y tu cantante?

—Shakira, con su nueva canción que es un símbolo de fuerza y feminismo. Y The Weekend, con su voz verdaderamente especial. Depende de mi estado de ánimo.

—Eres una joven súper cosmopolita. No sé si conoces las tierras de las que eres duquesa…

—¡Por supuesto que las conozco! Son lugares que visito con frecuencia. La historia del Sur de Italia es fascinante y me siento muy conectada. Además, siempre que voy descubro algo nuevo. ¡Son lugares muy especiales en mi corazón!

Hablan cinco idiomas a la perfección: italiano, inglés, francés, portugués y español
© PABLO ROBLES NAVARRO

—Ahora estamos descubriendo en Madrid, contigo, las grandes obras urbanísticas de tu antepasado Carlos III. ¿Impone?

—Ver tanta grandeza te hace sentir muy pequeña. Creo que es una de las zonas más bonitas de Madrid. Me ha fasciando el Museo del Prado, el Casón del Buen Retiro, Neptuno, Cibeles... También la Puerta de Alcalá, aunque la están restaurando... No me extraña que se le recuerde como el mejor alcalde de Madrid, ¿no?

—En futuro, próximo o lejano, ¿dónde te ves viviendo y a qué te ves dedicándote?

—Todo dependerá de mi futuro trabajo. Y de mi futuro marido... ¡No tengo la bola de cristal!

 —¿Ah sí? Háblame del mito del príncipe azul. Para ti, ¿cómo debería ser ese chico ideal? 

—Tiene que ser alguien que me haga sentir amada, valorada y respetada. Alguien con quien me sienta conectada. Un compañero que tenga un buen sentido de humor y al que le gusten las aventuras y los viajes… y, sobre todo, ¡guapísimo!

TextoLUIS NEMOLATO
FotosPABLO ROBLES NAVARRO