Desde que Tamara Falcó le dio una segunda oportunidad, Íñigo Onieva ha experimentado un acercamiento al catolicismo. Es un hecho, porque el empresario ha estado acompañando a la marquesa de Griñón a Misa todos estos meses. Es más, uno de reencuentros que forjó la reconciliación tuvo lugar en una iglesia: el pasado 24 de diciembre, cuando acudieron a la Misa del Gallo. Tampoco hay que olvidar que Íñigo visitó el Santuario de Lourdes como voluntario el pasado mayo.
Sobre este tema, el propio empresario se ha sincerado con ¡HOLA!. “Siempre he sido creyente y toda mi vida he rezado por la noche”, nos ha confesado. “Sí que es verdad que Tamara me ha acercado más a la parte espiritual, que es muy importante en su vida. Ella tiene la convicción de que la religión y Dios da la plena felicidad y me estoy dejando también guiar por estas creencias de Tamara”, nos ha dicho.
Por su parte, la aristócrata nos ha compartido su punto de vista sobre el nuevo Íñigo y su creciente espiritualidad. “Lo valoro muchísimo. Evidentemente, es muy importante para mí”, nos ha contado la hija de Isabel Preysler, antes de aclarar: “Es muy importante que estemos alineados en ese aspecto, pero lo que me gusta es que lo ha encontrado por sí mismo. Es decir, ha salido de él, porque no es algo que alguien pueda hacer por ti”.
No es la única novedad que presenta la vida de Íñigo, puesto que también ha dejado la noche y se ha centrado en la apertura de un restaurante. “Estoy involucrado en un proyecto que me ilusiona mucho. Ahora mismo está llevándose a cabo y, a finales de este año o a principios del próximo, se podrá decir algo”, nos ha adelantado el empresario. Por supuesto, esta determinación de alejarse de la noche le ha unido más a Tamara, tal y como ella misma nos ha expresado: “Creo que esa es una etapa que Íñigo ha cerrado”.
Pero la marquesa de Griñón nos ha hecho hincapié de que tanto esta decisión como su acercamiento a la religión las ha tomado el empresario motu propio. “Insisto, ha sido él mismo”, nos ha señalado ella. Es más, en contra de lo que algunas voces han podido insinuar, Tamara nos ha asegurado que ella no le ha atado en corto a Íñigo, como se dice coloquialmente. “No, no. Él vio por sí mismo que ese camino no le llevaba a ningún lado”, nos ha manifestado la aristócrata, quien ahora disfruta de su luna de miel junto su renovado marido.