La primera parte de la luna de miel de Tamara Falcó e Íñigo Onieva ha llegado a su fin. El matrimonio, que se dio el "sí, quiero" el 8 de julio en un romántico enlace del que ¡HOLA! muestra en exclusiva todos los detalles, ha dicho adiós a Ciudad del Cabo. En la capital de Sudáfrica han disfrutado de unos agradables días que el empresario ha detallado: desde el momento en el que cogieron el vuelo en el aeropuerto de Madrid a sus planes más extremos pasando por sus frases en zulú. A través de imágenes para el recuerdo ha contado cómo se ha desarrollado este viaje que continúa.
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"Primera Parada: CAPE TOWN. Solo una parada de 24h por Doha", ha comenzado a decir Onieva, que ha mostrado cómo embarcaron en el avión, donde aprovecharon para descansar y también se hicieron fotos presumiendo de alianzas de recién casados. Además, ha enseñado el momento en el que aterrizaron ilusionados en Ciudad del Cabo y llegaron al hotel Mount Nelson, en el que ha hecho un recorrido por sus exclusivas estancias: el recibidor con un pianista tocando en directo, los jardines, una sala con chimenea, billar y ajedrez, la villa en la que se alojaron justo frente a la piscina....
Estos primeros días como marido y mujer han estado marcados por la adrenalina. El matrimonio no quiso perderse uno de los atractivos de la zona, el buceo en jaula con tiburones. En las imágenes, Iñigo aparece sumergiéndose con un traje de neopreno para ver de cerca a estos animales mientras que Tamara, muy abrigada, observa desde la embarcación. "No estábamos preparados para congelarnos en julio y las orcas están matando a la mayoría de los tiburones blancos de la zona", ha dicho Onieva tras esta experiencia que, a juzgar por sus palabras, no ha cumplido con las expectativas que tenía.
La gastronomía, de la que son apasionados, sí parece haberles fascinado y ha compartido varias fotografías de los platos que han degustado. "La comida de nuestro hotel era una locura", ha explicado el marido de la aristócrata, elogiando concretamente al pastelero y prometiendo volver: "Mi mayor enhorabuena al chef pastelero. Volveremos". Además, se ha animado a pronunciar unas palabras en zulú, uno de los idiomas oficiales de Sudáfrica. "NGIBONGA KAKHULU", ha escrito, que significa muchas gracias.
Uno de los detalles más curiosos del resumen que ha hecho el empresario es que gracias a los billetes de avión hemos podido conocer su nombre completo y también el de su esposa. Él se llama Íñigo Andrés mientras que la marquesa de Griñón se llama Tamara Isabel ya que Isabel Preysler ha puesto su nombre a sus tres hijas. "Mi madre no puede ser la primera en poner el apellido, son sus maridos. Entonces lo que hace es poner Isabel a todas sus hijas", contaba meses atrás.
El momento más complicado del viaje
Durante el viaje de novios, la pareja recibió la triste noticia del repentino fallecimiento a los 62 años de Marta Chávarri, madre de Álvaro Falcó. El propio marqués de Cubas aseguraba que su prima Tamara había intentado volver a Madrid para acompañarle en ese duro momento, pero le resultaba imposible poder llegar a tiempo y él entendía perfectamente la ausencia. Por su parte, Manuel Falcó, marqués de Castel-Moncayo, aseguraba a su llegada al tanatorio que su hermana estaba muy triste por esta pérdida.