Estos últimos meses han transcurrido como una verdadera montaña rusa de emociones para Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Recordemos que una sucesión de giros inesperados se produjeron cuando ambos anunciaron sus planes de casarse en septiembre del año pasado. A las pocas horas, unas comprometidas imágenes del empresario provocaron que la marquesa de Griñón tomara la determinación de romper su relación. Sin embargo, tal y como ya desveló ¡HOLA!, la pareja decidió darse una nueva oportunidad las pasadas Navidades. A continuación, emprendió un viaje al Polo Norte, donde apostó por retomar un compromiso que, finalmente, se materializó el pasado 8 de julio en el palacio de El Rincón.
Echando la vista atrás, Íñigo nos confirma que este ‘sí, quiero’ ha sido el triunfo del amor, tal y como previamente nos confesó la propia Tamara. “Efectivamente, yo también lo siento así”, ha manifestado el empresario a ¡HOLA! en el día de su enlace. Además, Íñigo nos ha contado en primera persona cómo logró conquistar a la hija de Isabel Preysler tras su ruptura y cómo abrió los ojos en estos complicados meses sin ella. “Me di cuenta de que ella era mi prioridad. Que no iba a anteponer nada a Tamara y que se convertía en el centro de mi vida”, nos ha dicho.
“La verdad es que nadie en mi entorno tenía ninguna esperanza y yo tenía pocas, pero no iba a dejar de intentarlo, dado que no quería perderla”, ha reconocido Íñigo a ¡HOLA!, antes de desvelar cuándo notó que la reconciliación con Tamara podía producirse. “Cuando me reuní con ella en noviembre, la primera vez. Ahí supe que seguía enamorada de mí”, nos ha expresado el empresario.
“Cuando una novia se convierte en tu prioridad, dejas unos hábitos que están enfocados en uno por los que están enfocados en los dos”, nos ha explicado el empresario
Pero, ¿cómo consigo el perdón de la marquesa de Griñón? Él mismo nos ha respondido a esta pregunta: “Siendo honesto”. No obstante, siempre ha sido consciente de todo el esfuerzo que ha hecho Tamara al darle una oportunidad. “Ha sido muy valiente. Al perdonarme ha sido también valiente y generosa”, nos ha afirmado, a la vez que ha asegurado que todas estas vicisitudes les han reforzado como pareja: “Sin duda. Muchísimo”.
Durante todos estos meses, Íñigo también ha tenido tiempo para reflexionar y reconducir su vida. “Cuando una novia se convierte en tu prioridad, dejas unos hábitos que están enfocados en uno por los que están enfocados en los dos”, nos ha explicado. “Ahora mismo, lo que importa es priorizar a la familia y a nosotros, a nuestra unión, y dejar atrás todo aquello que pueda suponer una barrera”, nos ha asegurado con rotundidad.
“Cuando me reuní con ella en noviembre, la primera vez. Ahí supe que seguía enamorada de mí”, nos ha expresado el empresario
Por otro lado, el empresario nos ha confesado cómo se ve con la marquesa de Griñón en diez años. “Feliz”, nos han contestado, antes de imaginar cómo será su familia. “Ni muy pequeña ni muy grande, porque se complica la logística de viajar, moverte, etcétera. Tres es el número perfecto para hijos”. Por último, Íñigo nos ha afirmado que ya no le importa lo que piense la gente de su relación y prefiere mantenerse al margen de aquellas personas que puedan dudar de su futuro con la hija de Isabel Preysler. “No les diría nada, que cada uno es suyo”, nos ha dicho, antes de emprender su luna de miel con Tamara, que, según lo publicado, ha comenzado con una parada en Sudáfrica.