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El futuro de Andrés Iniesta, de 38 años, es completamente incierto, sin embargo, al futbolista parece no preocuparle demasiado, al menos de momento. Tras dar por cerrada su etapa en las filas del club japonés Vissel Kobe, donde ha estado jugando durante cinco años, el de Villalbilla ha puesto rumbo a Ibiza para pasar unos días de descanso junto a su mujer, Anna Ortiz, de 35 años, y su numerosa familia.
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© annaortiz34El encargado de marcar el gol que nos llevó a la gloria en el Mundial de Sudáfrica 2010 está aprovechando estos días para navegar, reflexionar y sobre todo pasar tiempo junto a su mujer, y sus cinco hijos: Valeria, de 11 años, Paolo, de 8, Siena, de 5, Romeo, de 3 y la pequeña que nació el pasado 26 de febrero.
© Europa PressEl matrimonio, que han pasado de ser dos a ser siete en un tiempo récord, celebraba el pasado 8 de julio su undécimo aniversario de boda, tras darse el ‘sí, quiero’ en 2012 en una inolvidable ceremonia civil celebrada en el castillo de Tamarit, en la localidad tarraconense de Altafulla, a la que han asistido alrededor de 300 invitados.
© Europa PressSin embargo, la pareja se había conocido cinco años antes, concretamente en la noche de San Juan, tal y como revelaba recientemente, la propia Anna en su perfil de redes sociales, donde quiso festejar el día en el que el futbolista se cruzó por primera vez en su camino. “Hemos aprendido a aceptar el presente. Y seguimos apreciando la incertidumbre juntos. Hemos vivido momentos mágicos y difíciles también. Pero seguimos aprendiendo de la mano, juntos...construyendo lo mejor de nuestras vidas. Gracias por aparecer esa mágica noche de San Juan de 2007..Felices 16 años mi amor para siempre. Te quiero” escribía Anna junto a una bonita foto juntos.
© Europa PressTodo parece indicar que tras estas vacaciones en la isla pitiusa, Andrés y su familia pondrán rumbo a los Estados Unidos, pues el futbolista tiene sobre la mesa una propuesta de lo más llamativa del Inter de Miami que se podría convertir en su equipo para la próxima temporada, aunque, como bien hemos dicho anteriormente, de momento todo está en el aire.
