La historia de Timothy Lyndsay Shaddock, un marinero australiano de 54 años que ha permanecido a la deriva en las aguas del Pacífico durante casi tres meses con la única compañía de su perra Bella, tiene todos los tintes necesarios para convertirse en un guión de Hollywood.
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Originario de Sydney, este aventurero de pies a cabeza zarpó el pasado mes de abril de La Paz, Baja California, con rumbo a la Polinesia Francesa, a bordo de su catamarán “Aloha Toa”, sin imaginar que aquella travesía de convertiría en toda una odisea. Las complicadas condiciones climatológicas obligaron a Timothy a cambiar su rumbo y una fuerte tormenta acabó destruyendo todos los dispositivos electrónicos que llevaba consigo dejándole completamente incomunicado.
A pesar de que llevaba provisiones para su travesía, el marinero no contaba con electricidad por lo que él y su perrita Bella acabaron sobreviviendo a base de pescado crudo y agua de lluvia. “He comido mucho sushi” bromeaba el australiano ya en tierra firme.
Timothy fue avistado en medio del océano por un atunero mexicano a 1.200 millas de la costa de Manzanillo, en México, y llevado a tierra para someterse a un rutinario chequeo. “Me siento bien. Me siento mucho mejor de lo que estaba” declaraba el naufrago sin perder la sonrisa bajo su poblada barba de varios meses. "Al capitán y a la compañía pesquera que me salvaron la vida, solo puedo estarles agradecido. Estoy vivo y realmente no pensé que lo lograría” añadía el marinero.
Shaddock se describió a sí mismo como una persona tranquila a la que le encanta estar solo en el océano, sin embargo cuando le preguntaron que le llevó a embarcarse en esta aventura, el marinero confesaba: "No estoy seguro de tener la respuesta a eso, pero disfruto mucho navegando y amo a la gente del mar. Es la gente del mar la que nos une a todos. El océano está en nosotros. Somos el océano”.
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Timothy también relató que hubo "muchos, muchos, muchos días malos" en el mar, pero también buenos. "La falta de energía y la fatiga es la parte más difícil", confesaba el marinero, quien pasó parte del tiempo arreglando cosas del barco y manteniendo la mente positiva.
Afortunadamente, el australiano y su mascota contaban con un amplio toldo en el que refugiarse del sol y las altas temperaturas, ya que de otra forma hubieran acabado deshidratandose. Y aunque Shaddock ha perdido mucho peso y gran parte de su masa muscular, sus constantes vitales eran buenas tras su rescate.
El náufrago, que ya logró superar en el pasado un cáncer de colon, relató también cómo conoció a su perrita Bella, quien tras esta aventura ha sido adoptada por uno de sus rescatistas. 'Bella me encontró en medio de México. Ella es mexicana', dijo Shaddock .”Traté de encontrarle un hogar tres veces pero ella no se separaba de mi y me siguió hasta el agua. Es mucho más valiente que yo, eso os lo aseguro”