El triunfo de Carlos Alcaraz en Wimbledon dejó numerosas imágenes para el recuerdo, entre ellas, las lágrimas de su entrenador, Juan Carlos Ferrero. Tras alzarse con la victoria, el tenista murciano, de 20 años, saltó a las gradas para abrazar a su maestro, protagonizando uno de los momentos más emotivos de la celebración. Minutos después, ya más calmado, Ferrero hablaba con orgullo de la gesta de su pupilo. "Espero que me haga llorar muchas veces. Ha sido superemocionante, no podía ser de otra manera contra Novak con lo peleón y duro que es. Hemos sufrido mucho, pero ha valido la pena", declaró en los micrófonos de Radioestadio. También contó que mientras se abrazaban no intercambiaron ni una sola palabra. "Nada, no nos hemos dicho nada, hemos medio llorado un poco los dos".
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- El rey Felipe vibra con la victoria de Carlos Alcaraz en la Catedral del tenis
Ferrero, de 43 años, logró numerosos exitos como tenista hasta el 23 de octubre 2012, cuando decidió retirarse oficialmente de las pistas con tres Copas Davis y 16 títulos ATP en su palmarés. Entonces comenzó una nueva etapa como entrenador en su Academia Equelite, de Villena, Alicante, donde descubrió a un adolescente Alcaraz. "Vino a jugar a la academia con 12 o 13 años y ya se escuchaba que había un chaval que jugaba muy bien para la edad que tenía. La primera vez que le vi competir bien fue cuando ganó su primer punto ATP con 14 años en Murcia y desprendía esas diferencias que puedes ver en un jugador. Me gustó mucho", explicó Ferrero en una entrevista concedida a El Larguero.
Cuando Ferrero dejó de entrenar al tenista alemán Alexander Zverev, le propusieron entrenar a Alcaraz y aceptó. "Me lo pensé bien, para mí era una apuesta personal y también de crecimiento profesional. Trabajar con un chaval desde pequeño y prepararle bien".
Antes de pronunciar un sí rotundo, Ferrero lo consultó con su familia. El extenista comparte su vida con Eva Alonso, natural de Elche y terapeuta ocupacional de profesión. "Nos complementamos a la perfección, porque ella es extrovertida, habla con un árbol si hace falta, algo totalmente distinto a mi carácter, ya que soy mucho más retraído y cuesta llegar a mí", confesó en el periódico Las Provincias.
Se conocieron en el bar donde ella ponía copas y se casaron el 4 de julio de 2015 en el Hotel Ferrero, propiedad del entrenador, situado en el municipio valenciano de Bocairent. Al enlace asistieron 300 invitados entre los que se encontraban familiares y amigos, algunos de ellos conocidos deportistas como el tenista David Ferrer, el golfista Sergio García o el expiloto de motociclismo Sete Gibernau.
Siempre discreto con su vida privada, aquella fue una de las pocas ocasiones en las que Ferrero abrió la puerta a su celosa intimidad. Antes lo había hecho para anunciar el nacimiento de su hija Vega. "Hoy empieza el mejor partido de mi vida. Feliz", publicó el 9 de septiembre de 2014. Después, llegaron dos hijos más al matrimonio y Ferrero, en tono de broma, siempre dice que tiene tres hijos en casa y otro en la pista. "Alcaraz es como mi cuarto hijo. Me encanta la situación que creamos, creamos algo más que un entrenador y un jugador y nos tenemos un gran respeto mutuo", aseguró en Tennis Channel.