La mediática disputa legal que Brad Pitt y Angelina Jolie iniciaron por el Château Miraval a raíz de su ruptura continúa viva. El magnífico castillo francés rodeado por treinta hectáreas de viñedos e inmensos jardines en el que sellaron su amor en el verano de 2014 en una boda publicada en exclusiva mundial por ¡HOLA! y su correspondiente empresa de elaboración de vino es ahora uno de los mayores quebraderos de cabeza de la expareja. Si hace tiempo el conflicto brotaba por parte de la intérprete, que supuestamente había maquinado "en secreto" la venta de su millonaria participación de la finca incumpliendo así el acuerdo que tenían de no deshacerse de su 50% sin hacérselo saber previamente a la otra parte, ahora es noticia la actitud del protagonista de Ad Astra. Una postura que la actriz ha reflejado en los documentos judiciales que se han agregado a la demanda que el productor interpuso contra ella por aquella transacción.
Los textos legales, que datan de este mes de junio, a los que ha tenido acceso Finantial Times plasman la última acusación que Angelina ha vertido sobre Brad. Una recriminación que llega después de que los abogados del popular estadounidense calificaran la decisión de su exmujer de vender su participación de la exclusiva construcción ubicada en la Provenza francesa, concretamente en el pueblo de Correns, de "vengativa", así como de tener "intenciones venenosas". Aunque aquella transacción se produjo hace ya dos años, las tensiones continúan siendo una barrera entre ambos y ahora la protagonista de Maléfica ha afirmado que su exmarido actúa como "un niño petulante" en lo referido al incesante desafío que mantienen por el inmueble. El motivo, tal y como aseguran los representantes de Angelina, es que Brad se presenta como enólogo, experto del mundo del vino, cuando en realidad, se dedica a "traficar con ilusiones, no con suciedad y uvas".
Según evidencian los documentos, Angelina reprocha al padre de sus seis hijos que no permite que Yuri Shefler, el magnate ruso al que ella vendió su porcentaje, maneje el negocio, ya que se niega a nombrar a los miembros directivos encargados de operar el viñedo. El Château Miraval es el enclave en el que se elabora uno de los vinos rosados y espumosos más reconocidos del mundo y, hasta su ruptura, llevaba el nombre Jolie-Pitt en la etiqueta, bajo las denominaciones de origen Coteaux Varois y Côtes de Provence. "Ella vendió su participación con el conocimiento y la intención de que Shefler y sus afiliados buscaran controlar el negocio al que se había dedicado Pitt y socavar la inversión de Pitt en Miraval", señalan desde Page Six, donde añaden que el actor afirma que su exmujer lo hizo así para opacar su reputación y que, desafortunadamente, en la actualidad ya es incapaz de ver ese lugar como un "hogar lleno de amor para sus seis hijos".
En este contexto, el enfrentamiento legal por esta propiedad sigue siendo una realidad para sus protagonistas, cuyo exitoso negocio está siendo investigado por las autoridades francesas y puesto en el punto de mira por Angelina. "Durante los años en los que supuestamente ‘construyó’ el negocio, grabó y apareció en docenas de películas, sin mencionar, sus incontables apariciones promocionales, viajes por el mundo para premieres de películas y asistencias a fiestas de Hollywood", reza la última queja que los abogados de Angelina presentaron hace unos días para poner de manifiesto la actitud del ganador del Oscar por Érase una vez en... Hollywood a la que tuvo acceso Page Six, en la que se asegura que este "no es un viticultor".