Han pasado cinco años desde que la ternura de las notas de Salvador Sobral inundaran el escenario de Eurovisión. El portugués se hizo con el micrófono de cristal con su Amar pelos dois, una balada que dio la sorpresa y desbancó a todas las canciones que pretendían hacerse con el podium. El artista, uno de esos cantautores con personalidad desbordante, se coronó como el mejor de Europa con su voz y una historia de las que merece la pena contar. Desde aquel 2017 han llegado más conciertos, más fans y sobre todo más reconocimiento para este luso de 33 años, que dio por primera vez la victoria a su país en el certamen europeo. Una estrella profesional que brilla también en lo personal pues el artista tiene la suerte de poder contar que ha vuelto a nacer, literalmente, a una vida que le sonríe.
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Canarias acoge por primera vez a este intérprete en el marco de la nueva edición del Festival Internacional Canarias Jazz&Más. Actúa así el miércoles 12 de julio en el Teatro Leal de La Laguna y el jueves 13, en el Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria. Es una de las mejores oportunidades que tienen los fans de escucharle antes del lanzamiento de su trabajo Timbre, el próximo mes de septiembre.
El año que ganó Eurovisión, Salvador ganó también un corazón nuevo. Tenía entonces 28 años y una patología cardíaca que requirió un trasplante. “Viví un tiempo de estrés postraumático pero ahora ya estoy más en paz con la situación (…) He revivido físicamente y emocionalmente. Ya no me gusta tanto dormir, porque pierdo ocho horas y quiero vivir más. Estoy muy agradecido a la vida” contó poco después. “El corazón es un músculo, lo importante es el alma, el alma sigue igual. No me pregunto de dónde viene el corazón, lo pienso de manera práctica. Era un problema y se ha resuelto” dijo en otra ocasión sin poder contener la emoción.
Regresó a los escenarios para seguir deleitando a sus incondicionales y, en diciembre de 2018, un año después de comenzar esta nueva etapa de su vida, daba la bienvenida a la siguiente fase. En un club de Lisboa, Fábrica do Braço de Prata, se unió en matrimonio con la actriz francesa Jenna Thiam, una boda íntima que se hizo en francés y portugués para que todos los invitados pudieran seguir al detalle la ceremonia. Celoso de su vida personal, el intérprete no compartió entonces ninguna imagen de esta unión que llegaba después de tres años juntos. La misión corrió a cargo de las amigas de la novia que mostraron algún detalle del día más feliz de la pareja.
En octubre de 2022 llegaba su mejor regalo: su pequeña. “Mi sueño siempre ha sido tener una hija, pero con todo lo que he pasado me parecía imposible. Entonces me enamoré perdidamente de una parisina que también quería niños y ahora viene Aïda” contaba entusiasmado un mes antes de tener a su bebé en brazos. Venía con un pan bajo el brazo, como se suele decir, un alimento en forma de canción titulada Canção para Aïda. “Estar con mi hija o sobre el escenario son los dos únicos lugares donde me siento pleno. No hay preocupaciones, presiones de la industria, problemas de salud, nada” ha declarado estos días a El periódico de España en su visita a nuestro país. Sobral ha dejado atrás el boom de Eurovisión, concurso que confiesa que ya no sigue en el citado medio, para centrarse en esta nueva vida marcada al compás del jazz y de su nuevo corazón.