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De entre la infinidad de preparativos a los que Tamara Falcó e Íñigo Onieva prestaron gran atención antes de celebrar su romántica y memorable boda en El Rincón el sábado 8 de julio, el enlace del año, el baile nupcial ocupó un importante lugar para ambos. Un desafío que la feliz pareja encaró con entusiasmo y disposición, hasta el punto de ponerse en manos de una coreógrafa de excepción: Lola González, exdirectora de la academia de Fama, ¡a bailar!, que fue la encargada de impartirles las nociones básicas. Ahora, pasados varios días del 'sí, quiero' más mediático, la instructora ha contado cómo fueron las sesiones que compartió con los novios y la actitud con la que aprendieron el magnífico swing que interpretaron ante los más de 400 invitados que fueron afortunados testigos del resultado final.
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Tamara Falcó e Iñigo Onieva comparten su último baile de solteros y románticas dedicatorias
Desde que Tamara, de 41 años, e Íñigo, de 34, se pusieron en contacto con Lola González, siempre remarcaron su deseo de hacer algo diferente, algo especial. Tras barajar varias opciones musicales, se decantaron por la canción elegida, Love, de Nat King Cole, nada más escucharla en la lista de reproducción de la instructora: "Cuando puse la canción, dijeron 'esta somos nosotros, nosotros somos muy Love'", ha contado la coreógrafa en el Programa de Ana Rosa, donde este martes ha ofrecido varios detalles sobre la preparación de la danza nupcial, un baile que los protagonistas llevaron con el más absoluto hermetismo por bandera. Tanto es así, que incluso los pocos ensayos que hicieron, tan solo "cuatro o cinco clases" debido a la inesperada lesión de pie de la hija de Isabel Preysler, los llevaron a cabo en una zona en la que "no nos veía nadie".
El efecto sorpresa era la prioridad de los novios, del mismo modo que sentirse cómodos con la coreografía, por lo que se decantaron por hacer su entrada con la clásica propuesta que interpretaron, que les permitió aportar su punto de personalidad y la nota de originalidad. "Los dos lo hicieron muy bien, son muy musicales. Íñigo es muy lanzado y Tamara se deja llevar, lo ideal en una pareja de baile, que uno lleve al otro", ha remarcado Lola en el mencionado espacio televisivo, en el que les ha puesto una nota sobresaliente como aprendices y se ha referido a ellos en términos muy positivos.
Otro detalle llamativo de las clases que el recién estrenado matrimonio tomó de cara a su gran celebración son los besos que se daban cada vez que paraban, entre paso y paso. Sintonía, complicidad y mucha química es lo que la instructora percibió de su relación al verles moverse juntos. Además, ha confesado que en ningún momento les vio tener roces cuando las cosas no salían según lo previsto, algo que denota mucha empatía por su parte. La libertad fue el denominador común de las sesiones, en las que los novios se atrevieron "sin problema con todo". Otra curiosidad que ha comentado Lola es cómo llegó a ponerse al frente de este reto tan emocionante. Fue gracias a Susana Uribarri, representante de Tamara, que quiso tener un detalle con ellos y obsequiarles con estas clases.