Fueron padres el pasado 11 de junio, pero ha sido ahora cuando los marqueses de Cubas, Álvaro Falcó e Isabelle Junot, se han dejado ver por primera vez paseando a su hija, Philippa, por las calles de Madrid. La pareja, que celebró también su primer aniversario de boda el pasado 2 de abril (se casaron en el palacio del marqués de Mirabel, en Plasencia), lleva una discreta vida alejada de los focos y pocas han sido sus salidas desde que abandonaron la clínica Ruber Internacional.
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El matrimonio vive con ilusión la boda de una de sus primas favoritas, Tamara Falcó, el sábado 8 de julio
Ahora, con la ‘nueva reina de la casa’ entre sus brazos, los felices papás primerizos disfrutan de su vida familiar en la intimidad y rodeados de los suyos, como siempre han querido. Días atrás, el hijo del recordado Fernando Falcó hacía sus primeras declaraciones tras su reciente paternidad, asegurando que su hija —a quien han llamado Philippa en homenaje a su abuelo materno, Philippe Junot— está “muy bien, fenomenal”, en sus primeras semanas de vida, y que todavía no tienen “ni idea” de cuándo celebrarán el bautizo de la pequeña.
Lo cierto es que corren buenos tiempos para el matrimonio, que ahora aguarda con ilusión la boda de una de sus primas favoritas, Tamara Falcó, que se casará con Íñigo Onieva este sábado 8 de julio, en El Rincón, palacio que fue el hogar del padre de la marquesa de Griñón, Carlos Falcó, hasta su fallecimiento, el 20 de marzo de 2020, en plena crisis del coronavirus.
Tan fuerte es la relación que la hija de Isabel Preysler mantiene con los marqueses de Cubas que tomó la decisión de cambiar su fecha de boda, prevista en principio para el 17 de junio, con el objetivo de que no coincidiera con el nacimiento de la niña y pudieran asistir a su enlace.