Mario Vargas Llosa ha recibido el alta hospitalaria esta misma mañana en la clínica Ruber en la que permanecía ingresado desde el pasado sábado 1 de julio por una recaída del Covid-19. Con buen aspecto y en compañía de su hijo Gonzalo, el Premio Nobel de Literatura ha abandonado el centro por su propio pie con signos de evidente mejoría. Se encuentra "en muy buenas condiciones", han informado fuentes familiares al diario El País, que revelan que está "muy contento de regresar a casa, y sobre todo muy agradecido a todo el personal de la clínica Ruber por el trato tan profesional y amable que le han dado estos días".
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El novelista peruano, de 87 años, abandonó el centro caminando y se subió en un coche a las puertas de la clínica para ser trasladado a su hogar, no sin antes saludar desde el vehículo a la prensa que se ha interesado por su estado de salud. El escritor de La ciudad y los perros ya tuvo que ser ingresado por coronavirus en abril de 2022 y tuvo serias complicaciones por una neumonía tras contraer dicha enfermedad. Por tanto en esta ocasión se han extremado las precauciones y han seguido su evolución desde el hospital.
Ante el revuelo suscitado por el ingreso de Mario Vargas Llosa, su familia quiso enviar un comunicado para informar sobre el estado de salud del novelista. "En vista del interés de los medios por el estado de salud de nuestro padre, hacemos público que está hospitalizado desde el sábado tras haberle sido diagnosticado el Covid-19. Está siendo tratado por excelentes profesionales y acompañado de su familia. Rogamos a los medios de comunicación respetar en estos momentos su privacidad y la nuestra", firmaban sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana.
Sus hijos han estado muy pendientes de la evolución de su padre durante todo el tiempo que ha estado en el hospital. Gonzalo Vargas Llosa informaba el pasado miércoles de cómo iba siendo su recuperación. "Está estable. Somos optimistas y esperamos que dentro de unos días ya le den el alta y pueda regresar a casa", como así ha sucedido. El académico se recuperará en su hogar arropado por su familia y una vez que esté plenamente recuperado retomará sus compromisos. Vargas Llosa mantiene una vida muy activa, tal y como hemos podido ver en los últimos meses. En el mes de abril recibió el Gran Collar de la Orden del Sol en Lima, capital de su país natal. Un mes antes acudió a la boda de su nieta Josefina con el ingeniero mexicano Emiliano Camarena, en Perú, donde le pudimos ver bailando muy animado, y en febrero vivió un momento histórico al ingresar en la Academia Francesa, una ceremonia a la que asistieron el rey don Juan Carlos y la infanta Cristina.