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“Vic es de esas amigas que se convierten en familia. Una amiga incondicional con la que siempre me siento en casa, estemos donde estemos”. “Rochi es alguien en quien puedo confiar incondicionalmente y que siempre está a mi lado, brindándome apoyo y alegría en cada momento de mi vida”. Cuando empiezas una entrevista sobre la Amistad con mayúsculas y estas son las primeras respuestas, sabes que has escogido bien. Y es que Victoria Federica de Marichalar y Borbón —Vic para sus amigos— y Rocío Laffón Molina —Rochi para los suyos— forman un tándem indisoluble.
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“Las dos somos muy ambiciosas, tenemos muchos proyectos en la cabeza que, si Dios quiere, el día de mañana serán una realidad. Y algunos de ellos los llevaremos a cabo cada una por su cuenta y otros conjuntamente”
Las conozco, y quiero, desde niñas —por algo me llaman ‘tía Tere’— y no concibo a la una sin la otra. Victoria no necesita presentación. A la hija de la infanta doña Elena de Borbón y Jaime de Marichalar la ‘conocemos’ todos desde el día en que nació. Y su soulmate (alma gemela), como llama Vic a Rochi en su instagram, es una guapísima sevillana, hija del empresario hispalense Manuel Laffón Parias y de Rocío Molina Montes, mis amigos y vecinos en Sanlúcar de Barrameda, desde donde he visto crecer esta amistad a lo largo de los años en la casa de su tía la pintora Carmen Laffón, académica de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid y una de las más importantes pintoras españolas de arte contemporáneo, que fue como una abuela para Rochi.
El principio
Pero empecemos por el principio. ¿Cómo os conocisteis? “Mi padre y su madre, la infanta doña Elena, comparten afición por los caballos y nos veíamos mucho en Sevilla por ese motivo, y cuando Vic empezó a montar también allí, se quedaba siempre en mi casa”, cuenta Rocío. “Desde el minuto uno supimos que seríamos amigas. No tuvimos ni que intentar conectar”, apunta Vic. “Fue como un “flechazo”, contestan al unísono. Y la distancia geográfica nunca ha sido un problema para ellas.
“El Domingo de Resurrección yo iba siempre a los toros a Sevilla y nos veíamos”, cuenta Victoria. “Y yo subía mucho a Madrid y dormía siempre en casa de Vic”, añade Rocío. “Y desde que Rochi llegó a Madrid a estudiar ya nos volvimos inseparables”, continúa Vic. Me encantan porque o contestan en plural o una empieza la frase y la otra la termina.
“Vic es de esas amigas que se convierten en familia. Una amiga incondicional con la que siempre me siento en casa, estemos donde estemos”
¿Qué os gustó a cada una de la otra? Rocío lo tiene claro: le basta una mirada para entender a Vic, para saber si está bien o mal, para comunicarse. “Es la amiga con la que más conexión tengo no verbal”, asegura. Victoria dice que “su otra mitad” es una persona honesta y leal. Y esto último sé que lo valora especialmente porque, cuando les pregunto qué le pedirían a su príncipe azul, responde sin dudarlo: “Mi hombre ideal tiene que ser leal”, mientras que Rochi pide que sea cariñoso y educado “y, sobre todo, que me haga sonreír”. La complicidad entre ellas es muy latente, incluso en algunos momentos siento que me he perdido algo. “Utilizamos muchas palabras clave para poder decirnos cosas sin que nadie sepa de qué ni de quién hablamos”, cuentan entre risas. “También le ponemos motes a todo el mundo, y nosotras nos llamamos de mil formas que nadie más entiende”.
Los planes ‘beauty’
¿Quién ‘manda’ más en la pareja? “Vic —contesta Rochi sin dudarlo—, porque es más organizadora de planes”. “Sí, yo me apunto a más cosas que Rochi, que es más tranquila. A ella le gustan más los saraos de día y a mí los de noche”, reconoce Victoria. Los “planes beauty” también copan muchas veces sus agendas. Les encanta regalarse “mimos cosméticos”, como limpiezas faciales y masajes relajantes en distintos salones. Y para sentirse bien tanto física como mentalmente comen cada vez más sano y, en ese aspecto, se ayudan mucho y las dos entrenan regularmente en el centro de Miguel Lordan (@MLTRAINER).
“Mi padre y su madre, la infanta doña Elena, comparten afición por los caballos y nos veíamos mucho en Sevilla por ese motivo, y cuando Vic empezó a montar también allí, se quedaba siempre en mi casa”
A Vic, además, le gusta probar distintos cosméticos para verse bien la piel, “aunque podría ser más constante”, admite, y para Rocío, su momento favorito del día es el de su rutina facial: “Me cuido mucho la cara desde pequeña”. En el bolso de Vic (y en el mío) siempre encontraríamos el suero Advanced Night Repair, de Estée Lauder, y en el de Rochi (y en el mío también), una crema de protección solar, que se aplica todos los días del año, incluso cuando está nublado.
A la hija de la infanta Elena le gustaría introducirse poco a poco, de manera más profesional, en el mundo de la moda, que le fascina, “siempre de la mano de mi padre, ya que me está ayudando muchísimo”
En la vida real
Y como toda ‘mejor amiga’ que se precie, comparten armario. “A veces tenemos peleas como “tienes mi camiseta, tienes mi pantalón… y justo me lo quería poner hoy””, confiesa Vic. Pero por lo que jamás se han peleado, ni han compartido, son amores. “Nunca nos ha gustado el mismo. Tenemos gustos muy diferentes y los que le gustan a Vic a mí no, y los que le me gustan a mí a ella tampoco”. Pero comparten, eso sí, muchos amigos, tanto en la vida real como en la virtual, ya que ambas son muy activas en las redes sociales. Victoria —@vicmabor en Instagram— tiene 248.000 seguidores y Rocío —@rochilaffon— acumula más de 13.000.
“Yo me apunto a más cosas que Rochi, que es más tranquila. A ella le gustan más los saraos de día y a mí los de noche”, reconoce Victoria
“Desde que Victoria abrió su “instagram” públicamente (al principio lo tenía cerrado solo para amigos), creció de una forma vertiginosa, y como empezamos a ir a todos los eventos juntas, el mío se disparó también, aunque a otro nivel, obviamente”, explica Rochi. “Todo ha ido fluyendo, no lo hemos buscado, pero nos gusta estar aquí”.
“Mi hombre ideal tiene que ser leal”, señala Victoria, mientras que Rocío pide que sea cariñoso y educado “y, sobre todo, que me haga sonreír”
Para Victoria, que no es muy aficionada a la exposición pública, las redes sociales son la herramienta para que la gente la conozca tal y como es de verdad. “En mi vida pública hay dos partes: la que no elijo y la que escojo yo. La Vic que la gente conoce por la prensa no soy yo en la vida real. E Instagram me sirve para mostrarme tal y como soy realmente. Soy yo la que escojo mi contenido, lo que quiero mostrar, cómo, cuándo, dónde y por qué”.
Pero no todo es positivo en esta red social. “Tiene de malo que es un mundo muy irreal en el que la gente tiende mucho a compararse; un mundo lleno de filtros”, responden las dos. ¿Os afectan las críticas de los llamados haters? “Yo llevo viviendo con eso desde que nací —dice Vic—, ya estoy acostumbrada y no me afectan. Yo sé cómo soy y los me “hatean” no me conocen, y es a eso a lo que me aferro”. “Nos afectan a las dos mucho más las críticas de la gente que nos quiere que las de los seguidores”, añade Rochi.
¿Qué le diríais a una niña de trece años que quiere ser influencer? “Que no busque serlo, que fluya con ello”, dice Rochi. “Que no se obsesione tampoco”, añade Vic. “Y que sepa diferenciar muy bien quiénes son sus amigos —exclaman las dos—, que este mundo trae muchas amistades maravillosas, pero también algunos envidiosos. Que elija bien sus amigos dentro y fuera de este mundo. Y que aprenda a distinguir quién se acerca a ti por interés y quién lo hace por cariño de verdad”.
“¿Que si nos afectan las críticas de los haters? Yo llevo viviendo con eso desde que nací —dice Vic—, ya estoy acostumbrada y no me afectan. Yo sé cómo soy y los que me “hatean” no me conocen”
Planes de futuro
¿Y vosotras tenéis pensado vivir de Instagram? “No, en absoluto. Esto es una ayuda”, responden al unísono. “Muy buena”, añaden. “Pero las dos somos muy ambiciosas, tenemos muchos proyectos en la cabeza, que, si Dios quiere, el día de mañana serán una realidad. Y algunos de ellos los llevaremos a cabo cada una por su cuenta y otros conjuntamente. Instagram es solo una muy pequeña parte de nosotras”.
Como toda ‘mejor amiga’ que se precie, comparten armario. “A veces tenemos peleas de “tienes mi camiseta, tienes mi pantalón… y justo me lo quería poner hoy”. Pero jamás se han peleado por un amor: “Nunca nos ha gustado el mismo”
A Rocío le gustaría crear una marca de ropa y dedicarse a la docencia, que para eso ha estudiado Educación Infantil y Primaria, y a Victoria, introducirse poco a poco, de manera más profesional, en el mundo de la moda, que le fascina, “siempre de la mano de mi padre, que me está ayudando muchísimo”. Y, en un futuro, por qué no, ser la musa de algún diseñador. Pero, por el momento, están felices con su vida actual y no la cambiarían por nada. “Yo creo que hay que vivir el momento y eso es lo que estamos haciendo ahora. Y los errores que estamos cometiendo nos están enseñando mucho para el futuro”.
“Será estupendo si para dentro de diez años tenemos un novio, un marido e incluso algún hijo, además de una carrera profesional estupenda. Aspiramos a tener éxito tanto en lo profesional como en lo personal. Pero, sobre todo, ojalá seamos igual de felices que ahora”
Y, personalmente, ¿cómo os veis dentro de diez años? “Será estupendo si para entonces tenemos un novio, un marido e incluso algún hijo, además de una carrera profesional estupenda. Como hemos dicho antes, somos las dos ambiciosas y aspiramos a tener éxito tanto en lo profesional como en lo personal. Pero, sobre todo, ojalá seamos en unos años igual de felices que somos ahora”. Para terminar, les pregunto que cuál es el regalo más especial que se han hecho entre ellas, y me quedo, de toda la entrevista, con este regalazo: “Dedicarnos tiempo y estar siempre la una para la otra”. Olé.