Desde que eran pequeñas, Victoria de Marichalar e Irene Urdangarin siempre han tenido un vínculo muy especial. A pesar de estar separadas por cinco años de diferencia -Victoria tiene 22 mientras que Irene cumplió los 18 el pasado 5 de junio- las primas han estado muy unidas, comparten muchos gustos y aficiones, y se llevan estupendamente, a pesar de lo distintas que son sus personalidades. Tal vez por eso se complementan tan bien. Mientras que Victoria es más extrovertida y no le importa estar en el foco mediático, Irene, más joven, pero no por ello menos madura, siempre ha preferido mantener un perfil bajo, estar alejada de los medios y llevar una vida como una adolescente cualquiera.
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Las últimas imágenes de las primas Urdangarin y Marichalar son del pasado fin de semana del 16 de junio. Victoria e Irene se reencontraron en Ginebra con motivo de la doble celebración de la benjamina: la graduación de sus estudios de Bachillerato y su fiesta de cumpleaños. Un momento muy especial e importante en la vida de Irene que Victoria no quiso perderse bajo ningún concepto. La hija de Jaime de Marichalar viajó hasta Suiza junto a su madre, la infanta Elena, y donde ambas se reencontraron con su hermano Froilán -quien comenzó una nueva etapa de su vida en Abu Dabi hace pocos meses-. Allí protagonizaron una reunión familiar como no habíamos visto en muchos años.
Y es que los problemas familiares a los que se enfrentaron dentro del núcleo de la Familia Real les llevó a distanciarse. Antes de esto, la nueva generaciones de mujeres Borbón (Ortiz, Marichalar y Urdangarin), coincidían mucho en diferentes encuentros familiares, y ciertamente estaban muy unidas, pero los problemas de los mayores llevaron al clan de las primas a crecer alejadas. A pesar de ello, tras los tiempos más convulsos, poco a poco podría estar sucediéndose un acercamiento, y este verano es muy posible que doña Sofía consiga reunir de nuevo a todos. Nada la haría más feliz que poder repetir la imagen del verano en que consiguió, después de cuatro años, tener juntos a sus ocho nietos (2017). Las que no faltarán serán Victoria e Irene, como cada verano desde que eran niñas.
Durante su reencuentro en Ginebra, no quisieron perder la oportunidad de hacer una escapada las dos juntas y solas. Las primas se pusieron al día de sus vidas, entre risas y cerveza. No hay duda de la complicidad y la buena relación que mantienen, además de que estas imágenes nos evocan un deja vú, un reflejo de sus madres, las infantas Elena y Cristina, y el vínculo irrompible que hay entre ellas. Dos mujeres fuertes, con un importante concepto de la familia, que sin duda se mantendrán unidas ante las alegrías y las adversidades que les ponga la vida.