Pablo Urdangarín, segundo hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, ha concedido su primera entrevista a la agencia EFE. No hace falta un motivo, pero, en su caso, ha esperado a poner fin a su etapa como jugador de balonmano en el Barça para charlar con dos periodistas Francisco Ávila y Ginés Muñoz.
Tiene 22 años, la próxima temporada jugará con el equipo Fraikin Granollers y siente que “tengo la cabeza para llegar donde quiero llegar”. Pablo recuerda su camino, que empezó a jugar al balonmano muy pequeño, que lo tuvo que dejar cuando se mudaron a Estados Unidos —allí no había posibilidad de seguir practicándolo— y cómo lo pudo retomar, en 2012, a su regreso a España. “Cuando volví a Europa, pude seguir jugando. Después estuve en Alemania (Hannover) y ahí es cuando me lo tomé más en serio”.
Respecto a Iñaki Urdangarín, indica que como jugador de balonmano ha “aprendido mucho” de su padre, aunque recalca que no empezó a jugar por influencia paterna… “Sé que la gente va a compararme con lo bueno que era mi padre, pero yo prefiero pensar en lo mío, mejorar como jugador y ver hasta dónde puedo llegar. No me gusta que la gente me compare, pero entiendo que se haga”.
“Juego a baloncesto, a pádel, me gusta hacer planes con mi novia (Johanna Zott) y su familia... Tengo primos en Barcelona, hago cosas con ellos para sentirme más en familia”
Pablo no tiene recuerdos de su padre como jugador: “Él se retiró antes de que yo naciese; yo soy del 2000 y él se retiró en ese verano, cuando mi madre estaba embarazada de mí. No lo he visto jugar, pero lo que me dicen es que era muy bueno”. Le preguntan si le ha dado mucho “la matraca” con el balonmano y responde con un “sí, sí. Me enseñó partidos y yo por mi cuenta también los he ido buscando, se me hace un poco raro verlo jugar, pero me encanta”.
Pablo Urdangarín explica que le ha enseñado mucho como jugador y a hacerse a la idea “de querer ser el mejor, de seguir trabajando cada día o, por ejemplo, de cómo gestionar el volver a jugar después de una lesión, que es algo muy difícil”.
Pablo estudia Sport Management, algo así como la administración de empresas, “pero relacionado con el deporte”, y su objetivo es acabar la carrera universitaria y después seguir disfrutando del balonmano hasta que pueda. “No tengo mucho plan aún”, reconoce.
Pero cuando se le pregunta si volver al Barça podría ser parte de ese plan, se le iluminan los ojos y admite que se trata “del mejor club del mundo” y que, al final, “cualquier jugador quiere volver al Barça o jugar en el Barça en cualquier momento de su carrera”.
No tiene recuerdos de su padre como jugador: “Soy del 2000 y él se retiró en ese verano, cuando mi madre estaba embarazada de mí, pero lo que me dicen es que era muy bueno”
Su idea es jugar, ahora que es joven, y “mejorar todo lo que pueda”. Cree que en Granollers le va a ir “muy bien” y alaba la figura de su nuevo entrenador, Antonio Rama, al que califica como “un técnico increíble” y que ha firmado con el conjunto catalán “un año brutal”. Hablando de entrenadores, Pablo no olvida a Iker Romero, exjugador del Barça que le dirigió en la cantera del Hannover en 2018: “Me ayudó mucho a mejorar como jugador y como persona”.
“Rápido y grande”
Como jugador se define como “rápido y grande” (mide 1,94) y dice que es “un finalizador bueno”, pero insiste en que le quedan “muchas cosas por afinar”, sobre todo, en defensa y en los pequeños detalles.
Pablo asegura que en el Barça ha crecido mucho como persona: “Aquí he conocido a mucha gente que me ha ayudado con lo mío, por lo que estoy muy agradecido y los voy a tener cerca toda mi vida. En La Masía te enseñan muchos valores, no solo del club, sino de la vida en general; creo que los he podido aprovechar bastante y me han ayudado mucho a ser quien soy hoy día”, insistió.
Fuera de las canchas, Pablo Urdangarín admite que no es muy activo en las redes sociales: “Guardo mi privacidad, dentro de lo que cabe; prefiero guardar mi vida privada para mí mismo. Sigo a la gente que me interesa, a mis amigos, a mi familia, pero no soy de los que muestran su vida privada”, comentó.
Además de sus estudios, fuera de las canchas de balonmano, a Pablo Urdagarín le gusta practicar otros deportes con sus amigos: “Juego a baloncesto, a pádel, me gusta hacer planes con mi novia (Johanna Zott) y su familia, un poco de todo... Tengo primos en Barcelona, hago cosas con ellos, para sentirme más en familia”.
Y confiesa que es “más de ver pelis y de series” que de leer. “Vi hace poco una serie en Netflix, Night Agent, y pelis veo bastante, soy un aficionado”.