Los momentos que protagonizó Carmen Sevilla en televisión fueron tiernos, simpáticos y espontáneos. Son muchos los que permanecen en la memoria colectiva y sin duda uno de los más divertidos se produjo el día de Fin de Año de 1993. Entonces la artista era la encargada de dar las campanadas en Telecinco junto a otro rostro veterano de la pequeña pantalla, José María Íñigo, que fue igualmente partícipe de esta anécdota. Sonaban los cuartos, luego las campanadas y Carmen fue expresando un deseo con cada uno de los “gongs” para dar la bienvenida a 1994. “Una; dos: dadme suerte; 3: felicidad España; 4: que Dios os bendiga; 5: para todos los enfermos; 6: para todos que tengáis trabajo; 7: para que todo el mundo encuentre la paz; 8: para España, que se ponga graciosa; 9: para todos; 10: ¡para lo que queráis!; 11: para todos nosotros y todo el equipo de telecinco; 12: feliz 1964”.
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Cuando José María Íñigo se confundió de año, Carmen le siguió, repitiendo varias veces 1964 sin darse cuenta de que en realidad el que comenzaba era el año 1994. “¡Feliz 1964! ¡Feliz 1964!” repetía con júbilo. En la pantalla se veían impresos los números 1994 correspondientes al año que en realidad estaba comenzando. Lejos de tomarse este fallo como algo negativo, la audiencia aplaudió de nuevo la espontaneidad de Carmen Sevilla, que fue corregida entre risas por su compañero, que se dio cuenta de que ambos se habían confundido. En 2003 Carmen volvió a ser el rostro elegido para despedir el año en TVE junto a Ramón García.
Fueron muchas las ocasiones en las que la querida intérprete arrancó una sonrisa a los espectadores, sobre todo después de regresar a la televisión en los años noventa en el Telecupón. Abandonó la presentadora su retiro en el campo junto a su segundo marido Vicente Patuel para ponerse frente a los focos, que fueron testigos de sus tiernos comentarios sobre sus ovejitas y de su aparición en zapatillas, tras haber olvidado calzarse antes de salir del camerino. El buen humor de la andaluza se ganó el afecto de millones de espectadores que hoy lloran su muerte.
Carmen Sevilla murió el 27 de junio a los 92 años en Madrid. Padecía alzhéimer desde hace una década y vivió en una residencia los últimos siete años de su vida. La artista, que estuvo casada con Augusto Algueró y Vicente Patuel, tenía un hijo Augusto, fruto de su primer matrimonio y que no se separó de su madre en ningún momento. En los últimos años mantuvo la discreción con respecto a su estado de salud, aunque explicó el pasado año el duro avance de la enfermedad que había provocado que ya no le reconociera. Los cientos de amigos que la quisieron y los miles de fans que la admiraron dicen hoy adiós a una de las artistas más queridas del panorama.