El pasado viernes 16 de junio, Isabel Castelo D’Ortega hizo su última aparición pública, rodeada de personalidades del mundo empresarial y miembros de la realeza, en un día inolvidable, la boda de su nieto Ángel Colón de Mandaluniz, duque de la Vega, con María Ybarra O’Neill. Su nombre no es muy conocido para el gran público, puesto que siempre ha apostado por la discreción Sin embargo, ella es una de las grandes empresarias de nuestro país y figura entre las mujeres más ricas de España.
Nacida en La Coruña en 1929, a sus 94 años es la dueña y presidenta de Seguros Ocaso, compañía que fundó en Vigo su abuelo, Ramón D’Ortega, en la que luego continuó su padre y más tarde pasó a sus manos. Siguiendo la tradición, Isabel ha dirigido el timón de la empresa en familia y a día de hoy, su hija, Isabel Elena de Mandaluniz, es la vicepresidenta. Además, tiene el título nobiliario de marquesa de Taurisano.
Ella es la segunda gallera más rica de España, por detrás de Sandra Ortega, hija de Amancio Ortega, fundador de Inditex, con una fortuna familiar estimada en 400 millones de euros. Reside en Madrid, en un palacete del barrio de Chamberí, en la calle Modesto Lafuente, y vive entre la capital y su Galicia natal.
A pesar de haber dedicado su vida al mundo de la empresa y dirigir su aseguradora, en la que trabajan más de 2.000 empleados, su gran pasión eran la ópera y la zarzuela, y comenzó una carrera como intérprete, que pronto terminó, ya que, como apuntan, su difunto marido, el marqués de Taurisano, prefería que abandonara ese mundo, que ella terminó dejando por amor.
Uno de los golpes más difíciles que atravesaron en su familia fue el terrible asesinato, en 1986, de su consuegro, el vicealmirante Cristóbal Colón de Carvajal y Maroto, quien fue víctima de un atentado de ETA en el barrio de El Viso. Su hija, está casada con Cristóbal Colón de Carvajal y Gorosabel, quien heredó los títulos nobiliarios de su padre, como el de duque de Veragua.
Ahora, lleva una vida tranquila, sigue siendo presidenta de la aseguradora, aunque ya no está en el día a día de la empresa como antes. Sus apariciones en eventos son contadas, como la boda de su nieto, que no quiso perderse y disfrutó rodeada de su familia y amigos.