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“Nadie dice la verdad, ni siquiera yo”, le confesaba Mila Ximénez a Jesús Quintero en su programa de radio Ratones coloraos. La mezcla irrepetible de dulzura, humor y sonrisa permanente nos dejaba en la noche más mágica del año, el 23 de junio de 2021. Este viernes, se cumplen dos años de su muerte; un adiós que coincide con el fin de Sálvame, el programa que la hizo resurgir como el ave fénix.
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Ahora, recordamos su trayectoria personal y profesional, cómo dejó de ser una persona anónima a convertirse en la reina de la jet set de Marbella, o cómo se ha convertido en una de las colaboradoras más queridas por la audiencia, a quien le regaló momentos que quedarán guardados en la hemeroteca del mundo del corazón.
“No creo en la felicidad entre dos personas. Me han amado mucho y he amado mucho. Pero, el final del camino nunca lo han recorrido conmigo”
De Nervión a Madrid
Su primera relación fue con 18 años, con un médico mucho más mayor que ella. La calificó de ‘tormentosa’ y marcó su personalidad. “No creo en la felicidad entre dos personas. Me han amado mucho y he amado mucho. Pero, el final del camino nunca lo han recorrido conmigo”. Este idilio con Roberto Pastrana duró más de diez años, hasta que puso punto y final, pues la presión social y las críticas que recibió por parte de la sociedad sevillana en aquella época, le sobrepasaron. “Yo tenía 18 años y él más de 30, estaba casado y tenía familia. Vivimos la presión social desde el comienzo de nuestra relación“, confesó Mila en el programa Tu dirás en 2001.
En la primavera de 1979 conoció a Manolo Santana. Ella confesó que durante un partido de tenis al que asistió con una amiga, se apresuró y le dijo: “Manolo será mi futuro marido. Y yo seré portada en las revistas”. Y así fue, porque su noviazgo con el campeón de tenis le abrió las puertas a un mundo lleno de glamour, las fiestas más exclusivas celebradas en Madrid y Marbella, fama y coincidió con muchos rostros conocidos.
“Manolo y yo somos distintos en casi todo. Por eso nos compenetramos. Él es tranquilo; yo, un puro nervio”
Su boda con Manolo Santana
Sin duda, la relación sentimental más mediática de Manolo Santana fue la que mantuvo con la colaboradora durante la década de los ochenta. “Mejor es pelear de novios que de casados. En realidad, nosotros lo que hicimos durante nuestro noviazgo fue dejarlo… para ver si nos necesitábamos. Y, al hacerlo, fue cuando nos dimos cuenta de que estábamos mejor juntos que separados. Por eso nos casamos”, contó la periodista en ¡HOLA!
El 9 de febrero de 1983, la pareja contrajo matrimonio civil y el 15 de abril de 1984, Mila dio a luz a su única hija, Alba Santana. A finales de 1986, en medio de los preparativos de su boda religiosa, y con planes de tener otro hijo, ambos iniciaron los trámites para poner punto y final a su matrimonio; una separación que sorprendió a todo el mundo.
“Por las mañanas me iba al club de tenis, por la tarde al Marbella Club y muchas noches salía a cenar con Lola Flores, Carmen Ordóñez o coincidía con la duquesa de Alba, Sean Connery o Alfonso de Hohenlohe”
“Cuando me casé con Manolo, idealizaba el matrimonio. Creía que todos los días de casados serían de la misma intensidad. Pensaba que la atracción, la dedicación y las ilusiones permanecerían inalterables. Me he dado cuenta de que no es así”, contó en las páginas de ¡HOLA!
La reina de Marbella
Durante sus años de matrimonio con Santana, la palabra ‘problema’ no entraba en su vocabulario. “Por las mañanas me iba al club de tenis, por la tarde al Marbella Club” y muchas noches salía a cenar con Lola Flores, Lolita, Carmen Ordóñez, Charo Vega o coincidía con la duquesa de Alba, Sean Connery o Alfonso de Hohenlohe. Era la Marbella de los años ochenta, repleta de rostros conocidos y grandes fiestas, que se convirtió en la cuna de la jet set. Y ahí estaba ella. Durante estos años conoció a Antonio Arribas, con quien tuvo un romance.
En el terreno profesional Mila Ximénez era cronista de esa época a través de sus colaboraciones radiofónicas con Encarna Sánchez y tuvo una sección de entrevistas, Café con Mila, en ABC, donde realizó entrevistas a personalidades nacionales e internacionales, como Chico Ibáñez Serrador, Miguel Bosé o José María García.
Sin embargo, el fin de su relación profesional con la locutora de la Cadena Cope provocó un punto de inflexión en la carrera personal de la colaboradora: siempre le atribuyó represalias y vetos contra ella. Posteriormente da comienzo su decadencia profesional y personal: el divorcio de Santana, la renuncia por la custodia de su hija Alba, sin trabajo, y amistades cuestionadas, como la de Rodríguez Menéndez. La propia periodista reconoció que durante estos años tuvo que vender pieles y joyas para sobrevivir, incluso dormía en su propio coche.
“No conozco el sentimiento de estar enamorada, pero todo lo cerca que he podido estar, creo que lo he estado”
Los hombres de su vida
“No conozco el sentimiento de estar enamorada, pero todo lo cerca que he podido estar, creo que lo he estado”, comentó en varias ocasiones. Ella incidía en que no se implicaba en las relaciones sentimentales, que era poco generosa con los hombres, pero había amado mucho, y la habían amado sin límites.
Desde Manolo Santana, el actor José Sacristán con quien mantuvo una relación en la década de los 80, Pepe Sancho o Rafael Aguilera, un millonario marroquí con el que estuvo a finales de 1997. El romance se mantuvo durante muchos años, aunque vivían separados. Mila Ximénez pensó, incluso, en boda, pues reconoció que había sido el amor de su vida. “Somos de distintos continentes y tenemos distintos contenidos. Él tiene una forma de vida distinta a la mía. Él vive en Marruecos y yo en España”.
El salto a la televisión
En el año 2004, dio el salto a la televisión gracias a su participación en Crónicas Marcianas. Del programa presentado por Javier Sardà, se convirtió en un rostro asiduo en las tertulias de Telecinco. A tu lado, TNT, La Noria, Sálvame Deluxe, Supervivientes, Gran Hermano... Todos los programas querían contar con Mila Ximénez como colaboradora; su personalidad guerrera, divertida y sin filtros, se convirtieron en su sello de identidad.
El resurgir
Sálvame fue su programa. Desde 2009 se dedicó en cuerpo y alma a traspasar la pantalla cada tarde. Los espectadores llegaron a conocerla, pues Mila Ximénez mostró todas sus caras: su lado más divertido, el más sensible e incluso el más polémico. “Ni Mila, ni Milo ni Milu”, repetía cuando se enfadaba. Regaló grandes momentos al programa y en general, al mundo de la televisión, la cual no se entiende sin ella. Desde su marcha, el programa presentado por Jorge Javier Vázquez no ha conseguido recuperarse. Y es que Mila era mucha Mila. Nadie es insustituible, pero sí que hay gente que costará más de sustituir.
Ella ha dejado una huella que contribuirá sin duda a hacer un eterno Sálvame, que se despide, por el momento, de sus espectadores; como ellos mismos anunciaron: no es un adiós, es un hasta pronto.