Es una de las actrices más deseadas de Hollywood. A sus 32 años, Jennifer Lawrence se ha labrado una carrera llena de éxitos, premios y momentos estelares. Y es que la protagonista de Los juegos del hambre arrasa por donde pisa, no importa si lo hace en tacones o con chanclas, como ocurrió en la última edición del Festival de Cannes. Tras convertirse en la actriz más joven en ser tres veces nominada a los Oscar, y llevarse la estatuilla por El lado bueno de las cosas, Jennifer se retiró del cine en 2019, cuando se casó con Cooke Maroney, y, tres años más tarde, dieron la bienvenida a su primer hijo, Cy.
Ahora, ha regresado a la gran pantalla con el estreno de su nueva película, Sin malos rollos , y lo hace conquistando el género de la comedia, del que se ha declarado fiel seguidora. “Ha sido muy divertido crear una película junto a un reparto tan brillante y gracioso”, confesó Jennifer. La actriz aterrizó en Madrid junto a su compañero de rodaje Andrew Barth Feldman para promocionar la película y ¡HOLA! tuvo ocasión de hablar con ellos.
—¿Cómo ha sido trabajar juntos? ¿Tuvisteis algún reto inesperado durante el rodaje?
—J: El único reto era no reírse (risas). No, enseguida nos hicimos amigos y él continúa siendo uno de mis mejores amigos a día de hoy.
—A: Sí, fue como un sueño hecho realidad trabajar con alguien con quien conectas tanto y que te termina importando tanto.
—Jennifer, ¿qué significó para ti ganar el Oscar?
—Es algo que todavía no me termino de creer o procesar. Cuando me preguntan: “¿Ya te lo has creído?”, pues no, aún no.
—¿Cómo te sientes ahora mismo respecto a tu carrera y en tu vida personal?
—Me siento muy bien, estoy muy emocionada por estrenar esta película y volver a casa y no hacer nada con mi familia.
— Andrew, ¿cómo fue el momento cuando te enteraste que ibas a hacer una película con Jennifer Lawrence?
—A: (risas) bueno Jennifer Lawrence me llamó para decirme que yo iba a hacer una película con ella. Recibí una llamada de nuestro director y me dijo que iba a estar Jennifer. Yo estaba en un tren a Long Island, en Nueva York. Fue como una sensación de estar flotando y no creo que me haya bajado. Ha sido increíble.
—¿Hay algún rasgo de tu personaje con el que más os identifiquéis?
—J: Me identifico mucho con la determinación de Maddie, porque cuando yo me empeño en algo, lo consigo.
—A: Sí, yo creo que todo el mundo en mi generación, y yo incluido, puede relacionarse con esa búsqueda de Percy de conexión con alguien. Que es lo que hacemos todos cuando estamos en las redes sociales, todos estamos intentando establecer una conexión, pero lo hacemos de una forma incorrecta, y eso es lo que Percy descubre. Definitivamente puedo relacionarme con eso.
—Esta película es una comedia pero también habla de temas profundos como pueden ser el abandono de los padres, el bullying escolar o el impacto de las redes sociales, ¿hay algún mensaje o reivindicación que queráis destacar de esta historia en particular?
—A: Creo que no es tanto un mensaje o algo que estemos intentando decir, sino más bien el “mira a estas personas reales con problemas reales” de una forma muy muy divertida y que podamos reírnos por ello, pero con la esperanza de que sí que nos haga pensar acerca de cómo tratamos a los demás, cómo nos tratamos a nosotros mismos y cómo nosotros podemos hacer nuestras propias decisiones.
—J: Creo que el mensaje principal que a que se hiciera esta película fue mostrar el daño que pueden hacer unos padres sobreprotectores. Esa fue la idea original y después fue evolucionando cuando se juntaron Gene Stupnisky y John Phillips.