James Cameron, director de la oscarizada Titanic, ha señalado que se imaginaba el triste final del submarino Titan mucho antes de que un barco canadiense encontrara los restos del sumergible en el fondo del océano y se diera por muertos a sus cinco pasajeros. "Cuando supe que el submarino había perdido tanto la navegación como la comunicación al mismo tiempo, inmediatamente sospeché que se trataba de un desastre" ha señalado el cineasta.
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- ¿Se podrán recuperar los restos de los pasajeros del submarino del Titanic?
Cameron, quien llegó a realizar hasta 33 inmersiones a los restos del naufragio, el mismo lugar al que se dirigía el malogrado sumergible, ha señalado que esta tragedia tiene paradójicamente muchas similitudes con el desastre de 1912, donde el capitán ignoró repetidamente las advertencias sobre la llegada de un iceberg, y lejos de cambiar su trayectoria, aceleró la marcha.
"Me sorprende la similitud con el desastre del Titanic, en el que el capitán recibió en repetidas advertencias sobre la presencia de hielo en el trayecto de su barco y aun así navegó a toda velocidad hacia un campo de hielo en una noche sin luna, lo que provocó la muerte de muchas personas", dijo Cameron a ABC News, haciendo referencia así a la falta de certificación y homologación del sumergible, propiedad de la empresa Oceangate.
"Ahora tenemos otro accidente que, lamentablemente, se basa en los mismos principios de no prestar atención a las advertencias", dijo Cameron. "Oceangate fue advertido" añadía el director. Y es que según ha dado a conocer públicamente algunos de sus colegas expertos en el mundo de las inmersiones habían escrito una carta a Oceangate en el que advertían a la compañía de una posible "catástrofe" diciendo "que lo que estaban haciendo era demasiado experimental para transportar pasajeros y que necesitaban ser certificados".
"Yo, personalmente, sospechaba mucho de la tecnología que estaban usando. No me habría metido en ese submarino", ha firmado James Cameron, quien en 2012 se sumergió en la Fosa de las Marianas, uno de los puntos más profundos de los océanos de la Tierra a casi 11 kilómetros de profundidad, en un vehículo sumergible de siete metros diseñado por el mismo y bautizado con el nombre de Deepsea Challenger.
Además de esto, James Cameron se ha mostrado algo crítico con los equipos de rescate y concretamente con la Marina de los EE. UU. cuyo sonar ultrasecreto detectó la implosión del submarino justo después de que perdiera el contacto de la nave. "La búsqueda se sintió como una farsa prolongada y como una pesadilla de gente corriendo de un lado para otro y hablando de que se les agotaba el oxígeno cuando había claras señales de la catástrofe" ha señalado el artífice de Avatar.