Gafas oscuras, traje beis, camiseta negra, deportivas… El reloj marcaba poco más de las diez de la noche y el público de Barcelona se entregaba por completo con las primera notas de No es lo mismo. Pese a algún problemilla con el sonido, Alejandro Sanz triunfaba. Y utilizaba el cariño sin condiciones de la Ciudad Condal, donde había logrado el sold out desde hacía ya unos cuantos meses, para lamerse las heridas y recoserse su corazón, ese que, cada día que pasa, parece que recibe un envite más —y más duro— que lo conduce a romperse.
El cantante, que acaba de cambiar de compañía discográfica, tendrá que hacer frente a una condena de tres millones de euros y ha puesto a la venta su finca en Extremadura
Porque la misma tarde que volvía a colmar de música el Sant Jordi, cuando ya parecía que volvía a ver ‘el sol’, después del ‘brote’ con el que conmocionaba a sus seguidores a finales del mes pasado, y dos semanas también después de que se hiciera pública su ruptura sentimental con la mujer con la que había estado unido los tres últimos años —la escultora Rachel Valdés—, nuevas informaciones de ultimísima hora volvían a ponerlo en el punto de mira. Por un lado, un gran varapalo económico tras una condena en los tribunales que pondría en peligro sus propiedades. Por otro, un intento (¿fallido?) de acercamiento a su ex cuando esta querría poner punto final a España y comenzar una nueva vida en Estados Unidos.
Las últimas semanas están siendo muy complicadas para el artista. Y convulsas. En lo emocional, en lo profesional... También en lo relativo a su salud mental… Y sin tirar jamás la toalla. Tanto es así que resulta casi imposible llevar un timing pormenorizado de todo por lo que está pasando el artista de ¿Y si fuera ella? Como recordarán, en plena gira por nuestro país con el espectáculo En vivo 2023, el artista conmocionaba a las redes con una alarmante publicación en donde admitía que, pese al calor de los focos y el ambicioso tour en el que está inmerso, transitaba por un mal momento anímico: “No estoy bien. Trabajo para que se me pase, pero a veces no quiero ni estar. Literalmente”, rezaba su texto para, posteriormente, tranquilizar a sus fans, que se habían volcado con él en apoyo y cariño, diciéndoles que, aunque la luz parecía no llegar nunca, “el sol estaba de camino”.
La defensa a Rachel
Muy poco tiempo después, tal y como pudo saber ¡HOLA!, su relación con la escultora Rachel Valdés se rompía definitivamente y Alejandro, quien ya había sufrido anteriormente otras crisis de ansiedad que le habían llevado a apartarse de la música, como relataba en 2007, salió en defensa de la cubana: “Estoy escuchando y leyendo muchas cosas que no me gustan. Quiero dejar claro que Rachel es una mujer increíble a la que quiero, admiro y de la que solo puedo decir cosas buenas. Mi estado de ánimo nada tiene que ver con ella. Pido respeto para ella y su trabajo”, para luego dirigirse directamente a ella e indicarle tajantemente: “Cariño, tú enfócate en tu obra y sube el volumen de tu arte”.
Pasado este episodio sentimental, con la recientísima salida de Rachel y su hijo, Max, de la casa que compartían ambos en Somosaguas para instalarse en Barcelona, los conciertos del madrileño se iban sucediendo por la geografía española y él iba pasando todas y cada una de esas “pruebas de fuego” ovacionado por el público. Emocionado unas veces, fortalecido otras, Alejandro volvía a ser noticia por su música. Incluso, transcendiéndola. Esta semana pasada, el cantante anunciaba su fichaje por la discográfica Sony, abandonando así Universal Music, su sello desde 2012, en lo que se aventuraba una operación de proporciones millonaria: “Estoy feliz de unirme a esta familia. Estoy seguro de que juntos nos vamos a divertir haciendo lo que más nos gusta: música”, afirmaba el artista desde la sede madrileña de la multinacional.
Luego, pondría rumbo a Barcelona, donde, como contábamos al principio de esta crónica, el sábado habría celebrado su multitudinario concierto y desde donde también publicaría algunas fotos del mar Mediterráneo sacadas desde las ventanas de su hotel. Nada extraño de no ser porque las mismas redes delatarían sus movimientos observando importantísimas similitudes entre sus instantáneas y las que, casi al mismo tiempo, habría captado y posteado su ex, Rachel, con quien, dijo en su momento, habría puesto fin a su historia de amor “por el desgaste de la convivencia”: mismos pasillos, mismas vistas... Tras darse cuenta, ambos borrarían ipso falto sus reels respectivos.
La condena millonaria
Rachel volvería a acceder a las redes. Lo haría desde una ubicación muy distinta: La Habana. Con un melancólico primer plano, apoyada en la barandilla del Centro Gallego cubano, con vistas al Capitolio y una estrofa de la canción Habáname, de su compatriota Carlos Varela: “Habana, Habana. Si bastara una canción para devolverte todo lo que el tiempo te quitó. Habana, mi Habana, si supieras el dolor que siento cuando te canto y no entiendes que es amor”, escribía. Una balada que ha avivado los rumores de una posible reconciliación de la pareja porque la canción prosigue diciendo: “Cuando te fuiste lloré, lloré, llore, cuando volviste sonreí, sonreí, sonreí”. Sin embargo, la imagen, ubicada en la isla caribeña, se habría colgado pocas horas después de las anteriores, con lo que la escultora o es la nueva protagonista del filme Todo a la vez en todas partes o estaría jugando al despiste. Especialmente, cuando sus planes, tal y como hemos podido saber, serían instalarse en Estados Unidos, aunque su hijo esté matriculado en un colegio barcelonés.
La expareja habría sido vista el fin de semana en Barcelona, donde se ha instalado Rachel, aunque planea dejar España por Estados Unidos
Alejandro Sanz también volvería a aparecer, sí, pero en la prensa nacional. El juzgado de primera instancia número 47 de Madrid, decretaba, con el visto bueno de la Fiscalía, la ejecución de una sentencia dictada contra el artista por la Corte de Miami hace dos años, por la cual se le condenaba al pago de tres millones de euros, según informaba el diario El Mundo. El cantante de Viviendo deprisa tendría que hacer frente a este pago con su patrimonio personal debido a un proceso por impago de dos lujosos inmuebles que compró a través de sendos préstamos. Alejandro habría puesto a la venta su finca en Jarandilla de la Vera para hacer frente a la condena.