La ventrílocua María del Carmen Martínez-Villaseñor Barrasa, conocida como 'Mari Carmen y sus muñecos', fallecía el pasado 15 de junio a los 80 años a causa de infarto que le provocó una caída a las puertas de su casa en Tenerife. Hoy, la creadora de los inolvidables muñecos Doña Rogelia, Nicol, Rodolfo y Daisy ha sido enterrada en su Cuenca natal.
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Su único hijo, Miguel Almazor (42 años), es fruto de su matrimonio con el abogado Manuel Almanzor, con el que la artista se casó en 1980 y se divorció años después. El empresario, al que se le ha podido ver visiblemente emocionado en el último adiós a su madre, ha confesado que su progenitora le donó todo en vida y ha explicado que la ventrílocua dejó preparado todo lo que se refería a su despedida, hasta el punto que él solo ha tenido que elegir tanatorio y dar su DNI y el de su madre.
Dejó escrito el epitafio de su propia tumba
Mari Carmen dejó preparadas antes de morir cuatro lápidas en el cementerio municipal de su tierra natal, Cuenca, donde ha sido enterrada hoy jueves. Una para ella, otra para su hijo, la pareja de éste y su nieta. Incluso dejó grabado su epitafio, que reza “Mari Carmen y vuestros muñecos reiremos juntos desde el cielo”. “Hay que tener mucho valor para hacer eso en vida. Tenía pagado el transporte y hasta el catering. Hasta ese punto era organizada y trabajadora mi madre”, ha dicho su orgulloso y apenado hijo.
Las condolencias de los reyes Felipe y Letizia
Miguel ha recibido las condolencias de los reyes Felipe y Letizia, lo que para él ha sido un “regalazo”: "Ha sido impagable, el mayor reconocimiento a su carrera, cuando me llegó dije ‘¡voy a llamar a mi madre!’ Y luego dije ‘ay, no se lo puedo decir, pero cuánto le habría gustado”. También ha compartido cómo sigue sintiendo la presencia de su madre. “Ella siempre me decía que cuando se marchase estuviera muy pendiente de las señales y os puedo asegurar que me han llegado señales por todos lados”, añadió.
Muy agradecido a todas las personas que han querido acercarse hasta el cementerio de Cuenca, donde se ha dado sepultuta a la artista, que está situado en la Plaza del Trabuco, “mi madre gastando bromas hasta el final…” y añadió que "a ella le habría gustado que fueran muchas personas de su amada Cuenca a despedirla, se lo merece”. Como así ha sido. Descanse en paz.