Alba Silva, la esposa del futbolista Sergio Rico, respira aliviada. Su marido, el portero del Paris Saint-Germain, ha salido del coma inducido y se recupera de las graves lesiones que le produjo un caballo durante la romería de El Rocío (Huelva). La periodista no ha dejado de recibir cariño y buenas vibraciones desde que el guardameta sufriera el terible accidente el pasado 28 de mayo y siente que todo su amor y los ánimos que le ha mandado día y noche a su pareja han surtido su efecto. "Tú y yo, juntos, invencibles", dice Alba junto a unas preciosas y románticas fotografías con su chico de su último viaje a París, la ciudad del amor.
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Sus seguidores no dejan de enviarle ánimos ante esta difícil etapa que les ha tocado vivir. "Ya queda menos", "pronto todo quedará en el olvido". "dentro de unos años esto será sólo el recuerdo de una pesadilla" son algunos mensajes de cariño de sus amigos y seres queridos, entre ellos el de su hermana, Macarena Silva, que solo desea verlos de nuevo felices: "Cuantas ganas de veros reír juntos de nuevo. Os quiero tanto".
Estas imágenes demuestran cómo la sonrisa ha vuelto a su rostro. Alba no puede ocultar su alegría cuando le preguntan por el último parte médico de su marido. Casi un mes después del terrible suceso, su agradecimiento sigue siendo infinito. "Vuestras palabras me llega al alma y me llenan de buena energía. Desde aquí os doy las gracias de corazón por tanto amor a todos los que pedís por él. y os alegráis con cada pasito adelante". Si de algo no tiene duda es que "el amor es la mejor medicina".
A Sergio le dedicó una conmovedora carta de amor con motivo de su primer aniversario de boda el pasado 11 de junio. "Hace justo un año estaba siendo el día más feliz de mi vida, me esperabas con los ojos empañados mientras me veías llegar junto a toda la gente que queremos”, comenzaba recordando el día de su boda en la Iglesia de Santa Ana en Triana (Sevilla). "Nuestro día fue tan mágico como siempre ha sido lo nuestro, y no, no somos la pareja perfecta también hay días grises", contaba. Por eso, formulaba un único deseo sabiendo lo luchador que es su marido. "Tú nunca me fallas, tú eres la persona más valiente y más fuerte que conozco, por eso sé que no te vas a rendir, por nuestra familia que aún tenemos que agrandar, por todos los momentos felices que me debes, por toda la gente que te ama", le decía. "Prometo que cuando despiertes vamos a celebrar cada uno de los días que pasemos juntos. Me haces mucha falta", eran sus conmovedoras palabras.
Solo unos días después se obraba el milagro, Sergio Rico se despertaba del coma inducido, abría los ojos y reconocía a sus familiares tras veintidós días ingresado en la UCI del hospital Virgen del Rocío de Sevilla. A pesar de que entonces no podía hablar por los muchos días que había estado entubado, el deportista andaluz se comunicaba por gestos con sus seres queridos. Por fin llegó la noticia que más ansiaban sus familiares, la recuperación se prevé lenta, pero como dice su esposa. "Seguimos en la lucha. Un día más es un día menos".