El tiempo se agota y el oxígeno, también, aunque la esperanza aún se mantiene a flote para intentar encontrar al submarino al que el pasado domingo se le perdió la pista en medio de una expedición en la que cinco personas se disponían a observar los restos hundidos del Titanic. Tan solo una hora y 45 minutos después de iniciar su inmersión el 'ping' de su dispositivo dejó de oírse activándose así un dispositivo de búsqueda sin precedentes.
- Así es el submarino que ha desaparecido cuando trataba de visitar los restos del Titanic
De día y de noche, por mar y aire. La Guardia Costera de Estados Unidos y Canadá, así como operadores de embarcaciones privadas y expertos en las profundidades marinas equipados con tecnología de última generación buscan frenéticamente alguna señal del sumergible en cuyo interior viajan el multimillonario y explorador británico Hamish Harding, de 58 años, quien ha estado en el espacio, ha visitado ambos polos, dio la vuelta al mundo y posee tres récords mundiales Guinness, el experimentado explorador francés Paul Henry Nargeolet, de 73 años, quien ha dirigido media docena de expediciones al Titanic; el paquistaní Shazada Dawood, miembro de la junta directiva de la organización benéfica Prince's Trust con sede en el Reino Unido, y su hijo Suleman, de 19 años, y Stockton Rush, el responsable de OceanGate y propietario del sumergible.
El submarino, no apto para claustrofóbicos y con unas medidas de 7,5 m2 -3 m de largo por 2,5 m de ancho, disponía de aire respirable para 96 horas, por lo que teóricamente el oxígeno se acabaría a las 6 de la mañana hora local (mediodía en España). Sin embargo, son muchos los expertos que señalan que el CEO de la compañía con suficiente experiencia en supervivencia estaría intentando minimizar la respiración de los pasajeros para preservar los suministros restantes.
Unos sonidos submarinos detectados durante la jornada del martes y el miércoles han alimentado la esperanza de encontrar con vida a las cinco personas que van a bordo de la nave, ya que los equipos de rescate piensan que estos "ruidos" podrían ser los propios pasajeros del sumergible golpeando el costado del submarino, aunque también podrían ser los propios sonidos del mar, incluidos quizás los escombros que caen del Titanic.
La gran esperanza está puesta ahora en el buque de investigación francés L'Atalante, que llegó a la zona de búsqueda esta madrugada. Lleva a bordo el Victor 6000, un robot submarino que puede alcanzar profundidades de 6.000 metros. Tiene brazos que pueden cortar cables, o desalojar una embarcación atrapada o varada, y aunque no podría arrastras a Titán hasta la superficie por sí solo, podría ayudar a engancharlo a un barco.
También está previsto que llegue a la zona un robot submarino, el CURV21 de la Marina de los EE. UU. ya que podría rescatar a la tripulación del sumergible, si se los encuentra con vida. Puede rescatar restos y embarcaciones hasta 6.000 metros de profundidad, y el año pasado logró algo inverosímil, rescatar el helicóptero Seahawk a una profundidad de 5.000 metros frente a Japón. Los equipos de sonar esperan poder detectar el submarino en las profundidades heladas a tiempo para que el CURV21 logre su rescate.
A pesar de este sombrío escenario, los equipos de rescate aún esperan que el Titán esté intacto y que los hombres sigan con vida debido a los ruidos de golpes que se escuchan, una teoría alimentada por Oisin Fanning, quien ha viajado a bordo del submarino hasta en dos ocasiones. "No hay ruidos allí abajo. No hay ruidos en el Titanic, ni golpes, ni nada. Así que lo más probable es que alguien esté golpeando la pared del submarino cada 30 minutos para indicar dónde están" dijo a la BBC.