Los finalistas de MasterChef 11 tuvieron la oportunidad de cocinar en los fogones de uno de los mejores cocineros de España, Martín Berasategui. La prueba de exteriores se realizó en el restaurante con 3 Estrellas Michelín que el chef regenta desde hace 30 años en Lasarte-Oria, Guipúzcoa. Además de su talento, Berasategui ha llegado a lo más alto gracias a su filosofía de vida, la que siempre transmite a los concursantes con su grito de guerra favorito, "¡Garrote!". "Para mí es una palabra superpositiva, que nada tiene que ver con el 'garrote' mal entendido. Es lo que hay en este país, que es fuerza, coraje, ganas de superación, inconformismo. Somos un país que no tiene que tener miedo, ni pereza, ni vergüenza, y esto es 'garrote'", declaró en una entrevista concedida a El Diario Vasco. Hace un par de años se dijo que la RAE había añadido la acepción del cocinero al diccionario, pero nada más lejos de la realidad, según aclaró la Academia a través de sus redes sociales.
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Martín Berasategui nació hace 63 años en San Sebastián y su infancia está muy ligada a la familia de Iñaki Gabilondo porque su padre aprendió el oficio de carnicero de los padres del periodista radiofónico. "Mi difunto padre aprende el oficio con los padres de Iñaki, con José Ignacio y María Luisa, en el Mercado de La Bretxa, y toda la vida he oído a mi padre, a mi madre y a mi tía palabras de admiración fuera de lo normal hacia la familia Gabilondo", contó en laSexta.
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"Mi padre viene de chico a aprender carnicería con los padres de Iñaki y vive con ellos. Y cuando mis padres abren la carnicería los padres de Iñaki ayudan un montón a mis padres", añadió. A día de hoy, el cocinero mantiene una relación fraternal con el periodista radiofónico. "Iñaki para mí es mi hermano mayor, mi lección, me parece brutal tener la suerte de tener una familia al lado como la de ellos", concluyó emocionado.
Su formación como cocinero comenzó en el Bodegón Alejandro, popular casa de comidas regentada por sus padres, Martín y Gabriela, y su tía María, situada en la parte vieja de San Sebastián y donde obtuvo su primera Estrella Michelin. El chef lamenta que su padre no haya sido testigo de todo lo que ha conseguido, ya que fue atropellado cuando iba en moto y falleció diez años después, tras mucho sufrimiento para él y su familia. "Mi restaurante de Lasarte lleva la firma de mi padre porque es el único que no vio nada de lo que me ha pasado y en homenaje a él, todos los restaurantes que tengo por el mundo tienen todas o algunas letras de la firma de él", contó el cocinero.
Su madre y su tía, en cambio, sí pudieron compartir su éxito, ya que la madre de Berasategui falleció en 2021 con 91 años y su tía murió en 2019 con 90. El chef estaba muy unido a ellas y siempre que tiene oportunidad les rinde homenaje. "A la derecha, mi madre, a la izquierda, mi tía María (mi segunda madre). Ellas fueron las primeras en enseñarme a cocinar y sobre todo la universidad de la vida. ¡Por ellas!", publicó junto a esta foto.
El cocinero comparte su vida desde los 18 años con su mujer, Oneka Arregui, que trabaja como jefa de sala en el restaurante de Lasarte-Oria. El matrimonio tiene una hija, Ane, que ejerce como Resposable de Comunicación del negocio familiar. "Nada de lo que soy y de lo que he conseguido habría llegado sin ella. Tanto a mi mujer como mi hija Ane se lo debo todo: ellas me animan, me templan, me transmiten su luz. Son mi otra mitad", declaró Berasategui en La Vanguardia.
En este mismo medio Berasategui recordó con dolor el momento exacto en el que su hija estuvo a punto de morir. Tenía cinco años y estaba disfrutando del verano en Marbella con unos familiares. La niña se puso un flotador de adulto, se tiró a la piscina, se escurrió por él y se hundió. Afortunadamente, un bañista se dio cuenta y se lanzó al agua para salvarla. También echó la vista atrás para contar el accidente de tráfico que su mujer y él sufrieron cuando se dirigían de Lasarte a Cala Montjoi para cenar en El Bulli. El cocinero se quedó dormido al volante y el coche dio varias vueltas de campana. Salieron ilesos y decidieron celebrarlo en el restaurante de Ferran Adrià, al que llegaron gracias a la Guardia Civil.
Doce estrellas Michelin, cientos de premios y reconocimientos, varios libros... Berasategui dijo en ¡HOLA! que no sentía que hubiera tenido que renunciar a muchas cosas por llegar a lo más alto. "Al revés, siento que todos los días me toca la lotería y mi deseo es que siga siendo así y disfrutemos de buena salud para poder verlo", manifestó. El chef mantiene los pies en la tierra gracias a "ser donostiarra, amigo de mis amigos, hijo de Gabriela y Martín, haberme casado con Oneka, que es una mujer increíble, tener una hija y un yerno inmejorables y haber sido abuelo de Jara".