En medio de la tristeza que ha causado la muerte de Mari Carmen y sus muñecos en el mundo del espectáculo, se conocen nuevos detalles de la inesperada pérdida de la mujer que revolucionó la televisión en la década de los 90 junto a sus inseparables Rogelia, Daisy, Nicol y Rodolfo. Según ha indicado Lydia Lozano, Miguel Almazor, el único hijo de la popular ventrílocua, le ha explicado en una llamada en directo que el fallecimiento ha sido "rápido, dulce".
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La humorista, que desde joven tuvo claro que quería trabajar frente a las cámaras, estaba viviendo en Puerto de La Cruz (Tenerife) desde hacía un tiempo y falleció en la puerta de su domicilio, en la acera, a causa de un infarto fulminante. Su hijo, con el que tenía una excelente relación, ha explicado a la colaboradora de Sálvame que "en el fondo está contento de que haya sido así y no en el hospital" ya que no hubiera podido llegar a despedirse de ella al tener que coger un vuelo hasta Canarias.
También ha contado que no sabe por qué su madre salió de casa, ya que solo se había llevado las llaves, y que el jardinero de la vivienda, para el que solo tiene buenas palabras, le llamó para informarle de la caída. Cuando supo que estaban esperando no solo a la ambulancia sino también a la policía, se le vino "el mundo encima". Respecto a la salud de Mari Carmen, reconoce que "tenía las cositas de su edad", como azúcar, que fumaba y que le querían quitar unos catéteres de unas venas de las piernas.
Miguel, que prefiere seguir manteniéndose en un discreto segundo plano, ha recalcado lo previsora y autosuficiente que fue siempre su madre. "Es alucinante cómo lo tenía todo preparado para que no tuvieran que hacer nada", le ha dicho a la citada periodista. Una vez que los restos mortales de su madre lleguen a la península, la capilla ardiente se instalará en la localidad madrileña de Majadahonda. En la capital podrán despedirla muchos de los amigos que le dio su éxito televisivo, como José Manuel Parada, quien ha asegurado estar "triste por la muerte de una gran amiga y un mito de la España del espectáculo".
Maria del Carmen Martínez-Villaseñor Barrasa, como se llamaba en realidad, será enterrada en el cementerio de su Cuenca natal. Según El día digital, ya había dejado escrito su propio epitafio: "Siempre Mary Carmen y vuestros muñecos reiremos desde el cielo". Aunque tenía fijada su residencia en Canarias, se sentía muy orgullosa de la tierra que la vio nacer y que valoró su carrera con reconocimientos como nombrarla hija predilecta de Castilla-La Mancha en el año 2012. Hace solo un mes, pudo estar con muchos íntimos ya que celebró su 80 cumpleaños con una divertida fiesta.
Para la humorista, su hijo era su absoluta prioridad y Miguel incluso siguió sus pasos como ventrílocuo. Tuvo un mono con el que se lo pasaba muy bien, tal y como ha explicado en La Razón, aunque finalmente no encaminó su carrera hacia esta dirección sino que se decantó por el sector inmobiliario. Ahora tiene por delante la difícil tarea de recomponerse de la pérdida de la que era su pilar fundamental y a la que ya echa mucho de menos. "Me he quedado muy solo, no tengo tíos ni primos, mi madre era mi todo", ha explicado.