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portada© GTres

Las cinco veces que el rey Carlos III estuvo al borde de la muerte

Desde ser atropellado por un autobús a escapar de dos accidentes aéreos. Estos son los escenarios en los que el monarca de Inglaterra se ha salvado de perder la vida gracias a su ángel de la guarda


13 de junio de 2023 - 17:18 CEST

Parece tener siete vidas, y no estamos hablando de Choupette, el gato multimillonario del difunto diseñador de moda, Karl Lagerfeld. Nos referimos a Carlos III. Sí, el mismo rey de Inglaterra ha vivido, hasta sus 74 años, esquivando a la muerte. Aunque la gran mayoría no lo sabía, el monarca ha estado en peligro en numerosas ocasiones, pero gracias a su ángel de la guarda, al azar o la suerte, toda esta serie de catastróficas desdichas se han quedado en una anécdota más. Descubrimos las experiencias cercanas a la muerte en las que Carlos III podría haber abandonado el mundo terrenal y como su vida pendió cinco veces de un hilo ‘muy fino’.

“Fue como la vez que sobreviví de ser atropellado por un autobús mientras andaba en bicicleta justo en frente de la puerta (...) Fue una experiencia muy especial”
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La vida de Carlos III ha estado pendiendo de un hilo hasta en cinco ocasiones.

Atropellado por un autobús

Esta desconocida ‘anécdota’ es totalmente cierta. Se trata de la vez en la que fue arrollado cuando estudiaba en la Universidad de Cambridge.“Fue como la vez que sobreviví de ser atropellado por un autobús mientras andaba en bicicleta justo en frente de la puerta (...) Fue una experiencia muy especial”, contó el propio monarca en 2016, cuando visitó el Museo Fitzwilliam de Cambridge. Si ya crees que Carlos III parece tener un ángel guardián vigilante, sigue leyendo porque también se salvó de ser asesinado junto a Lady Di.

Intento de asesinato

Esta no iba a ser su última experiencia cercana a la muerte. En 1983, el actual rey de Inglaterra y la princesa Diana escaparon por muy poco de un intento de asesinato. Cuando el IRA escuchó que el entonces príncipe Carlos y su esposa asistían a un concierto del grupo Duran Duran , escondieron una bomba en la pared de un baño.

 Si hubiera detonado, la bomba habría destrozado a todos en un radio de 18 metros. Afortunadamente, este trágico acto pudo evitarse gracias a que un policía se había infiltrado en el IRA y descubrió, previamente, el ataque planeado. Este no es el único intento de asesinato, puesto que en 1994 durante una gira en Australia, el monarca estuvo a punto de ser asesinado por un hombre que se encontraba en el mismo recinto. El entonces príncipe no se dio cuenta en ningún momento, solo cuando el guardaspaldas lo empujó para apartarlo del peligro.

Diana de Gales y el príncipe Carlos© GettyImages
En esta imagen de archivo, Diana de Gales y el príncipe Carlos.

Dos accidentes aéreos

El 29 de junio de 1994 es una fecha que no olvidará la familia real británica; porque podría haber tenido un desenlace trágico. El royal intentó hacer aterrizar un avión, pero lamentablemente la maniobra no salió como estaba previsto. Al aterrizar, el Whisper Jet patinó fuera de la pista y golpeó el suelo, provocando que el avión sufriera graves daños. Pero Carlos III y los once pasajeros que viajaban con él, sobrevivieron. “Fue un incidente muy desafortunado. Los daños a la propiedad fueron más de un millón de libras. Pero para ser justos, cualquier accidente de avión siempre es caro”, dijo Keith Wilson, experto en aviones, en un documental. A partir de este incidente, el monarca dejó de volar.

En marzo de 2004, el desastre estuvo a punto de volver a ocurrir: Carlos III viajaba, tranquilamente, en un avión de pasajeros, hasta que un avión militar se cruzó en el cielo y casi chocó con el otro avión. Nuevamente, el monarca fue protegido por su ángel de la guarda, tuvo suerte y salió ileso de este incidente.

La avalancha de nieve

En 1988, la familia realeza estaba esquiando con amigos en Klosters. De repente, el grupo fue golpeado por una avalancha. “Fue como si la montaña explotara. Nunca olvidaré el sonido de la avalancha”, explicó más tarde el royal. Sin embargo, su amigo el mayor Hugh Lindsay, no tuvo tanta suerte, pues falleció bajo las masas de nieve, dejando a su esposa Sarah Lindsay, que trabajaba en la oficina de prensa del Palacio de Buckingham, embarazada de siete meses en ese momento. Al final ser mandatario también significa estar expuesto a los peligros o atentados de los detractores más extremos, si no que se lo digan al marido de Camilla Parker. Tan solo podemos decir: ‘God save the King’.